sábado, 31 de mayo de 2008

¿Por qué me gusta andar en bus?

Hace algún tiempo que la idea de contarles por qué me gusta andar en bus anda rondando en mi cabeza. Creo que no le había dado la importancia que ella misma me solicitaba para ser escrita. Y hoy quise hacerlo.

El servicio de transporte urbano de mi país y específicamente de mi ciudad se divide en varias modalidades. Así como en otras partes, son esencialmente las mismas y unas adicionales, aquí son el vehículo particular (carro, moto o bicicleta) y el público (taxi, bus, sistema masivo de buses articulados o mototaxi). También se puede andar a pie o en carrozas. Lo que si no tenemos es trenes. Salvo Medellín que tiene metro.

De todos estos sistemas, el más menospreciado y muchas veces odiado es el sistema de buses. Dejando por fuera de ellos a los buses articulados con líneas dedicadas. En Bogotá Transmilenio, en Cali, el interminable MIO, en Barranquilla, el Transmetro, en Pereira, el Megabus, y así en las otras ciudades donde hay y no se me el nombre. Lo dejo por fuera, porque éste es un modelo diferente copiado de otras ciudades donde ha funcionado y se espera que acá lo haga. Eso sí, cuando tenga la cobertura suficiente y desplace de una vez por todas a los demás buses. Mientras no lo haga, hablaré de ellos.

El sistema de buses es menospreciado y odiado, porque no es cómodo. Porque es salvaje y porque es para los pobres. Los pobres no lo quieren porque les toca usarlo, y los ricos no lo quieren porque tienen sus otros sistemas “superiores” y el hecho de no estar obligados a usarlo es una forma más (de las muchas que tienen) de excluir.

A mí, por otra parte me gusta andar en bus. Desprecio muchos de los problemas que tiene el sistema. Entre ellos están lo viejos que están los buses en mi país; cómo contaminan; lo agresivos que son, al poner en peligro a muchos de sus pasajeros por ingresar en la guerra del centavo (imagínense lo vieja o lo copiada que es esta guerra para llamarse así en una economía donde ya no circulan los centavos por la devaluación de su moneda); lo inseguros que son (roba mucho); el que no existan paraderos respetados sino que paren en cualquier parte; el que igual no sean suficientes y no los llenen sino que los atiborren de gente, cual lata de sardinas (las cuales odio); que en Bogotá sean el punto de contagio de pulgas. En fin son muchos. Y aún así me gusta andar en bus. Pero, ¿por qué?

Bueno, yo no digo que andar en bus sea bueno. Lo que digo es que A MÍ, me gusta. Ando en bus desde los trece años. Le agradezco a mi padre, que en su primer experimento (soy el hijo mayor de tres hermanos hombres) le haya ganado la discusión a mi madre, a quien los nervios de saber que me iba a montar en uno de esos aparatos solo la ponían loca. Igual ando en bus desde mucho tiempo antes. Recuerdo que cuando tenía tan sólo cuatro años mi mamá me llevaba en colectivo al jardín (unos carros viejos y grandes para cinco o seis pasajeros que tenían una ruta fija), pero cuando no había colectivo también íbamos en bus. Sin embargo, desde los trece años ando solo en bus. Luego podré darles unas breves y sinceras instrucciones que aún sigo para que no me pase nada malo en este transporte que tanto disfruto.

Ahora, trece años después de andar en bus, sigo disfrutándolo. Al comienzo lo hacía por la sensación de aventura y responsabilidad. Como que estas dos palabras juntas no suelen cuadrar, pero en este caso sí. Me aventuraba a la vida urbana y al mismo tiempo me sentía grande por ser capaz de movilizarme yo solo, con total independencia en un transporte público y colectivo. Años más tarde, el transporte me gustaba porque era propicio para descansar de las largas horas sin sueño que la universidad me propinaba y ahora porque es una forma eficiente para llegar al trabajo y salir de él. Aún así, este es sólo el resumen. Preferiría listar los porqués de mi aparente exótico gusto.

Me gusta andar en bus porque…

· No me toca andar en bus, lo hago porque se me antoja.

· Aunque sean viejos y echen todo el humo posible, por la ausencia de mantenimiento, nunca contaminarán más que si cada uno de sus pasajeros se movilizara en carro particular.

· Aunque generen trancones por su gran tamaño y porque paren donde y cuando se les plazca, nunca generarán más trancones que si todos sus pasajeros se movilizaran en carro particular.

· Por una módica suma alguien manejará por mí. Odio manejar.

· No sufro cada vez que mi carro se mete en uno de los muchos huecos que mi ciudad con acné tiene.

· Siguiendo unos sencillos pasos, tengo la confianza de llevar durmiendo trece años en ellos y nunca me ha pasado nada.

· Puedo ver mucha gente.

· Puedo ver las costumbres de mucha gente.

· Me siento más cercano a mi pueblo. Porque no estoy en una caja de cristal viendo cómo todo se viene abajo mientras a mí “no me pasa nada”.

· No me siento indiferente.

· Porque comparto.

· Veo mi ciudad.

· Puedo pensar e imaginar.

· Escucho las emisoras populares y me doy cuenta de otras realidades.

· Puedo saber los precios de una bolsa de maní, una galleta, una manilla de cuero o una pulsera de plata, un conjunto de lapiceros o una canción.

· Le puedo ceder mi puesto a una dama y sentirme muy bien el resto del día por esto.

· Le puedo sonreír a la gente y darle esperanza al contagiarle mi felicidad.

· Me trae recuerdos infantiles, del colegio, de la universidad y de la vida.

· Me aprendo los vallenatos que no me gustan, los reggaetones más desquiciantes, y la salsa de alcoba que ya no escucho sin darme cuenta de que lo estoy haciendo.

· No me estreso por un trancón. Simplemente puedo dormir mientras pasa.

· Escuchando hablar al conductor con su ayudante aprendo de los verdaderos problemas sociales.

· Como a mí no me toca andar en bus, sino que lo hago por decisión, me puedo disfrutar cada momento.

· Ahorro mucho dinero.

· Tener el conocimiento de qué ruta sirve para llegar a qué calle dependiendo de la calle donde se esté me hace sentir que conozco mi ciudad como la palma de mi mano.

· Todavía, trece años después me sigo sintiendo libre, lleno de aventura y responsable.

PS: La imagen se la debo a un gran amigo mío. Gracias Juan Manuel

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jueves, 29 de mayo de 2008

Como era Costumbre

Hoy, en los últimos minutos del Jueves del Aleph, les traigo por segunda (tercera) vez uno de los cuentos de mi autoría. En este caso se trata de “Como era Costumbre”, que para mi desgracia, fue vilmente inspirado en una canción de Pimpinela. Aun así es un cuento que me gusta muchísimo, y a pesar que para mi el final es completamente transparente, se que otras personas le han encontrado otras interpretaciones, y realmente me encantaría leerlas aquí a manera de comentarios, así que sin pensarlo demasiado los invito a que digan lo primero que se les ocurrió… y yo sin dar mas vueltas los dejo, con las letras que también hace varios años escribí (y esta vez tampoco edité)… que se lo disfruten.

Como era Costumbre

Cuando el reloj marca las 11:55 de la mañana, el hombre empieza su rutina, sin prestar atención a la importancia de lo que estuviera haciendo; acomoda cada papel en la bandeja correspondiente, guarda los esferos en el escritorio y su pluma en el bolsillo, presiona el botón que le ordena a su computador entrar en estado de hibernación; y así, en el momento en que el reloj esta marcando el medio día él se está parando de su asiento, y cuando sus compañeros apenas se preparan para salir, él ya está descendiendo en el ascensor, baja al sótano, busca rápidamente su Fiat 2 puertas un poco destartalado, y mientras sale del edificio escucha la única emisora que su radio esta en capacidad de sintonizar.

