Inspirado en una foto que me compartió Sama hace poco, de la cual pude burlarme larga y silenciosamente y en un recuerdo de una experiencia similar vivida hace casi dos años, hoy les presento estas posiblemente útiles instrucciones:
Posiblemente se hayan topado con el aumento del tamaño de las góndolas para exposición de vino de los autoservicios, o con invitaciones a catas de vino. Pues bien, con la inminente globalización, que a los dospuntoceristas ya no les parece novedad, la llegada y consolidación de las cadenas de autoservicios europeas, el fuerte mercadeo emprendido por los productores de vino chilenos y argentinos y la reducción en los precios de este bien de consumo (de delicioso consumo), ha hecho que muchos de nosotros pensemos en una botella de vino como una excelente elección a la hora de hacer un regalo, de llegar a una reunión con algo bajo del brazo (ya no sólo un pan) o de simplemente comprar para disfrutar en la casa, acompañado o en solitario. Pues bien tenga presente que para poder disfrutar de este delicioso bien de consumo, es decir, para consumirlo, debe poder destaparlo primero. Y esto, no es algo obvio.
La selección
En la góndola (o en el lugar que haya elegido para comprar) se encontrará una gran variedad. Si usted no es un gran conocedor ni un gran paladar, hay dos opciones fáciles con las que usted quedará bien: Merlot o Malbec. La Cabernet Sauvignon también será una buena opción, pero las dos cepas anteriores le garantizarán una suavidad que todos los comensales apreciarán. Ahora no se preocupe mucho por la marca, sólo busque algo al alcance de su bolsillo y a la altura de la ocasión. Las cepas combinadas también son buena opción. Y claro, hay varias otras cepas buenas. Yo sólo les presento una opción con la que irán a la fija.
Las herramientas
Es sabido por la mayoría, pero no por todos, que las botellas de vino con tapadas con un corcho. Algunas (contenedoras de vinos jóvenes) con corchos sintéticos. Éstos cada vez más difundidos. Esto quiere decir que usted debe garantizar que habrá un sacacorchos al lugar donde vaya. Ya sea porque sepa que allá existe uno (es una casa donde acostumbran a beber vino) o porque usted mismo lo lleva. Claro que usted puede omitir este paso; no considerarlo importante, o simplemente pensar que es una norma de cortesía no llegar con un sacacorchos en el bolsillo. Así mismo como no tener un destapador de botellas de cerveza en el bolsillo también puede hablar bien de usted. No es lo mismo, claro, si usted carga una navaja de esas que tiene múltiples opciones. Teniendo en cuenta eso, y en que usted quiere sorprender (no revelar sus intenciones de beber vino), tampoco llame al anfitrión a contarle que va a llevar una botella de vino.
La improvisación
Siguiendo los pasos anteriores, y teniendo en cuenta que Murphy nunca falla, usted llegará, entregará su botella y con una gran alegría será recibida para luego confesarle que no hay sacacorchos en la casa. Así que aproveche, cualquier momento en el que se pida azúcar, hielo, la licuadora, etc. a los vecinos para también pedirles un sacacorchos. Una vez comprenda que unos adictos a los juegos de video no tendrán los utensilios adecuados para beberse una botella de vino; en cambio sí una caja, pues todos saben que con unas llaves se puede abrir la caja de vino para ser disfrutada con cuidado, puesto que el aserrado sistema puede facilitar que las camisas blancas sufran manchas (sobre todo si son nuevas, remitiéndonos de nuevo al genio Murphy). En fin, volviendo al tema que nos compete, le recomendamos ensayar varios métodos.
El momento de gloria
Una vez logrado su cometido, por cualquier método, le aseguro que mínimo una gota de sudor habrá derramado y que más de una gota de saliva habrá dejado su boca y garganta con ansias locas. Así que simplemente, siéntese, disfrute, relájese y saboree ese delicioso vino que tantas carcajadas le habrá causado a esta altura de la noche. Y para la siguiente vez, también deje el sacacorchos, pues es más divertido así. Bueno, a menos que ya sepa qué regalarle a su amigo en el siguiente cumpleaños.
Foto: Verofly
1 comentario:
Me has hecho reir mucho con estas instrucciones, y al mismo tiempo recordar varias cosillas.
Una de ellas es que en mis épocas de vagancia universitaria se me ocurrió comprar una botella de vino para compartir con mis amigos y nadie pudo destaparla... entonces tocó correr a comprar una caja que es mucho más fácil de destapar. Esa costumbre se quedó hasta hace relativamente poco, ya que volví a las botellas, como Baco manda.
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