sábado, 28 de noviembre de 2009

Pixar

Un corto "sobre" pixar. La primera vez que lo vi me lo disfruté mucho, y esta vez lo busqué para compartírselo en esta sección que hace rato no publicaba nada. Espero lo disfruten igual que yo.


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martes, 24 de noviembre de 2009

Instrucciones para cambiar de color

"(...) y es tan fuerte la anestesia en el
mundo, corazón q yo no voy a ser quien
atrase las agujas del reloj yo voy a desafinar, es
mi bien desafinar pero es q me ofende tanta, tanta
vulgaridad hay un tren que va directo al centro de
tu amor y se cae siempre al mar y te ahoga de
dolor y nada me gusta más que tu risa,
corazón ese es tu mejor lugar, esa es mi
mejor canción nada me sorprende más
en la vida corazón q ver cambiar mi piel
como la del camaleón no te asustes por
favor sólo hay que salir al sol (...)"
Música para Camaleones
Fito Páez

El camaleón es uno de mis animales favoritos. Siempre me he identificado con su habilidad para camuflarse en ambientes difíciles. Hoy en día he encontrado ambientes en los que es más difícil hacerlo, pero aún así lo consigo. A veces pienso que lo hago concientemente y otras que simplemente me he acostumbrado tanto a operar así que ya no lo pienso. Es algo como lo que ocurre cuando uno se monta al carro y comienza a manejar después de muchos años de hacerlo. Por esta razón también, el camaleón nunca está en mis pensamientos. Me acuerdo de los perros, de los delfines y los peces, de los grandes felinos y los osos, y de cuanto animal veo en los canales de documentales, en las fotos y en el Zoo. Pero nunca pienso en el Camaleón (salvo cuando Fito hace su música para él, para mí, para todos los camaleones). Hace aproximadamente un mes recibí un video que me dejó mudo. Era el Camaleón por fuera de su ambiente en el que domina el camuflaje. Era el Camaleón en un ambiente difícil: el nuestro. Lleno de cosas artificiales, perturbaciones, morbo y burla. Era el Camaleón triunfando en su técnica del camuflaje en ese ambiente tan angustioso. Así que decidí, que mis palabras serían ociosas para cualquiera que quisiera saber cómo cambiar de color; que serían insuficientes, cortas, parcas e irónicamente monocromáticas. Pensé que en muchas ocasiones (y sobre todo en estos días tan visulamente alterados por la tecnología) las personas captan el conocimiento más fácil con las imágenes que con las palabras.

Es por eso que el que después de ver como este maestro del camuflaje cambia de color no pueda hacerlo, puede preguntarme cómo (pero creo que con sólo verlo basta):




PS: Si no encontraste el Camaleón que estaba camuflado en la foto tienes problemas de visión 360° o de imaginación

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lunes, 23 de noviembre de 2009

El asesino horripilantemente lento con el arma extremadamente ineficaz

Si se preguntaban porqué hace rato no escribía sobre malas películas, esta es la excusa perfecta razón, "El asesino horripilantemente lento con el arma extremadamente ineficaz"

Es una película realizada durante 12 años, lo cual se evidencia durante las 9 horas y media de duración de la misma, para la cual hay que tener cojones fuerza de voluntad para verla. 9 horas de horripilantes escenas que no les dejarán dormir tranquilos nunca más.

Sé perfectamente que con solo el trailer uds ya sabrán a que atenerse (después del salto):



Por supuesto, una megaproducción de este tipo tiene más de 18 premios en distintos festivales de todo el mundo, fácilmente verificables, pero les recomendamos visitar únicamente la página del productor Richard Gale para estar seguros.

Visto originalmente en:No lo puedo creer

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domingo, 22 de noviembre de 2009

Asombrosa Dibujante con Arena

Nada de lo que diga aquí le hará honor a este arte, así que simplemente los dejo con el video

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sábado, 21 de noviembre de 2009

"Haciendo" ando lo "que me toca" cuando "quiero" hacer otra cosa

Hace mucho, mucho rato no divagaba.

En este momento (viernes 01:17 am) no debería ser sano escribir y menos divagar, puesto que como en el cumpleaños de Mauroz, llevo muchas horas sin dormir y aunque debiera hacerlo, porque como dice Piero, de vez en cuando viene bien dormir; quería sacar un poco de mi sistema un par de pensamientos antes de seguir. Creo que mejor que un zolpidem, a muchos les puede servir este ejercicio. Bueeeno, no se si a muchos. A veces uno piensa demasiado. Lo cual no quiere decir que lo haga bien ni mal, sólo demasiado.