Pasados varios semáforos de distancia ingresa a un parqueadero donde informalmente tiene un puesto reservado, en la misma cuadra donde se encuentra el restaurante en el que religiosamente lleva más de un año almorzando. Como había venido sucediendo, el camarero se le acerca, él, sin pensarlo, pide el plato del día, y cuando su alimento aun no ha llegado a la mesa la alcanza a ver, es ella, cruzando la esquina, tan hermosa como pensó que era cuando la conoció, pero esta vez iba sonriente, cogida de gancho de un joven alto y atlético, como era costumbre desde la primera vez que la vio sentado ahí, en esa misma silla y a esa misma hora. En ese momento tensó sus músculos, la adrenalina empezó a correr por su cuerpo, tomo la decisión de pararse y en su mente empezó a construir frases, todas las posibles cosas que le diría, frases que se quería convencer que estaba inventando pero que en realidad llevaba meses repitiéndolas en su cabeza, hasta que vio que al terminar la cuadra ella cruzó de nuevo y el quedó ahí, con un inmenso deseo de decirle todo lo que sentía por ella, todo el amor que le quería profesar solo quedó en su pensamiento, pero esta vez, diferente a los muchos días de los muchos meses que llevaba observándola desde la clandestinidad, sacó su pluma del bolsillo y en una hoja en blanco que le consiguió un camarero escribió la mas espléndida carta de amor.

La tarde pasó sin novedad y en la noche, al momento de llegar a su casa, se topa con su esposa, él la saluda distraídamente y sin emoción, ya que su mente está en el restaurante. Se sienta en la sala simulando ver la televisión o leyendo un periódico y su esposa empieza con lo que también se ha convertido en una rutina, un monólogo de lo distante que está, del poco cariño que él le expresa, le pregunta repetidamente que si la esta engañando con otra mujer y él niega pesada y tristemente con la cabeza, lo cual no la convence, por supuesto, y continúa su alegato por largos minutos en los que él solo puede pensar en esa agradable y hermosa sonrisa que observó al medio día.

Llegado el momento de acostarse cada uno toma un lado independiente de la cama, su esposa al ver su rostro le pregunta que si le sucede algo y él por n-sima vez contesta que nada, se voltea simulando dormir, como a través de los meses había aprendido a hacer para esperar hasta estar seguro que su compañera de lecho estuviera completamente dormida, y aunque usualmente aprovechara ese momento para llorar en silencio hasta que el agotamiento lograra dormirlo, esta vez esperó mas de lo acostumbrado, hasta que consideró que era el instante adecuado, se paró sigilosamente de su cama, silenciosamente guardó en una maleta de mano la poca ropa que constituían sus pertenencias, la llevó hasta la puerta de salida y un momento antes de partir, regresó a su dormitorio, con unas pocas lágrimas en sus ojos, besó suavemente y con cuidado los labios de su mujer para no despertarla y dejó al lado de su almohada la carta destinada a ese amor insano e infiel que ya no era capaz de soportar.

Mauro Z

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miércoles, 28 de mayo de 2008

Usa Protector Solar

Esta tarde, como un artículo metido, les traigo un simple consejo “Usen Protector solar”. Que mas puedo decir, alguien efímero me pasó este video y por supuesto era algo hermoso, y tras atesorarlo un par de días, hoy lo traigo para que los fieles lectores escuchen los consejos de alguien que los quiere dar.

Recuerden, solo los necios no escuchan consejos o tratan de seguir todos los consejos que escuchan. Rodéate de los mejores asesores y luego de escucharlos haz lo que te da la gana, ese es el secreto.




Por cierto, yo si resuelvo ecuaciones mascando chicle, o comiendo nueces.

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martes, 27 de mayo de 2008

PD. Te amo (P.S. I Love You)

Me he dejado convencer de ver esta. La verdad solo fui porque Carolina quería, pero me negaba profundamente a hacerlo. Vaya sorpresa la mía cuando empiezo a sentirme inmerso en la historia, la cual es al mismo tiempo muy dura y muy bonita. PD. Te amo es para ir en pareja.

Miren, sin intentar dañarles nada, el tipo se muere (no se preocupen, eso sucede al inicio, es la trama de la película) y ella se queda despechada y sin saber que hacer, excepto que como él ya sabía que iba a morir (tenía cáncer) pues le deja una serie de cartas y regalos para que ella aprenda a vivir sin él. Algo ególatra podrán pensar, pero la verdad la relación como la pintan al principio es de lo mejor que les podría pasar a ambos (incluso a mí, lástima).

La actuación de Hilary Swank, no le llega ni a los tobillos a la actuación de Gerard Butler (Rey leonidas en 300, se le ve la versatilidad), quien es quien recoge todo el peso emotivo de la historia (así ella llore toda la hora y media).

Por supuesto, cada vez que se muere un esposo, aparece un querellante dispuesto, en este caso el papel lo toma Harry Connick (Daniel) muy a pecho y entra uno en una relación de amor-odio con él.

Las amigas de Holly (Hillary) aportan mucho a la comedia pero es la mamá, Kathy Bates, quien verdaderamente sorprende, tanto por su actuación como por el papel tan importante dentro de la cinta.

En verdad, si no la han visto, vayan con sus pareja; si ya la vieron, pues denme un comentario de que tan bien la pasaron con su pareja.

Si no tienes pareja, ¡¡que sea una excusa!!

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Instrucciones para abrir una puerta


Hola, veamos qué tan útiles pueden resultar para ustedes.

  1. Introduzca su mano en el bolsillo del pantalón (o el bolso) y saque las llaves.
  2. Introduzca la llave en la cerradura y gírela.
  3. Empuje la puerta.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, las instrucciones pudieron fallar porque no seleccionó la llave adecuada. Pruebe lo siguiente:

  1. Introduzca su mano en el bolsillo del pantalón (o el bolso) y saque las llaves.
  2. Seleccione la llave correcta. La que pertenece a la puerta
  3. Introduzca la llave en la cerradura y gírela.
  4. Empuje la puerta.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, las instrucciones pudieron fallar porque usted tiene muchas llaves parecidas. Pruebe lo siguiente:

  1. Introduzca su mano en el bolsillo del pantalón (o el bolso) y saque las llaves.
  2. Seleccione la llave correcta. La que pertenece a la puerta
  3. Introduzca la llave en la cerradura y gírela.
  4. ¿Se quitó el cerrojo de la puerta? Si es así pase al paso 6. Si no lo es pase al paso 5.
  5. Si ya seleccionó todas las llaves y ninguna funcionó termine estas instrucciones. En caso contrario seleccione otra llave del llavero y pase al paso 3.
  6. Empuje la puerta.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser debido a que tal vez usted no posee las llaves de la puerta. Pruebe lo siguiente:

  1. Toque el timbre de la puerta. En caso de no tener timbre, si la puerta es de madera, toque con el puño de su mano, si es metálica toque con algo metálico (como por ejemplo, con la llave de la puerta). Si la puerta es de otro material o usted no tiene manos, toque suavemente con la punta de uno de sus pies (es decir, patee la puerta, pero no como para derribarla).
  2. Espere un tiempo prudencial. Si la puerta no se abre repita el paso 1. Si ya ha repetido el paso 1 tres veces, termine.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser debido a que al otro lado de la puerta no se encontraba nadie. Tal vez es una puerta de un baño. Pruebe lo siguiente:

  1. Tome un cuchillo e introdúzcalo en la cerradura.
  2. Gírelo y empuje la puerta apenas el seguro emita el sonido de haberse soltado.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser debido a que al otro lado de la puerta no se encontraba nadie y no era una puerta de un baño o tal vez usted no tenía un cuchillo. Pruebe lo siguiente:

  1. Tome el directorio y diríjase a la sección de las páginas amarillas de “cerrajeros”.
  2. Busque el número de uno que tenga una dirección cercana a la suya y llámelo.
  3. Espere un tiempo prudencial.
  4. Cuando llegue el cerrajero pídale que abra la puerta.
  5. Páguele.
  6. Entre.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que usted no se sepa la dirección de donde está, no tenga teléfono o no haya tenido dinero para pagarle al cerrajero. Pruebe lo siguiente.

  1. Tome impulso. Tres pasos serán suficientes, aunque también puede tomar más. Ojalá no más de diez para que no llegue cansado.
  2. Flexione las piernas un poco para darse el impulso inicial.
  3. Corra.
  4. En el último paso eleve su pierna a la altura de las caderas. No la extienda por completo, déjela un poco flexionada.
  5. Apóyela contra la puerta y deje caer todo el peso de su cuerpo en su pierna.
  6. Si la chapa de la puerta se voló usted habrá abierto la puerta. En caso contrario puede llegar a sufrir un dolor en la pierna.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que usted no tenga suficiente fuerza, que la puerta tenga varios seguros o que sea de un material más fuerte que todo su peso. Pruebe lo siguiente.

  1. Consiga un hacha.
  2. Asegúrese de poderla cargar.
  3. Elévela por encima de su cabeza y déjela caer contra la puerta.
  4. Repita el paso tres hasta que haya una abertura lo suficientemente grande para entrar.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que usted no tenga suficiente fuerza, que haya utilizado el lado contrario del hacha o que el hacha haya sido de juguete. Pruebe lo siguiente.

  1. Si usted tiene salvo conducto y no tiene arma (lo cual sería ilógico o tal vez el arma se encuentre al otro lado de la puerta) consiga un arma y pase al paso tres. Si no tiene salvo conducto pase al paso dos.
  2. Consiga un salvo conducto y después un arma. Si no tiene tiempo para conseguir un salvo conducto, consiga un traficante de armas y consiga un arma.
  3. Cargue el arma y quítele el seguro.
  4. Dispare el arma contra la chapa.
  5. Para que el uso del arma sea acorde con el paso siguiente abra la puerta de un patadón.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que no desee usar armas, que lo hayan arrestado por posesión ilegal de armas, que alguien haya llamado a la policía por el disparo del arma o que al disparar la bala haya rebotado y le haya hecho daño. Si usted no está en el hospital o tratando de abrir no una puerta sino una reja en la cárcel, pruebe lo siguiente.

  1. Consiga un poco de dinamita o C4.
  2. En la cantidad adecuada (consulte con su proveedor) póngala en la chapa de la puerta.
  3. Encienda el explosivo y aléjese a una distancia prudente que depende de la cantidad a usar (consulte con su proveedor).
  4. Espere a que haga explosión y entre.
  5. Si no hizo explosión, es mejor que se comunique con la unidad antiexplosivos de alguna de las fuerzas del estado para que no se vaya a hacer daño cuando intente acercarse a ver por qué no explotó.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que no usó la cantidad apropiada, no supo cómo encender el explosivo o hirió a alguien que pasaba cerca de la puerta (pudo ser usted mismo). Si usted no está en el hospital o tratando de abrir no una puerta sino una reja en la cárcel, pruebe lo siguiente.

  1. Consiga un ladrón. No se preocupe por el dónde hacerlo, de éstos abundan en la sociedad. Si no los encuentra en los barrios marginales, o los sectores más fuertemente azotados por la pobreza, o en una calle, puede acudir al congreso, o a las instituciones estatales.
  2. Dígale que al otro lado de la puerta hay algo valioso que compartirá con él. O pregúntele cuál es su tarifa fija.
  3. Para que sea más afectivo póngale un candado adicional a la puerta y dese la vuelta.
  4. Espere cinco minutos y la puerta ya estará abierta. Cuidado, si espera seis, puede que ya falten cosas dentro de la casa.
  5. Páguele y entre.

¿Estas instrucciones fueron utilidad para usted? Si es así deje un comentario. Si no fue así, pudo ser que el ladrón quiso algo más y lo atacó, o que el ladrón y usted fueron atrapados por intentar violar la puerta. Si usted no está en el hospital o tratando de abrir no una puerta sino una reja en la cárcel, pruebe lo siguiente.

  1. Si todas las instrucciones fallaron comuníquese con el fabricante de la puerta y deje un comentario.
  2. Haga clic en el vínculo para reportar las fallas.

Claro, que si ninguna de estas instrucciones le sirve tenga en cuenta que la mejor forma de abrir una puerta es no cerrando las puertas que deja a su paso.

PS: Les estaré remitiendo más instrucciones que me encuentre en la WEB. En esta ocasión, unas muy útiles y que pueden complementar estas: Manual para escapar de prisión

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lunes, 26 de mayo de 2008

Indiana Jones IV: El guionista David Koepp y la calavera de su madre

El anterior es el título con el que se puede renombrar, una vez vista (por no decir aguantada) la película a reseñar hoy: Indiana Jones Y El Reino De La Calavera De Cristal. Esta vez la culpa de Spielbergo y Lucas no fue de pensamiento, palabra u obra, sino más bien de omisión, por permitir que este sujeto, David Koepp, se encargara de arruinar la posibilidad de hacer la mejor película de la saga, contando con tantos recursos visuales y técnicos al alcance. Tal vez en su intención de hacernos regresar a nuestra infancia o adolescencia, para recordar las aventuras del viejo Indy, este tipo primero nos hace creer que tenemos una edad mental de cuatro años, con escenas bastante estúpidas e insultantes incluso para un niño; para luego devolvernos de una patada a una edad mental de ochenta y pico, con un final cursi y novelesco que, ambientado con el tema musical que todos conocemos, nos hace reír incansablemente hasta rabiar.

Como supondrán, esta reseña muestra claros detalles del argumento, lo cual podría "arruinarles" la trama a quienes aún no la han visto. Créanme: tal y como Macaco lo ha venido haciendo, es un gran favor el que estoy por hacerles.

Antes de proseguir con la crítica, revisemos el prontuario fílmico del señor Koepp: después de Jurassic Park, Carlito’s Way o Ecos Mortales, este tipo no volvió a tener aciertos en cuanto a su labor como guionista, realizando mediocres adaptaciones de excelentes novelas y cómics, así como secuelas olvidables de sagas memorables, como es el caso de Indiana. Como quien dice, de alguna manera podríamos haber estado avisados con tiempo, pero no se puede negar que la campaña publicitaria fue exitosa por su trailer, su título y sobre todo, por incluir de nuevo a Drew Struzan para el concepto gráfico del póster promocional.

Aceptémoslo: el cinéfilo promedio, e incluso quienes nos salimos de la media proporcional, no nos fijamos en esos detalles más que en el momento en que tratamos de encontrar una causa que nos indique porqué no obtuvimos lo que anhelábamos. Pero bueno, si esto no fuese así, muchos más serían los críticos de cine sin algo que hacer.

Bueno, vamos a darle más velocidad a esto: la película tiene un excelente inicio, que nos contextualiza de inmediato en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en donde nos dejó La Última Cruzada. La puesta en escena del prota y sus contrarios de turno, junto al hangar del Área 51 donde alguna vez fue guardada El Arca Perdida, es simplemente hermosa, y la escena de escape es tal vez de las mejores en su género. Más tarde, ya de nuevo en la ciudad, aparece el "patiño" principal de Indy en esta aventura, quien es su hijo en este caso, haciendo una breve introducción a lo que se viene y acompañado de otra escena de persecución urbana de increíble calidad. Una vez determinado el preciado objeto a buscar y el sitio de búsqueda, padre e hijo, sin saber quienes son el uno para el otro todavía, emprenden su expedición.

Listo, terminados los treinta o cuarenta minutos de fantasía. Prendan luces y nos vamos.

Después de esto, llegamos a un país suramericano que, supuestamente, es Perú. Lo que sorprende, o más bien no, es escuchar de fondo una ranchera interpretada con trompetas y quenas, ser atendidos por una monja con marcado acento cubano y enfrentarse con una banda de pequeños ladrones entrenados en el arte de la Capoeira. Como siempre, Hollywood cree que desde México hacia abajo, no somos más que una gran península unificada, adherida como una plumita al trasero del pajarraco calvo ese que tienen como insignia. Más adelante siguen entonces reencuentros forzados, persecuciones absurdas, peleas sin sentido, escapes imposibles (incluso para Indiana) y desenlaces argumentales tan tontos que, a pesar de ser ficción y aventura, dan vergüenza ajena.