Lo primero que hice fue ver qué era lo último que había puesto en el tubo de escape virtual que he encontrado en esta web 2.0, todavía rara para mí que me gusta estar bastante conectado al mundo. El resultado fue horrendo:

kxi

That's you!
  1. con las reservas
  2. estirando como el caucho (la paciencia)
  3. lo que más duele de pasar la noche trabajando es no ir al picadito
  4. Todavía me llaman (mucho polo a tierra tan berraco)
  5. haciendo ando
  6. Leyendo http://www.instruccionesypa... en Manual de Instrucciones
  7. Me voy. Lo aviso con tiempo porque cuesta
  8. Descansando (escena de Matrix)
  9. En la u (sólo unas horas después). Como diría fercho: Escena de matrix cuando se ve el sol
  10. y sigo, GTF
  11. Viernes 13: 8.48pm y yo sigo aquí. Me quierooooo ir!
  12. Leyendo http://bit.ly/2zRDAP en Manual de Instrucciones
  13. Latest: cómo así? apenas es jueves? me quiero ir de aquí! 1 day agocómo así? apenas es martes? me quiero ir de aquí!
  14. cómo así? apenas es martes? me quiero ir de aquí!
  15. me dan motivos
  16. booooooooooooooooooooooooooooooooooooooooring
  17. Leyendo http://www.instruccionesypa... en Manual de Instrucciones
  18. Hoy estoy en Flamencos (nuevo claustro, ya configurado para mi gusto)
  19. #songs Churin Churin Chun flai
  20. se que tengo que hacer lo que no quiero hacer y quiero hacer lo que no debo hacer

Salvo las veces que señalé que estaba leyendo un artículo del Manual y un par de cosas locas como la canción del Chavo todo es un desahogo negativo, una queja eterna y sorda, un descontento "incomprensible". Así que me puse a pensar sobre las cosas que uno hace porque le toca y las que uno hace porque quiere. Llegué sin darle muchas vueltas al asunto ni validar los resultados de mi pensamiento, que entre el balance de lo que uno quiere y lo que le toca, siempre uno termina haciendo lo que quiere, incluso cuando hace lo que le toca. Me explico: A uno no le toca, sino que uno hace lo que "le toca" porque quiere. Porque quiere que "le toque" para poder quejarse, o porque quiere que "le toque" para no tener que decidir, o porque quiere otra cosa para lo cual se necesita hacer lo que "le toca" y esa otra cosa es mucho más importante que el sacrificio que representa hacer lo que "le toca". Sí, claro que sí. Descubrí el agua tibia, después de tantas horas de sueño. Pero como muchas personas que no "les toca" bañarse con agua fría lo siguen haciendo sin saber que prefieren el agua tibia, pues les cuento que ustedes como a mí tampoco "les toca" hacer nada.

En ese orden de ideas, mermaré un poco las emisiones contaminantes que dejaré en mi tubo de escape virtual y me concentraré en hacer lo que se me venga en gana lo más pronto que pueda (porque hacer lo que a uno no "le toca" sino lo que "uno quiere" tampoco es sencillo) y terminar de hacer lo que "me toca" en el menor tiempo posible.

Como primera medida, les hago una pregunta que espero no "les toque", sino que "quieran" responder: Cuánto creen puede costar (digamos en dólares para tener una moneda comparable) darse un año sabático sin tener que trabajar viajando por varios países del mundo (indicando los países, claro).

PS: Hacer lo que "quería" (escribir) en vez de lo que "me tocaba" (dormir), a pesar de que de vez en cuando venga bien hacerlo, me hizo tanto bien (para mi alma).

PS2: Es curioso. No encontré ninguna de estas palabras exosto, exsosto, exhosto, o ecsosto en el diccionario de la Real Academia Española que deriva de la palabra Exhaust. Cada vez que se la vuelva a escuchar a alguien, voy a tratar de recordar que le debo preguntar cómo la escribiría. A ver si "quiere" responderme.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

Instrucciones para viajar a Salento II parte

Mucha gente dice que las segundas partes no son buenas. Y puede tener razón, pero en las películas; en los viajes la cosa es diferente. Cada vez que uno recorre un sitio que ya ha recorrido tiene la oportunidad de remembrar el primer momento en que estuvo allí.


En este caso es una segunda parte por dos razones. La primera es que Sama ya nos había regalado unas bonitas y muy útiles instrucciones para realizar el viaje y la otra, es que era la segunda vez que iba a Salento.