Con respecto a los personajes, el único que sale invicto es Indiana Jones; Harrison Ford supo conservar lo más que pudo el espíritu altanero e indomable que le supo inyectar antes. Shia LaBeouf, como el hijo de Indiana, se sobreactúa más de lo debido con su soberbia y su peinadera a cada rato, que no se la cree ni Johnny Bravo. Ver de nuevo al personaje de Marion, interpretado por Karen Allen, da más pesar que simpatía. Por último, Irina Spalko, la antagonista que tanta expectativa generó, es un personaje agradable los primeros minutos, pero es desgastado rápidamente por Cate Blanchett con tanto ademán y pose tragi-cómica, insoportables hasta el punto de disfrutar enormemente ver cómo se hace añicos y finalmente se calla. Como dato curioso, ¿por qué será que el hecho de descubrir los grandes enigmas del universo implica siempre la auto-combustión del antagonista?

Bueno, agradezco otra vez a Macaco por permitirme desahogarme de esta nueva decepción. Atesoren bien sus recuerdos de las tres versiones anteriores de Indiana Jones, porque han demostrado ser buenos ejemplos de cómo se hace una buena película de acción / aventura, sin menospreciar la inteligencia y las emociones del espectador.

(Antes de que se me olvide, si su nación tiene actualmente conflictos políticos o bélicos con países vecinos; en caso de guerra nuclear, métase a la nevera que tenga más cerca, no importa si tiene o no pintura de plomo. Me lo agradecerá más tarde, si aún estamos con vida).

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domingo, 25 de mayo de 2008

EL CUENTO MAS CORTO Y BONITO QUE HAS LEIDO EN TU VIDA...


Hola amigos lectores. Este correo fue enviado por una gran amiga, que al parecer le llegó al alma y quiso compartirlo con todos sus conocidos, y claro, nosotros le ayudamos publicándolo aquí. Gracias Stefa por el aporte.


EL CUENTO MAS CORTO Y BONITO QUE HAS LEIDO EN TU VIDA.....

Había una vez una muchacha que le preguntó a un chico si se quería casar con ella.

El chico dijo 'no'.

Y la muchacha vivió feliz para siempre sin lavar, sin cocinar sin planchar para nadie , saliendo con sus amigas , tirándose al que le daba la gana , gastando su dinero en si misma y sin trabajar para ninguno.

FIN

...El problema es que de chiquitas, NO nos contaban estos cuentos... Y... ¡NOS JODIERON CON EL (mito del) MALDITO PRINCIPE AZUL!

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sábado, 24 de mayo de 2008

Sobreestimulación virtual y urbana

Hoy de nuevo tendré que mover mi artículo sobre los buses a causa de la necesidad de expulsar todo lo que me genera esta sobre estimulación de la semana.

El jueves en la tarde mollyparker me mostró lo que es el amor en Caspiroleta. Me llegó. Me hizo recordar. Después Marina, en es evidente me puso a pensar en muchas cosas, aunque algunas de las cosas que decía no las entendiera por completo. Tuve un remolino de emociones en mi bandeja de entrada a causa de unas conversaciones que adelanté con un par de grandes amigos.

Al finalizar el día en una lluviosa noche, por la ventanilla del bus en el que me dirigía hacia la casa de mi novia, vi un taxi patas arriba cual cucarrón. También vi a unos policías que agarraban a unos tipos cubiertos por capas para la lluvia y en bicicleta. Los agarraban y manoteaban mientras en la mano suelta llevaban armas. Los carros paraban a ver. Creí que era algo muy grave por las armas de los policías desenfundadas, pero sólo veía que los tipos cargaban DVDs piratas en sus manos. Creo que sólo era un reclamo airado por la mala calidad de la mercancía que los policías compraron.

Al llegar llovía tanto que era difícil escapar de los charcos, y pensé en mi artículo en construcción sobre los buses. A la gente le debe gustar andar en carro porque le tiene miedo al agua. Y también porque le encanta echarle el agua a los peatones. Yo generalmente como en esa noche uso mi paraguas para protegerme de los carros y no del agua (que creo) cae no tan sucia del cielo. Jugando fútbol con frío y lluvia corroboré que los caleños le tienen miedo al agua.

En la mañana del viernes, aún con lluvia el carro (o lo que quedaba de él) más compacto que he visto en mi vida, alertó mi mañana con su “estoy bien aquí acomodado contra un poste, los demás pueden transitar por el otro carril”. Creo, que ni las gafas más gruesas que he visto, que se asomaron en la cara de una niña en el bus de la mañana, ni cualquier otra imagen podrán sacar de mi cabeza la imagen de ese carro con un poste metálico doblado por encima de él. Los huecos, los carros, las venas de la ciudad, una ciudad donde o el agua o la luz se va cuando llueve mucho. Una ciudad que retrocede y con velocidad va a ser de nuevo un pueblo. Y en todas esas preocupaciones mi padre me pregunta intrigado si es cierto que puede navegar por sólo 3000 pesos ilimitadamente desde su celular. Le dije que, con algunas restricciones, si y recordé lo que había leído el día anterior en la tejedora (muy buen blog).

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viernes, 23 de mayo de 2008

Una interesante pregunta

¿Que haría una artista psicorígida con un ingeniero psicoelástico?



R/La pareja perfecta

¿Creen que esa es la respuesta correcta?

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jueves, 22 de mayo de 2008

Como un Metrónomo


Buen día a los fieles lectores del Aleph. He estado un poco descuidado con mis tareas literarias, y esta semana no es la excepción, no se donde tengo la cabeza (bueno, si se, pero no viene al tema).

Como ya saben el Aleph no solo trae moralejas para despedazar, sino que también trae textos que deseo compartir con ustedes. Esta vez le tocó el turno a un texto propio, que escribí hace varios años, y hoy los traigo para que lo disfruten. Por supuesto al estar en el Aleph está disponible para ser completamente despedazado y reconstruido, así como reinterpretado, y todo esto plasmado en un comentario. Ahora que lo leo confirmo eso de que uno nunca acaba un texto, en realidad podría modificarle muchas cosas, pero preferí dejarlo tal cual como estaba en esa época, ya que también tiene muchos matices y otras cosas que es mejor respetar. Sin más preámbulos, espero que lo disfruten.


Como un Metrónomo

- “… lo que en resumen y para terminar significa que este fin de semana me voy de paseo a una finquita en Valledupar con aquel hermosísimo ejemplar del género femenino"

- "Veo, interesante, eso quiere decir que tu apartamento queda completamente solo... ¿no necesitas alguien que te lo cuide?"

Tal vez Miguel hubiera preferido que le respondiera algo aludiendo a la maestría que esta vez había usado para conquistar a aquella fulana, en vez de alegrarme la posibilidad de salarle su apartamento, pero la verdad es que él me conocía tanto a mi como yo a él, con lo que solo atinó a contestar:

- "Claro, toma las llaves que yo ya voy de salida, tengo mi equipo en el carro, ¿pero ojo no?”

Así fue como conseguí un apartamento solo para mí, ahora solo faltaba la parte más importante, era viernes, esa noche me arreglé lo mejor que pude y fui a aquel bar en el que siempre lograba cumplir mis fantasías (y que conste que nunca he pagado por una mujer). Entré, después de una corta búsqueda localicé mi presa, ahí estaba, era una mujer delgada, cabello ni muy corto ni muy largo, mirada profunda, labios carnosos, respiración rítmica (lo cual podría ser muy interesante); en fin, cada una de sus partes armonizaba con el resto del cuerpo mejor que las notas de una melodía. Antes de lanzarme al ataque me revisé para asegurarme que todo estuviera en orden, que el cierre de mi pantalón esté arriba, los botones de la camisa perfectamente alineados con la correa y el tiro del pantalón, buen aliento, ajusté una mirada fría y calculadora, asumiendo que tenía controlado hasta el movimiento de los astros y por fin, decidí acercarme.

- "Disculpa, es que perdí mi número de teléfono, ¿me prestas el tuyo?"

Excelente, le arranqué una sonrisa en la primera frase, y después de eso ya fue pan comido, una excelente y elaborada charla, acompañada por la invitación a una copa, y otra, y otra.

Después de algunas horas ya era bastante tarde y ya era bastante licor, y como estaban a punto de cerrar el bar, decidí dar el golpe de gracia:

- "Hace mucho rato que no la pasaba tan bien como para que se me fuera el tiempo tan rápido, es una lástima que nos tengamos que ir ya, aunque si quieres podríamos seguir en mi departamento"

Por un momento veo como su ojo escudriña en mi mano derecha, pero no encuentra ni anillo, ni su correspondiente y delatador círculo blanco, por lo que accede a acompañarme.

Pocos momentos después estábamos en “mi departamento”, las palabras esta vez fueron mucho más escasas, pero la imaginación mucho mayor, a cada prenda que le quisiera quitar debía de usar una táctica diferente, y a su vez ella solo quitaba una mía cuando se le apetecía. Una hora después le estaba quitando su última prenda, pero la verdad es que nuestros cuerpos ya habían empezado a transpirar hace un buen rato. Por un largo momento mis labios dibujaron su cuerpo y mis ojos escucharon las vibraciones de su alma, poco después nuestros cuerpos se estaban moviendo a un solo ritmo, y su respiración se fue volviendo más precisa que un metrónomo. Tras varias decenas de minutos lo que mis ojos lograban observar era su silueta debajo de mi cuerpo iluminada por los rayos que se lograban filtrar del exterior, su cuerpo brillaba por la humedad que habíamos generado, el lento movimiento inicial se había convertido en un fuerte, rítmico, pero veloz movimiento, el cual la forzaba a abrir sus labios para que de su boca pudiera brotar la palabra Mauro, pero no era una simple palabra, era la abreviación de mi nombre repetido una tras otra, tras otra vez, pasando de un tono sólo medianamente grave a uno muy agudo, fuerte, el cual iba acompañado de su exacta respiración y de un sexy, único y espectacular ceño fruncido que me volvía loco y me daba ánimos para mantener ese ritmo.

Por supuesto, al amanecer de la mañana siguiente, cuando me desperté, aun estábamos abrazados; contemplé el perfil de su rostro, que a diferencia de la noche anterior, esta mañana se veía con una ternura angelical inigualable; de la cama sobresalía nuestra silueta, que con la sábana, cual piel, semejaba un solo cuerpo. Me pareció algo gracioso el pensar en la idea de que apenas anoche nos hubiéramos conocido, borre este pensamiento de mi cabeza y ahí, recostado, descansado y completamente relajado, empecé a divagar, aquella divagación se convirtió en otro pensamiento concreto: "Realmente somos muy afortunados, ya que como anoche, cada vez hemos podido celebrar muy creativamente nuestro aniversario"

Mauro Z

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miércoles, 21 de mayo de 2008

Meteoro (Speed Racer)

Hace muchos años vi este programa por televisión. Ya les he contado que por aquel entonces solo había dos canales, y en uno de ellos lo pasaban, temprano en la mañana.
No era tan fiel de este como de otros, pero si les aseguro que muchas veces madrugué.

Ahora, que he ido a verlo, me he sentido como un chico otra vez, emocionado de volver a ver cosas que pertenecían solo a mi memoria, pero engrandecidos tanto por la magia del CGI como de los hermanos Wachowski.

Meteoro no solo esta bien dirigida, esta bien editada y las imágenes retro hacen que uno se sienta en aquella época, bueno, para los que la vivimos. Incluso, al principio de la película, pasan escenas típicas de héroes y villanos japoneses (no recuerdo haber visto nunca esa serie, pero bien podría existir).

La complicidad entre chispita y chito (spritle y chim chim) esta muy bien lograda en esta película, superando lo hecho en los muñequitos. La actuación de ambos es fenomenal. Bueno, en realidad a chito lo hacen dos chimpancés distintos.

En general todos los personajes se parecen a los actores, o al revés. El casting fue muy bien hecho.

Aunque la historia no podía ser mas predecible, sobre todo si ya sabias de antemano quien es el corredor X (nada mas fácil que su nombre en ingles, Racer X, Rex), pero aún así, no quieres separarte de la pantalla ni aunque temblara, de verdad esta bien hecha.

Claro, no esperes ver nada que sea muy apegado a la física que conocemos, igual, esta serie nunca se caracterizó por conocer la ley de la gravedad.

Aqui les dejo una foto de un Mach de colección.

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martes, 20 de mayo de 2008

¿No quieres pensar? No te preocupes, unas sencillas instrucciones para que Mr. Spam lo haga por ti

¿Algo largo el título no? Ok. Las instrucciones son fáciles. Yo mismo intenté seguirlas hace algún tiempo por una semana y me desesperé (es que odio la extrema facilidad).

1. Revise su correo.
2. Lea el primer mensaje. Si no es SPAM bórrelo.
3. Repita la instrucción 2 hasta que se encuentre un SPAM, en cuyo caso puede pasar a la instrucción 4.
4. Lea el SPAM. Si éste no le da ninguna instrucción bórrelo.
5. Repita la instrucción 4 hasta que el SPAM le de alguna instrucción.
6. Siga todas las instrucciones al pie de la letra que trae el SPAM (no importa que se contradigan).
7. Envíe el SPAM a toda su lista de contactos sugiriéndo que hagan lo mismo.

Estas son algunas de las cosas que pueden pasar (sólo tomé algunos correos al azar de los muchos que mis considerados amigos, familiares y conocidos me han enviado para ejemplificar):

1. Usted será amado por todas las mujeres que se encuentre en el día, pues les dijo que era preferible ser una Ballena que una Sirena. Le subió el autoestima a todas. Bueno, excepto, a la que en serio se cree Sirena y que le pensará que como usted tiene unos kilitos de más ahora quiere buscar consuelo en la gordura ajena. Tampoco le subirá la autoestima a la masoquista que después de probar toda suerte de instrucciones no ha podido adelgazar y que cree que el bonito mensaje que usted le manda es porque le tiene lástima. Las mujeres son impredecibles (especialmente para los hombres). Así, que seguramente su buen gesto no le traerá todo lo que espera de él.

2. Después de tener usted decidirá no volver al cine, pues en las sillas cómodas que usted se sienta para ver una buena o una mala película ahora están llenas de jeringas contaminadas con el virus del Sida. Es cierto. Sucedió en París, en New York, en Cali, y ahora puede pasar en el cine más cercano a su casa. Es mejor que no vaya a cine.

3. Sin embargo, no se preocupe. Igual con el dinero que le enviará AOL y Microsoft, por reenviar los correos que llegan en su nombre usted podrá comprarse las películas originales y un teatro en casa para disfrutarlas en DVD, con las entrevistas y escenas ocultas.

4. Igual, si el dinero tarda en llegar, no se preocupe. Generalmente llegará primero su nuevo teléfono móvil Sony Ericsson con carga ilimitada para llamar a todos tus amigos a contarles que AOL te va a hacer rico. Conocemos el caso de una amiga que dice que el teléfono sí le llegó a su hermano (aunque nosotros dudamos que sea cierto, y lo que pensamos es que él se aprovechó de la historia para no contar la verdadera procedencia. La teoría de MauroZ es que el novio se lo regaló).

5. Si le da sed mientras espera, asegúrese de que el agua que va a tomar no venga en alguna botella de plástico. Recuerde que usted ahora no toma agua de éstas botellas so pena de contraer cáncer (como si hoy en día el mundo no estuviera lo suficientemente contaminado para que TODO sea cancerígeno).

6. Cuando se le acabe el dinero y no haya llegado todavía el giro de AOL, recuerde que si va al cajero debe tener mucho cuidado. Hoy en día roban mucho y usted debe estar preparado. Aprenda la técnica para alertar a la policía en caso de robo, introduciendo su clave en el cajero al revés. Todo esto funciona sin que los ladrones se den cuenta. Eso sí, trate de no usar claves como 4224 o 9889 pues hará que la policía venga cada vez que usted saque dinero y luego lo verán como el pastorcito mentiroso.

7. Después dese cuenta que cuando soñé con esa persona que le gustaba tanto, ella se había acostado pensando en usted. También dese cuenta de otro montón de cosas que le van a contar en el correo y pida un deseo, envíele sus fotos a un montón de depravados de la red verá que el deseo se cumplirá.