Lo primero que debe hacerse para ir allá es tener las ganas. Yo me las había generado desde la primera vez que fui con mis amigos del colegio en el último año y nos tomamos una cantina de piso de tierra y grabadora para armar tremenda rumba. Hoy en día la cantina sigue siendo cantina y es la más visitada del pueblo, pero ya tiene piso baldosa y un sonido poderoso. Pero las ganas se despertaron más cuando leí con cierta envidia el paseo maravilloso que realizó sama. Por otro lado, las ganas de mi novia también venían en crecida desde que visitó el Eje Cafetero y despertó un enamoramiento hacia esa tierra. Dado que el permiso para ausentarme de mi trabajo un par de días y poder realizar un viaje más largo no llegó, pues las ganas se convirtieron en GANAS. Fue un paseo de desquite, hecho con ganas.


Lo segundo que debe hacerse para viajar es leer estas instrucciones. Punto. Lo tienen todo.

Lo tercero es comenzar a cambiarlas a su antojo. Por ejemplo, en vez de irse en bus, si tiene la posibilidad puede irse en carro. Si viaja sólo o con un acompañante es más caro, mientras que si llena el carro de gente, pues le sale más barato que ir en bus, porque puede distribuir los costos de la gasolina y los cinco peajes que se va a encontrar. Particularmente, aunque no me gusta manejar, me parece rico ir en carro, y más en plan de paseo. Porque uno se puede parar, tomar una foto, tomar el aire, saltar, gritar y cantar. Porque puede perderse y volverse a encontrar y porque muchas cosas se puede inventar. Además porque salvo que se encuentre con algún trancón, está más seguro de la hora de llegada que cuando tiene que ir a luchar en un terminal la cola de salida en un puente, que es cuando más viaja la gente. Total, máses y menoses (jejeje).


Entre los más y los menos, y las cosas que puede modificar está la hora de salida. Yo decidí (por cuestiones laborales) no tomar la sugerencia de Sama de salir temprano, sabiendo que perdería el primer día. Llegamos en la noche y dando vueltas por las carreteras del Quindío, que aunque tan buenas como las del Valle, poco o nada iluminadas y pobremente demarcadas. En una noche llena de lluvia y disfraces de Halloween, con un poco de aprensión por un lado y espíritu de aventura por el otro, sólo media hora más tarde de lo previsto, aunque recorriendo varias veces el mismo tramo. Gozando un poquito de la hospitalidad del armenio (no tengo claro cómo es el gentilicio) que con vigor le indica a cualquier chinazo* cómo es que se llega a Salento.


En cuanto al hospedaje, si tomamos la recomendación de Sama. Visitamos la bonita hostería Calle Real, gozando de la buena comida y gran hospitalidad de Doña Ana Cristina, su esposo y la gente que trabaja con ella. Es un plácido lugar donde ves entrar extranjeros todo el tiempo y te sientes viajero del mundo. Para una pareja o varias que quieran habitaciones separadas este lugar es ideal. Por parte de la comida, pues me sentía en el paraíso, pues yo podría comer pescado todos los días de mi vida, y siendo la trucha un pez tan sabroso además acompañado de bebidas como el canelazo, los hervidos, cerveza e incluso sangría; era algo soñado. Por parte de mi acompañante que no disfruta el pescado como yo, pues también pudo gozar de algún crep de pollo con champignones o un queso con trucha (trucha gratinada, que sabe más a queso que a trucha) para calmar sus placeres alimenticios.

También seguimos el consejo de Sama de ir al Valle del Cocora. Ah, lugar bello ese. Tiene unos paisajes que lo llenan a uno de paz y armonía. Además, tiene un aire que le renueva a uno el tanque pulmonar para afrontar la contaminación de la ciudad por una semana. Es bellísimo, frío y delicioso estar ahí. Se puede observar cómo crían las truchas y también comer ya sea barato y rico y caro y cómodo. Lo barato no es incómodo, pero no tiene los paisajes, la música y el ambiente que le hacen pasar un rato mucho mejor a uno (tal vez de ahí las cuentas de Sama sobre la comida necesaria y la innecesaria). Lo único que quiero advertirles es tener cuidado con la hora de llegada al restaurante. Esto puede hacer que su momento sea placentero o muy doloroso (por la gastritis que se le puede desarrollar mientras espera).

Finalmente las chucherías (obvio también tomamos muchas fotos y nos ganamos muchos minipuntos). Son estupendas. Hay de todo tipo: baratas, caras, bonitas, feas (que son bonitas a su modo), funcionales, inútiles, asombrosas, iguales a lo ya visto antes. En fin, hay para escoger como niño en juguetería. Tal vez, si tienen mayor fluidez, mi recomendación es llevar buen dinero, puesto que aunque ya muchos reciben tarjeta, la mayoría no lo hace. Y éste puede ser el lugar para mercar los aguinaldos y regalos de cumpleaños atrasados. Eso si, lleve sencillo. Es difícil encontrar quien cambie un billete grande en el pueblo.