8. Si el deseo no se le cumple de inmediato, no se sienta mal. Siempre podrá pedir otro y asombrarse cuando al presionar F9 (también funciona con F13, inténtalo) aparezca la inicial de la persona que te gusta en tu pantalla.

9. Finalmente, si ya le llegó el dinero no tendrá problemas, pero sino, no sea cafre, ayude. Hay un niño o una niña, no tengo claro donde, que necesita de su ayuda. Métase la mano al bolsillo y envíe dinero a su cuenta. Sus padres llevan como 25 años desesperados, esperando que usted los ayude. De todos modos no tiene que pagar realmente, sólo enviar el correo a todos los que pueda. Seguramente, dado su problema, a ella le llegará el dinero primero que a usted, pero usted no se sentirá mal por eso. ¿ O sí?

10. Ah, si quedó algo aburrido con esto mejor cómase una galleta con mantequilla (ojo, no con margarina) y váyase a dormir (pero siempre pensando en qué hacer si tiembla mientras usted está durmiendo. OJO se puede salvar).

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lunes, 19 de mayo de 2008

El Orfanato

Que les digo, hoy debería traer una película que me haya parecido mala, y aunque me vi esta casi obligado, y sobre todo pensando que iba a ser mala, sencillamente porque el genero no me gusta, pues nada, me ha gustado.

Lo único malo es que me dañaron la tarea. Y todo porque no he tenido la voluntad suficiente de terminarme de ver 10000 b.c. En fin, ahí les va un lunes de mal cine, combinado con un miércoles de buen cine.


El Orfanato
es una película de terror/suspenso muy bien hecha, donde la historia que hila todo es de amor familiar. La actuación de Belen Rueda es buena, pero para mi, quien se gana la pantalla es Roger Princep, Simón, el hijo de la protagonista quien es a su vez el que se asusta y el que mas asusta. Fernando Cayo, padre y esposo, pasa para mi sin mas ni menos.

Me sorprendieron dos actores, Geraldine Chaplin, hija de Charles Chaplin, quien hace el papel de médium (muy diferente al clásico de Poltergeist, pues Geraldine es bastante alta) y que asusta tanto con su porte como con el maquillaje que escogieron para ella. Deja ver la gran actriz que es, a pesar de aparecer durante poco tiempo (ademas, en las escenas mas escalofriantes).

El segundo actor, Edgar Vivar, mas conocido como "Don Barriga" del chavo (a esto me resistí,pensé que simplemente era alguien gordo, con algún parecido extravagante, solo hasta que vi la pagina en www.imdb.com fue que lo pude creer) es quien trae a Aurora (Geraldine Chaplin) a la casa y quien coordina todo el trance de la misma.

No quisiera contarles apartes de la película, porque para mi, una de suspenso depende en su totalidad de la historia, y si se las cuento, pues se pierde. Lo que si les voy a contar es que usa el recurso del "hombre de la bolsa" o "espantapájaros" muy bien, para lo cual les dejo una foto.

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domingo, 18 de mayo de 2008

StarWars Vs Titanic

Esta otra perla nos llego por correo, es super ñoña (geek), así que si no lo entiendes, siéntete bien, tienes vida.

- El Titanic es grande, vale, pero no tiene hipervelocidad.
- Yoda podría utilizar la Fuerza para sacar al Titanic del agua.

- Star Wars tiene mucho más mercado potencial de muñequitos.
- Leia es princesa, senadora, luchadora por la libertad y futura Jedi; Rose es sólo carnaza matrimonial.
- Los ewoks dan mejores fiestas que los pasajeros de primera clase, o los de tercera.
- Cuando vuela hacia el Titanic, Wedge no puede decir en serio aquello de “Mirad el tamaño de esa cosa”.
- Tiene que dar mucho más miedo ser perseguido por un loco con casco y sable de luz que por un prometido con pistola.
- El almirante Acknar, anfibio, consigue NO perder su nave.
- Sabemos que Billy Zane es malo porque desprecia a los pobres y trata a su prometida como si fuera un trozo de carne. Sabemos que Vader es malo porque estrangula a la gente y vuela planetas sólo por divertirse.
- Sí, Leo di Caprio sabe bailar, ¿pero es capaz de pilotar un X-Wing?
- Rose se enfrenta al agua helada para liberar a su chico; Leia se enfrenta a Jabba el Hutt.
- Dos palabras: John Williams.
- Siempre hay suficientes cápsulas de salvamento en Star Wars.
- ¿Sabéis lo que le hace el imperio a los que se auto-proclaman “reyes del mundo”?
- Si esposaran a Luke a una tubería en un barco que se hunde, usaría la Fuerza para coger la llave.
- “Preferiría ser su puta que tu esposa” no tiene la misma gracia que “Preferiría besar a un wookiee”.
- Han es congelado en carbonita y convertido en un adorno para la pared. Leo simplemente se congela.
- Se sabía que el barco iba a hundirse, ¿pero quién podía esperarse lo de “Luke… yo soy tu padre”?
- Han Solo no habría chocado con el maldito iceberg!.

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sábado, 17 de mayo de 2008

"Quien ignora el detalle, ignora la realidad" Hans Kehrl

Creo que hace rato no divago. Y es que la situación no da para otra cosa: Hay demasiadas cosas trascendentales en qué pensar. Bueno, pero tal vez precisamente por eso es que hay que divagar. Siempre han habido demasiadas cosas trascendentales en qué pensar, y divagando las he sobrellevado. ¿Ahora me las voy a dar de existencialista puro? Pues no. Pensaba hoy hablarles sobre un tema urbano, pero mejor les cuento algo que me pasó ayer.

Salí ayer en la mañana rumbo al trabajo y no tenía nada en la nevera para desayunar. Cosas que pasan. En fin, decidí que mientras esperaba el bus podría comerme una arepa que vende una señora cerca a la casa. O me la podía comer en el bus. O me la podía comer en el trabajo. Eso dependía de si el hambre le ganaba o no al remordimiento que me genera el no darme tiempo para comer en calma, por evitar perder el tiempo (que ya saben es un recurso valioso para mí).

Siempre he pensado que el tiempo es muy importante, y por eso hacer varias cosas a la vez (bien hechas) es una habilidad que reconozco. También, por eso, no me gusta mucho dormir (creo que pierdo el tiempo consciente). Sin embargo, cuando vi en Londres a la gente comiendo mientras caminaba cosas que ni alimentan, volviendo sus colon, literalmente una mierda, pensé que no era justo que por el afán de ganarme unos segundos sacrificara uno de mis más grandes placeres: Comer. Y comer bien, y de buena forma.

Decidí, entonces, pedir la arepa para llevar. Por cierto, para quienes no sean de Colombia, y no conozcan este delicioso alimento hecho de maíz, y que permite una variedad casi ilimitada de presentaciones, una arepa es maíz cocido, triturado y amasado en forma circular para después ser asado en una parrilla y deleitado con acompañantes, solo o como acompañante. Esta mañana, yo pedí una arepa rellena con jamón y queso y mantequilla, que la señora vende en mil pesos colombianos.

Ya casi llegamos a la parte importante. Mientras la señora abría la arepa para meter en ella el jamón y el queso y la ponía a calentar de nuevo, un muchacho se acercó a ella y miró las arepas. El joven tenía una gorra que ocultaba su pelo en la parte frontal, pero que dejaba asomar en la parte trasera unas mechas que en Cali, en algunas sectores de la sociedad, degenerando el lenguaje, llaman gatas (y no tengo idea del porqué). Usaba una camiseta verda, tenía un bigote virgen (también conocido como boso o bozo? nunca supe cómo se escribía de lulo). Usaba tenis blancos, sin medias y un pantalón que le daba a la mitad de las pantorrillas. Descaderado, claro está. Mirándolo, pensé que se parecía un poco a uno de los asaltantes que nos robó hace quince días, pero que su ropa era un poco más fina, él era más joven y tenía menos cicatrices en su cuerpo (lo que se veía, pues ni el asaltante ni él estaban desnudos). Me previne un poco, pues si había llamado la atención la vez pasada por usar pantalón y camisa, pues esta vez, además llevaba puesta una corbata. Siempre he pensado que en esta sociedad la misma ropa que te hace poderoso, te hace vulnerable, dependiendo de dónde te encuentres.