Con esto los dejo en Salento, para que lo visiten y lo disfruten.

*Nota: Chino es una expresión de algunas regiones del país para referirse a un niño o un jóven. En Cali no decimos Chino, sino Pelado y en Barranquilla dicen Pelao.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Para qué sirvió el día sin carro?

Hace poco más de un año nos preguntabamos aquí en el Manual para que era el día sin carro?, y en aquella ocasión tuvimos más preguntas que respuestas.

Esta vez confirmé mis sospechas. No sirve para nada.

Lo único que esperaba es que lloviera, así como amenazó durante parte de la mañana para que pasara de ser el día para las bicicletas y vehículos alternativos a ser el festival del taxi.

No solo la gran cantidad de taxis no permiten la movilidad a las bicicletas como debieran, sino que se aprecia (sin ruido de fondo) que son estos mismos los que superpoblan a la ciudad. Al menos en el centro, donde trabajo, la diferencia fué mínima.

Estuve algún tiempo de testigo presencial del ajetreo del mío, y aunque se notaba "un poquito" el aumento de buses articulados, la gente desbordaba la capacidad, al mejor estilo del papagayo* en su peor época.

Al menos, el año pasado se tenían unos objetivos claros (o eso creían), esta vez era solo sacar a los carros particulares de la ecuación, pero igual, había trancones, no había movilidad para los peatones y las ciclorutas no estaban organizadas. O sería solo en el centro que se vivió este martirio?

Como les fué a ustedes en el día sin carro?


* el "papagayo" además de ser un ave de incomparable belleza, es una empresa de buses de Cali de una generación anterior, que solía sobrepasar su capacidad de pasajeros de forma cuántica, llegando a unos límites del 250% de capacidad.

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jueves, 5 de noviembre de 2009

Caliwood

Caliwood nació, como concepto, en la cabeza de un loco caleño llamado Andrés Caicedo, amado por muchos, despreciado por otros tantos, e ignorado más allá de una simple referencia por la mayoría. Es cierto que Caliwood no tiene la abundante producción de sus seudo-homónimos Hollywood o Bollywood, pero es una idea que nació por allá en los años 70, y que a pesar de todo, el tiempo no ha sido capaz de convertir en solo un recuerdo. Cali le apuesta al arte, Cali le apuesta al cine, y ahora Cali hizo una interesante apuesta con su Primer Festival Internacional de Cine, del cual este blog ya ha realizado bastantes referencias.

El abundante repertorio del FICC fue separado en 17 secciones, de las cuales una de ella se llamó justamente, “Caliwood: Ayer, hoy y Mañana”, donde se realizó una selección de 13 películas que van desde una realizada en 1926, hasta un preestreno. En este artículo resumimos lo que se vivió en dichas películas. Pero para esto primero una contextualización. De las 13 películas, cinco no me las he visto, una se la vio Macaco como inauguración del Festival, dos me las vi el año pasado, y seis las pude apreciar en la sala de cine de Proartes de forma gratuita.


A continuación, cada una de las películas en el orden en que fueron proyectadas.

1. La Sangre y la Lluvia

No es realmente la primera película, pero era oficialmente la “Película de Apertura” y la película de Preestreno de este ciclo. También es justamente una de las que no me he visto, pero ya Macaco hizo la correspondiente referencia en el primer artículo que hicimos sobre el FICC.

2. Caliwood

Esta fue la primera película que proyectó Proartes de este ciclo. Desafortunadamente es una de las que no me logré ver y consistía básicamente en un documental donde entrevistaban a personajes que vivieron y crearon el primer Caliwood.

3. Garras de Oro

La película más antigua de este ciclo, estrenada en 1926. Por supuesto era una película muda, y es la primera película de Colombia donde aparecen secuencias en el original coloreadas a mano, de una toma de la bandera de Colombia ondeando al viento.

4. La Mansión de Araucaima

La primera película que me vi dentro de este ciclo y fue una gratísima bienvenida. Esta película, que fue realizada por Carlos Mayolo y estrenada en 1986, es una de esas piezas que me hace sentir orgulloso de saber que en mi tierra se realizaran producciones tan buenas, tan raras, tan diferentes, tan especiales. La sinopsis la pueden encontrar en cualquier lado, una mansión donde hay una serie de personajes particulares (el Dueño, un Fraile, un Piloto, el sirviente, el Guardián mercenario y la Machiche) y llega una joven que hace que la psicodelia que ya existe en esa mansión se eleve a niveles insospechados. Fue como abrir una botella de agua de hace 23 años y descubrir que sigue estando fresca. Uno no puede decir que la entendió, tampoco que no la entendió, pero sale con la certeza de haber vivido y convivido un momento especial.

5. Flores del Valle

De esta película solo me pude “disfrutar” la segunda mitad. Película de Calvo Olmedo estrenada en 1941. Es una de esas películas en que te sonríes con ternura, como cuando vez el dibujo que ha hecho un niño en pre-escolar tras mucho esfuerzo. Objetivamente se podría decir que es una película en blanco y negro donde los cortes eran sumamente bruscos, y los diálogos eran casi recitados (con sonsonete incluido, y pausa entre frase y frase). Pero nah, nada de eso importa ante el placer de poder disfrutar una obra que ha sobrevivido tanto tiempo. Trata de una “campesina” que viene a la ciudad y demuestra que sabe más que todos en cuestión de expresiones artísticas, bailando, interpretando instrumentos, cantando, recitando, y que tras un discurso final deja callado hasta a un juez de la república. Fue una experiencia bonita y realmente interesante, aunque difícilmente desearía repetirla.

6. La Gran Obsesión

Tenía un gran interés de verme esta película puesto que en una de las Kinetoscopio de este año (revista de cine) habían publicado una entrevista realizada al director (en donde decía que el productor era un pícaro), y una al productor (en donde decía que por el director perdió todo). Yo tenía franca curiosidad de esta película que era la “primera película filmada en Tecnicolor en Colombia”. Aunque esperaba que no fuera buena, debo decir que no me decepcionó, efectivamente no es buena, aunque fue interesante ver algunas de las cosas que se mencionaban en la entrevista. En resumen trata de una mujer que viene del campo y se vuelve la obsesión de todos los que se encuentra, y tras darle un único beso a uno de ellos ya decide casarse, rompiendo innumerables corazones.

Otro dato interesante es que esta (junto con Flores del Valle) eran las que proyectaron un miércoles de 4:30 a 6:30 de la tarde en Proartes. Inicialmente pensé que en ese horario habría poca gente, y fue una sorpresa darme cuenta que estaba tan lleno que incluso por un rato me tocó estar sentado en el suelo. La pregunta apropiada en este punto es ¿Qué tipo de personas van a las cuatro de la tarde a ver cine de hace 60 años?, si, no es muy difícil de adivinar, las personas que hace 60 años veían cine y ahora están jubiladas y tienen tiempo para eso. Ese fue una gran plus en el asunto, pues habían constantes comentarios de “mira, en esa casa vivía yo” o “¿recuerdas cuando demolieron esa casa?” y cantidad de comentarios por el estilo. Fue muy bonito ver a esa cantidad de “adultos mayores”, o viejitos (como me parece más chévere decirles) emocionados con lo que veían.

7. Pura Sangre

Película de Luis Ospina estrenada en 1982. Es la versión de la historia del Monstruo de los Mangones que realmente aterrorizó a Cali en los años 60 y otra de las joyas que encontré en este ciclo. Trata básicamente de un anciano hacendado que por una enfermedad necesita transfusiones continuas de sangre y su hijo chantajea a sus choferes y enfermera para que le consiga niños de donde sacar dicha sangre sin que este lo sepa. La historia como tal resulta interesante, pero la verdad es que la película está muy bien hecha, lleva la historia de forma suave y fluida, divertida y espeluznante al tiempo, mostrando exactamente lo que quería mostrar y logrando exactamente lo que quería hacer sentir. Es un placer saber que el tiempo y las mejoras cinematográficas no han disminuido la apreciación de esta película, lo que significa que fue hecha con excelentes bases.

8. A la Salida nos Vemos

Esta película de Carlos Palau de 1986 fue una de las que decidí (acertadamente, diría) no verme, para poder disfrutar una del ciclo oficial. Ya en este blog se referenció alguna película de Palau, y eso ayudó a tomar esa decisión, pero ya llegaré el momento en que le de la oportunidad.

9. Cuarenta

Cuarenta es una película que estrenó Carlos Fernandez de Soto el año pasado, y la única del ciclo Caliwood que fue presentada en Centenario. Esta fue presentada en el mismo horario de “A la Salida nos Vemos”, y no me la vi por el mismo motivo, porque estaba disfrutando de una película de la selección oficial del festival. La decisión para no escoger esta fue impulsada por la revista Kinetoscopio (una vez más) ya que no queda muy bien parada con la referencia que le hacen. Aun así creo que también esta tendrá su oportunidad en su momento (tal vez cuando cumpla los cuarenta).