Decidí, prevenirme lo suficiente para estar alerta, pero no tanto como para ofender a alguien inocente. Siempre he pensado que los prejuicios no son muy buenos, aunque sean difícilmente evitables. Además, me gusta confiar en la gente (hasta cierto punto). Igual, el joven me sorprendió cuando me preguntó: "¿El mazda dos es el nuevo modelo de la mazda?" La verdad me sorprendió. Primero porque no me lo esperaba, y segundo porque ya había dejado de detallarlo para comenzar a detallar el proceso de preparación de mi arepa (no porque no sepa como se hace sino porque me gusta detallar los procesos. Tal vez se deba a mi naturaleza de ingenerio). Incluso pensé que no me hablaba a mí sino a la señora. Y dado que antes había visto como cruzaban miradas, abandoné más fácilmente mis prevenciones, pues pensé que podría ser el hijo de ella. Le contesté que si, pensando que seguramente me había preguntado porque pensaba equivocadamente que una corbata me haría conocedor de automóviles. Él también hace prejuicios, pensé. Y además equivocados, pues yo no se mucho de carros. Me aburren un poco. Estaba esperando el bus (transporte que me gusta más. Incluso de eso iba a hablar hoy). "¿Por qué alguien que espera el bus sabría de autos?". Pero bueno, le contesté. Y él preguntó de nuevo, "y... ¿cómo cuánto podría costar?". A mí esa pregunta no me gusta, en ninguna clase social. Y bien, tal vez por eso me siento incómodo en mercadeo, porque la definición de precios no es lo mío. Incluso, cuando alguien, al que he prejuzgado como lo había hecho con ese muchacho me pregunta algo como eso, lo primero que pienso es: "y este por qué cree que yo sabría eso! acaso cree que me compro dos cada fin de semana? o que mantengo cotizando?". Es una actitud, que reconozco, está a la defensiva. Una actitud que me defiende un poco del potencial resentimiento que pudiera tener alguien porque yo tenga más bienes, cuando ni siquiera fuera cierto. Es algo complicado de explicar, pero intentaré ejemplificarlo:

Yo no tengo muchos bienes materiales comparado con muchas personas que conozco, y con la mayoría de personas que estudiaron en la misma universidad que yo estudié. Sin embargo, tengo los suficientes bienes materiales para vivir cómodamente y no me trasnocha el no tener la misma cantidad de bienes materiales que tienen los que tienen más que yo. Por otra parte, me he encontrado en la vida con individuos que les atormenta no tener la misma cantidad de bienes materiales que tengo yo, creyendo que esos bienes me dan la felicidad que tengo. Sin entender que son los bienes espirituales que sobran en mi casa los que me dan esa felicidad. Y comienzan a preguntar que cuánto me costó una u otra cosa, y que cuánto dieran ellos por tenerlas. Pero no se esfuerzan en absoluto, desprecian el estudio, el trabajo duro (cosas que no hicieron mis padres). Así pues, cuando alguien comienza con esas preguntas, a mí, y sobre todo de un bien tan costoso como un carro, pues me digo a mi mismo. Qué carajo importa. Uno pregunta cuánto vale, si lo va a comprar. Después me siento algo incómodo por ese pensamiento, porque creo que la gente tiene derecho a soñar. Pero el punto es que esas preguntas me incomodan.

El caso, es que haciendo uso de la cortesía que me caracteriza, con toda la amabilidad del caso, hice el ejercicio sincero de tratar de recordar los precios que había dado un amigo en la mesa del almuerzo del trabajo, pues él estaba interesado en comprar uno, y lo estaba comparando con un Chevrolet Aveo 5, creo. "Como treinta millones", le contesté, pensando que tal vez serían cinco o seis más. Él reacción abriendo los ojos y soltando entre dientes un "uff". "Le dije que sabía porque alguien del trabajo había averiguado". Después me sentí bastante tonto, pues él no me había pedido explicaciones, y además esa no era la mejor. También podría haberlo leído en el periódico. Pues si mi motivación era hacerle entender que yo, al igual que él, tampoco tenía acceso a un carro como ese. Sí, tenía razones para sentirme tonto.

De todos modos, la señora me dio la arepa, yo le pagué, el bus pasó y yo me fui. Claro, antes me di cuenta que sí existía una relación entre el muchacho y la señora, pues ella, que no vendía huevos, tenía una cacerola con unos huevos revueltos calentándose en la parrilla, la cual le dio al muchacho para que se la comiera con el concho del chocolate que había vendido.

En el bus, decidí comerme la arepa, porque ya tenía hambre, y hasta destapé mi revista de El Malpensante que acababa de llegarme, y que hace mucho rato no leo. Pasé por el Iceberg, haciendo caso omiso de mi consciencia que me gritaba: "Tarado! Tras de que pasas montones de horas en frente de un computador al día, ahora te da por leer de nuevo en un carro en movimiento! ¿Hasta cuándo crees que podrás alardear de tu vista 20/20?". Durante todo el día me ardieron los ojos. Pero como desde que me levanté tuve mucho sueño y cansancio, atribuido a las horas de fútbol nocturno de la noche anterior, dije que era por eso, y no por el computador, o la lectura de la mañana. A pesar de la molestia en los ojos, el día fue muy provechoso. Avancé bastante en todas la tareas que tenía pendientes. Pero no acabé.

Cuando salía para la casa, recordé que iba a dejar la revista que con todo entusiasmo había comenzado a leer de nuevo. La tomé, la guardé en su funda plástica y me dispuse a marcharme. Y fue entonces cuando lo entendí todo. El firmar mis correos personales con una frase que me encontré hace cinco años no me sirvió para darme cuenta de la realidad:

"Quien ignora el detalle, ignora la realidad" Hans Kehrl
El muchacho amable y soñador, que seguramente tenía una relación con la señora que me vendió la arepa, me había preguntado por el mazda 2 porque había visto que en la parte posterior de la revista que yo tenía en mis manos había un comercial del novedoso vehículo. Ahí, no sólo me sentí torpe de nuevo. También me burlé mucho de mí mismo.

kxi

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miércoles, 14 de mayo de 2008

Iron Man (o el hombre plancha)

Ya lo he dicho otras veces, no soy fan de los cómics, sin embargo si lo soy de las buenas películas, y aunque esta no te va a cambiar la vida, te va a convertir a la religión o te va a conseguir novia (en realidad, esto último es lo menos probable), es una historia bastante agradable, bien armada, con muy buenos efectos que te atrapa y te lleva hasta el final.

Bueno, el malo se deduce desde el principio.

Si no conocen la historia de Iron Man, si no se han leído las muchocientas mil revistas que han salido, y si no tienen una coleccion completa de el, pues no se preocupen, yo tampoco y me la disfrute mucho, no es prerequisito alguno porque la historia, ademas, esta contextualizada.

Iron man, esta bien hecha, regularmente actuada (digamos suficientemente bien), efectos increíbles, accion sin par y todos los elementos que la hacen entretenida, esas que uno no debe dejar de ver, asi sea para criticarla despues.

Ahora si, los fanaticos de los comics, por favor, ayudenme con la historia original.

P.D. Me duele no haberme quedado hasta el final de los créditos, normalmente lo hago, y esta vez me costo. Si no has ido, quédate hasta el final, vale la pena.

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lunes, 12 de mayo de 2008

Los Magníficos (The A-Team)

Cuando yo era peque, la televisión tenia solo 2 canales, y en uno de estos, pasaban lo que para mi entonces era el mejor programa que podía existir, "Los Magníficos" (en algunas partes llamado "El Equipo A": completamente correcto pero sin creatividad). Una de las películas que así sean muy malas me iré a ver a cine.

Bueno, hay que aclarar una cosa, y es que aun esta en fase de pre-producción, ni siquiera han escogido los actores definitivos, pero la lista parece ser:

Bruce Willis como Hannibal Smith
Woody Harrelson como Murdock
Ice Cube como Mario Baracus
No hay rumores para Templeton Peck (Face)


Creo que Bruce Willis y Woody Harrelson haran un excelente papel, pero Ice Cube no creo que le llene los zapatos a Baracus, sí, tiene la actitud, pero le falta masa, ademas seguro con el, cambiarían la conocida van por un Hummer o un Cadillac Escalade.

Igual, ahí les dejo el rumor para los que gusten de este viejo programa.

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Doomsday (nada que ver con Superman)

Debo confesar que de esta película no tenia ninguna referencia ni expectativa. Esto en realidad ayudo mucho a pasarla. Por recomendación me la conseguí (como siempre prestada, saben que no apoyamos la piratería) y decidí prestarle atención. Que les puedo decir, Doomsday es una mezcla entre Mad Max (la 2, porque no me gustó con Tina Turner) y Blade Runner (esta sí me gustó mucho). Lástima que solo se queda en eso, en una memoria post-apocalíptica de las buenas películas de los años 80's que nos hacían pensar en que pronto vendría el año 2000, y el mundo se acabaría.

Los ingleses están locos, eso todos lo sabemos, desde que inventaron el punk han estado tratando de vendérnoslo hasta en el café mañanero, y la historia de esta película no hace más que confirmarlo. En realidad es bastante entretenida durante la primera media hora, luego tiene giros interesantes pero fuera de contexto, y después aparecen caballeros en armadura. ¡¡¡CABALLEROS EN ARMADURA!!!

Ok, algunos se pudieron perder aquí, es entendible. La película es post-apocalíptica, hasta ahí vamos bien, ocurre en Inglaterra, sin problemas. Caballeros en armadura. Errrr...

Los paladines a caballo persiguen un Audi por la mitad de un bosque saliendo de una base militar secreta para encontrarse de frente con un bus modificado con púas al mejor estilo MadMax lleno de punketos que solo tienen armas arrojadizas mientras desde el carro se defienden con rifles de asalto.


Ahora si, ¿qué parte no entendieron?

Me di un poco de libertad literaria en el párrafo anterior, no ocurre todo eso en una sola escena, pero si en la película. ¿No les parece genial?.

Si aún se está preguntando porque la estoy poniendo un lunes, donde normalmente escribo sobre películas malas, pues hombre, porque a pesar de ser divertido desde este contexto, desparramado en una historia de una hora y 40 minutos, no es para nada divertido.

P.D. La protagonista tiene un ciber-ojo extraíble. Les aseguro que eso aparecerá en mi siguiente juego de Shadowrun

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domingo, 11 de mayo de 2008

Para los de más de 40 (Eduardo Galeano) -> Desechando lo desechable (Marciano Durán)

Recibimos el comentario marciano desde http://www.marcianoduran.com.uy, y bueno, pues también metimos la pata, para variar.


El texto original pueden leerlo en "Desechando lo desechable", nosotros dejamos este error aquí, para fustigarnos mentalmente, pero aclaramos: EL NOMBRE Y FIRMA ESTAN EQUIVOCADOS, Y ADEMAS ESTA INCOMPLETO!!



"Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores.
¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora está bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. ¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están fastidiando! ¡¡Yo los descubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de ........... años!

Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII). No existía el plástico ni el nylon. La goma solo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.

Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'. Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo). Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo? ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos... ¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos! Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!! ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'este es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el
ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney. Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. Ah ¡No lo voy a hacer! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado".

(Eduardo Galeano... no) Marciano Durán

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Celebrando el día de la madre

Hola, hoy no voy a disculparme por ayer. Ya saben que si no escribí es porque algo pasó, y si no pasó nada, pues ya conocen las instrucciones para disculparse. Hoy simplemente les cuento lo que me pasó, que es simple y que creo ya le ha pasado a muchos que escriben con alguna periodicidad: Cuando estuve inspirado, no tenía ni el tiempo ni el medio para descargar lo que tenía en la cabeza, y viceversa, cuando tenía el tiempo y el medio, la inspiración se iba.

Pues sí, ayer me encontraba comprando algunas cosas para celebrar el día de la madre con unos deliciosos burritos (ya que ya se cómo hacerlos), cuando me encontré a Javier, un gran amigo que nos visita de vez en cuando y que hasta nos ha escrito para nuestra sección de los viernes. En fin, le dije a Javier que en el corre corre del día no se me había ocurrido nada, y él me dijo, "pues ya tienes el tema. ¿Por qué no escribes sobre las compras de última hora del día de las madres?". Lo pensé, y me dije, "¿Por qué no?". Pero luego pensé que el artículo me quedaría muy parecido al de las compras de diciembre. Y es que se trata de lo mismo. Dejar las cosas para última hora. Así que me rehusé. Sin embargo, esta mañana cuando me bañaba y pensaba en cómo le iba a hacer entender a mi madre todo el agradecimiento, respeto y amor que le tengo, supe lo que debía escribir. Debía hacer extensivo ese sentimiento a todas las demás madres. Pero para eso, debía tener una definición de madre:

Todas las especies de nuestro planeta tienen una estrategia acorde para sobrevivir según las reglas de la naturaleza y su selección natural. Pues bien, algunas usan la estrategia de procrear por montones, como los insectos y otras usan la estrategia de tener poca descendencia pero criarla muy bien, con gran acompañamiento y hacerla muy fuerte, como los leones. Se supone, que el humano usa la segunda, pero la sobrepoblación mundial nos muestra que también usa la primera. Y además usa otra: Acaba con las demás especies para quedarse con todo. En fin, es algo estúpido, porque depende de las demás especies para sobrevivir, pero le ha costado mucho darse cuenta (aún toda la población mundial no se ha puesto de acuerdo con este punto tan simple).

El caso, es que los humanos con sus estrategias de supervivencia, según las leyes naturales, ahora se controlan a sí mismos, acabando con su misma especie, en un claro control de sobrepoblación. Algo parecido a lo que hacían los espartanos en la antigua Grecia, al quedarse con los hijos más fuertes y eliminar a los más débiles. Algo que ahora nos puede parecer muy salvaje, pero que lo hacemos inconscientemente cuando dejamos morir de hambre a la población más débil. Lo que pasa es que como no lo hacemos directamente, pues no nos damos, ni nos queremos dar cuenta de ello.

Bajo todo este panorama, donde los controles que los humanos hemos puesto sobre nuestra propia especie cada vez son más horrorosos, creo que una madre no es aquella que procrea. Eso es fácil (perdón por omitir el trabajo de parto, náuseas, y demás cosas difíciles del embarazo). Eso no sólo es fácil, sino que es hasta estúpido. Sí, es poco inteligente traer más gente a este mundo sin hacerlo de forma controlada. Y tener hijos no hace a una mujer una madre. Qué pena me da. Si fuera así, no habría tanto huérfano sin madre. Una madre, no es quien te trae al mundo (aunque en el sentido romántico de la vida, así debería ser). Una madre es quien tiene la valentía (como la tuvo la mía) de criarte, de sacrificar su vida para dártela y acompañarte hasta la muerte (la suya o la tuya) en todas tus etapas de la vida, de darte armas (valores y principios) para enfrentarte a este mundo tan enfermo, de retarte para que lo cambies en vez de agachar la cabeza y decir que ante este panorama tan negro todo está perdido. Esa es una madre. Yo tengo una, y así conozco muchas. Incluso conozco a madres que sin tener hijos asumen la responsabilidad sobre la crianza de otros. Esas y las anteriores son las madres que se merecen reconocimiento este día, y todos los días. Las demás que andan trayendo hijos al mundo porque sí y no asumen su responsabilidad sobre ellos, esas no. Esas que mejor usen elementos anticonceptivos, si es que no pueden reprimir sus impulsos, y que no llenen este planeta de humanos débiles e irresponsables como hacen los insectos. Porque a los insectos les funciona porque trabajan unidos como sociedad en vez de competir entre ellos, como lo hacen los humanos.

Obviamente, la celebración no puede ser sólo hoy. Yo procuro que en mi casa sea todos los días del año, pero dado que existe el día, por qué no tener la decencia de formalizar la celebración haciendo sentir bien a mi madre, mi abuela, mis tías y todas las demás madres (bajo la definición anterior) que me rodean?

¡FELIZ DÍA MAMÁ!

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