10. El Rey

Otra película que tenía expectativas de verme desde que alguna vez mi papá me dijo “pasé por tal parte y estaban filmando una película que como que se llamará el Rey o algo así”. Esta película que en el 2004 estrenó Antonio Dorado Zúñiga y con la cual se clausuraba por completo la época del cine colombiano del humor de madrazo, e impulsaba todo lo que ahora llamamos “el mismo perro con otro collar” es una de esas películas de violencia, sexo y exportación de droga donde un pobre manda “harina” al exterior, se hace rico y al final lo matan. Pero es de las primeras, cuando apenas estaba empezando la moda y tenía algo de sentido hacerlas. Además, es una película muy bien hecha, con buenas actuaciones, con una dirección sería, sin presunciones innecesarias y mostrando lo que en su momento se quería mostrar. Es una de esas películas que uno se “tiene” que haber visto, aunque ya abunden las de esta clase en Colombia (todas las demás se pueden obviar).

Como nota curiosa, mientras me veía esta película, todo el tiempo sentí que la pémisa película “El Arriero” era una parodia al estilo “Epic Movie” de esta, algo así como la “Narco Movie” criolla, incluso creo que su director decía algo así como “no es otra película de Narcos”.

11. Satanás

Que hermosa película. Posiblemente algunos pensaran que hay que ser algo Macabro para calificar como “hermosa” una película que empieza con un filicidio múltiple y termina con una masacre en un restaurante, pero así es como me siento en la obligación de calificar a esta película que en el 2007 estrenó Andres Baiz, el cual estuvo presente para el inicio de la película, emocionado como un niño mostrando su juguete favorito. Trata de tres historias que transcurren de forma paralela y terminan juntas recibiendo su porción de “plomo” en pequeñas cápsulas. De estas, la actuación del protagonista (el profesor de ingles que me daba la impresión que no sabía ingles) fue la que menos me gustó, pero no era realmente mala, solo aceptable. La actuación de la mujer que ayuda a hacer paseos millonarios encontrando victimas en discotecas (pobrecita) es buena, y la actuación del padre es realmente dramática y emocionante. Pero más allá de esto, la película está llena de detalles a la altura de las grandes producciones, donde lo importante no es solamente el hilo principal, sino que alimentan los momentos con pequeños toques, como cuando la mujer va pegando calcomanías de acuerdo a su estado de ánimo. En resumen, una hermosa película.

12. Yo Soy Otro

Como mencioné en el encabezado, esta película es una de las que no me vi dentro del festival, sino que fui uno de los afortunados que se la pudo ver en uno de los tres largos días que estuvo en cartelera el año pasado. Esta película de Oscar Campo es una fiel representante de lo que es Caliwood, un cine diferente, bastante extraño, colindando con el cine arte sin dejar de ser simple ficción. Hay una realidad, las actuaciones (TODAS) son perversas; desde el inicio arranca con una “voz en off” que no tiene la fuerza para ser una “voz en off” y que augura lo que nos encontraremos en los actores. Lo interesante es que a pesar de eso, la historia es tal que logra mostrarse y brillar por encima de lo que debiera ser, pero no fue, un fátidico error. Trata de un personaje (típico empleado de oficina promedio) que descubre que está enfermo con un virus raro, y tras un hito empieza a encontrarse multiplicado, muchas veces a si mismo, todos sabiendo que son el mismo, pero cada uno con su especial personalidad y cada cual con un impulso particular de acabar con los otros, y no por metafísica, sino por plata, por corrupción, por motivos banales. Simplemente es deliciosamente extraña, así que a pesar de sus actuaciones la recomiendo enfáticamente.

Como dato curioso, uno de estos multiples personajes (que son él mismo) es un travesti que dice algo así como “… y todos han pasado por este cuerpesito” y yo no pude contener la expresión “¿Cómo así, se comía a si mismo?”, eso es llevar el morbo a niveles inimaginables, realmente me sorprendió.

13. Perro come Perro

Esta película del 2007 de Carlos Moreno es buena y punto, no excelente, tampoco mala, tal vez un poco repetida, pero fresca. Claro que estoy redundando en comentarios, ya que de esta película Samuel (un alter ego de Macaco) ya habló en este manual, así que les recomiendo mas bien dicha entrada, con sus respectivos comentarios.


En resumen, así se vivio Caliwood en el FICC que hizo Caliwood. Proartes estuvo full casi todo el tiempo, la gente participó, las películas estuvieron a la altura en contexto general, y el alma de los que asistimos ha quedado un poco mas brillante, mas alegre, y con mas estímulos para apostarle a las cosas que queremos.

¿Alguien vivió el Caliwood (ya sea el del 70 o el del FICC), y quiere decir algo? ¿O alguien que no lo haya vivido y se muera de la envidia? ¿alguno que no esté de acuerdo con lo referido o que pueda hablar de lo que no me vi?

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

This is it (Michael Jackson)

Acabo de salir de verme esta película.



Después del silencio necesario solo me queda añadir que es espectacular, no hay que haber nacido durante el final de la decada de los 70's o inicios de los 80's para tener una infancia influenciada por su música. A mí en particular, me sucedió que fue el primer video musical que ví en televisión (aún era en blanco y negro).

Después de ver la energía con que se movía a sus 50 años, el micro control que tenía sobre cada aspecto de su show, lo increíblemente creativo que podía llegar a ser, la emoción que le imprimía incluso a los ensayos, me queda el dolor en el pecho por no haber asistido nunca a un concierto de esta magnitud.

Lo cierto es que después de ver este documental me quedo triste, Michael era demasiado bueno, tenía mucho talento, y eso es algo que no creo que se vuelva a repetir pronto.

Las coreografías son excelentes, incluso en los intermedios donde solo está perdiendo el tiempo o simplemente se divierte. Las partes donde saca todo el jugo de su versatilidad vocal, para luego quejarse de que lo dejan animarse mucho y cuidarse poco son inigualables.

Pero por supuesto, yo sé que ya todos se vieron esta película documental que solo durará una semana más en cartelera, que es algo que no se puede perder y que si llegaste hasta aquí y no la has visto, no deberías perder tu tiempo y reservar tu entrada.

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martes, 3 de noviembre de 2009

¿Cómo se cata el vino?

Umm, bueno, creo que todavía es martes...

Hace ocho días regresé, e intento con mucha fuerza no dejar que la rutina me lleve a alejarme de nuevo de las palabras. El pasado veinticinco de septiembre, nuestro Manual de Instrucciones cumplió su segundo año de vida, y a diferencia del año pasado, éste pasó en limpio. Ninguno de los integrantes del Manual publicó algo alusivo al cumpleaños que diera paso a la celebración de la existencia de este espacio mágico y agradable que se ha convertido en comunión y esparcimiento para varios geeks y para otros no tanto. Todo parecía indicar que a una corta edad el Manual perecería. Pero eso no quería decir que no pudiéramos celebrar el tiempo que nos había brindado hasta entonces. Inventando otras excusas como esa, Mauroz organizó una cata de vino para reunirnos, la cual disfruté mucho.

¿Y qué es una cata de vino?

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra catar como la acción de probar, gustar algo para examinar su sabor o sazón. Así que una cata de vino es probar el vino para examinar su sabor o sazón. Simple. Pero resulta que el vino se examina no sólo con el gusto, sino con los otros cinco sentidos. Así que no basta con una degustación corriente para hacerlo. Por eso se organizan las catas.

Y cómo se cata el vino?

Lo primero que sugiero es organizar un espacio propicio para hacerlo que cuente con las cepas necesarias para la cata, un conocedor del tema, las herramientas (ya hablaré de ellas más adelante) y todos sus sentidos dispuestos al placer. Esto lo puede hacer con algún proveedor de vinos, restaurante u organizador de eventos, pagando una "módica" suma y estirando el dedo meñique durante algunas horas o puede reunir a un conjunto de ignorantes y pretenciosos amigos que estén dispuestos a catar el vino como en el barrio y romper los esquemas. Particularmente la última me suele gustar más. Sobre todo, porque por encima del misticismo que encierra la deliciosa bebida y la fuerza con la que ha logrado el fuerte mercadeo de ella invadir nuestras vidas, yo creo que está algo sobre ponderada. Es decir, una botella de vino es algo maravilloso, deleitar sus sabores es algo envidiable, pero no es más envidiable que disfrutar de una fruta fresca, recién bajada del árbol, y hacerlo en cualquier época del año. Ya quisieran los habitantes de los países con estaciones pasar su almuerzo con jugo fresco, ya quisieran. Aún así, aproveche que el vino ahora está más barato y déjese llevar por la magia (ya que el jugo de mágico, nada de nada).

El motivo, como mencionaba antes es lo de menos, ahora la forma de hacerlo, esa sí es divertida. Nosotros, decidimos comprar cinco botellas de vino de la misma marca (Gato Negro), pero de cepas diferentes y acompañados de tabla de queso, pollo albino (Mauroz se esforzaba en explicarme que era "al vino", pero nunca entendí), galletas y queso cheddar enfrentarnos a los sabores, que nos pudieran ofrecer.

Casi como un ritual, elegimos el orden de las botellas y nos ofrecimos al placer del paladar (debo admitir que a pesar de mi disertación anterior sobre el jugo y el vino, éste último permite unas sensaciones diferentes en cada parte del cuerpo) y del alma. Carménère fue la primera botella, con la cual Mauroz nos invitó a ver el vino, a lo cual Sama replicó con la ávida acción de levantar la copa; pero no para tomar, sino para ponerla a contraluz y mostrarnos la aureola y las patas que el vino dejaba al ser agitado en la mesa para mezclar mejor el oxígeno con su sabor. Bueno, lo intentó, pero la genorosa dosis que Mauroz sirvió en la copa se lo impidió. Luego seguimos cortando el sabor y el olor del vino con galletas y café (las herramientas) y procedimos a degustar también un delicioso Malbec argentino (el único, los demás eran chilenos), el cual hasta antes de la cata había considerado mi favorito. Recordando aquella fabulosa película que tradujeron como "Entre copas", introdujimos la nariz en nuestras copas para permitir que los taninos no sólo navegaran sobre nuestra lengua sino a través de nuestras vías respiratorias y nos embriagaran de su sabor. Seguimo con el que ahora es mi vino favorito: El Syrah, un vino gentil que supo someternos. Más dulce que los demás (será porque es más parecido a la frescura de los jugos que supo engancharme). Con las lenguas un poco adormecidas, pero al mismo tiempo más fluídas en la conversación también palpamos nuestras copas y dejamos que los sabores nos estremecieran.

El Merlot, que nunca nos defraudará como regalo supo llegar en buen momento e inundó con todo su sabor nuestras bocas que ya deleitadas en sabrosos manjares se confundían para decidir qué sabor querían repetir en una cercana y próxima ocasión. Cuando el sueño y la responsabilidad nos anunciaban la partida, rápidamente, el tal vez más popular de todos, Cavernet Sauvignon supo cerrar la noche con un sabor que se hizo más suave que de costumbre, después de haber bailado con cada uno de sus hermanos.

Era una noche bella, de recuerdos y pequeños placeres ofrecidos por Baco, cuando no recuerdo a qué energúmeno se le ocurrió la idea de romper el protocolo y mezclar a todos los hermanos en un gran baile final para nuestras lenguas. "¿Queeeeeeeé?" dirá el más papista de los catadores, al leer estas palabras. Ante lo cual un irrespetuoso de estas costumbres, como lo soy yo le dirá. Y sí! Fue así la cosa! Y no sólo eso, te invito a que lo hagas. Mezcla las cinco cepas y sabrás que cada una independiente de las otras cuatro es una pobre ordinaria y miserable ante la maravilla obtenida en conjunto. Lo malo es que ahora para lograr mi sabor favorito, tendré que tener cinco botellas en mi nevera esperando la inusual mezcla que ansía ese sexto sentido que Mauroz estuvo explicándonos esa noche. O bien, podré visitar a Mauroz y pedirle una copa de la botella que guardó la bienaventurada mezcla.

Ok, ya no es martes.

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lunes, 2 de noviembre de 2009

Escuela del Rock

Ahora, después de volver de mis autoimpuestas vacaciones, he tenido varios problemas.

El primero, es que confundo los días, el miércoles puse una película que me pareció (muy) mala, y hoy pongo una que me gusta mucho, y que de hecho me he visto muchas veces.

El segundo, es la película que me recomendó Cristhian, me he negado a verla por salud mental, y de hecho es la que debería ir hoy, pero aún no la termino.

Lo tercero, es que tengo 4 pases dobles para regalar, y no tengo idea de como lo voy a hacer, 4 PASES DOBLES A CINE!!!

Empecemos por el principio, Escuela del Rock es una de las pocas películas buenas de Jack Black, del cual le conozco cosas detestables y otras demasiado buenas, esta es una de las magníficas.
Punto, véanla, disfrutenla y apoyen a sus hijos (cuando los tengan) para que toquen algún instrumento musical, así uds no se lo aguanten.

Ya está, ahora el segundo punto. Quien se la quiere ver? no, en serio, quien va a hacer el esfuerzo y escribir un artículo. Si alguien lo hace le regalo entradas a cine, pero esto es trampa, porque aún tengo 4 pases dobles a cine!

Lo que me lleva al 3er punto. Aún no sé como regalarlas (el punto anterior no vale). Que les parece si en los comentarios alguien propone una manera interesante (ya saben, geek y chistosa) para regalar las entradas, esa persona se gana un par de pases dobles, y los otros 3 pases los regalamos entre los demás que comenten... que tal?

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