Creo que es importante decir que da un poco de miedo. Que se siente como cuando te da por abrir la bocota para anunciar con mucho ímpetu que una película es muy buena a algunos amigos y luego caes en la cuenta de que ellos tienen un gusto muy diferente al tuyo; entonces has generado una gran expectativa. Algo así, se siente después de no escribir hace tanto tiempo. Luego intentas volver a escribir y ya nada te convence. A veces los demás no esperan tanto de uno, más que lo que uno mismo espera. Sólo esperan que llegues, que estés ahí, y no que salves el mundo. Matar estos fantasmas es más difícil cuando se exprime hasta el último segundo del día siendo productivo y los segundos que sobran se utilizan para satisfacer los deseos afectivos y relaciones emocionales que te ligan a la vida. Complaces a tu familia, a tu pareja, a tus amigos, y pronto te ves en un carrusel de ires y venires que te alejan de las palabras.
También creo que es preciso anotar, que muchas veces no se puede regresar solo. Hace falta de un cable a tierra o un polo al cielo que te recuerde con correos, llamadas, miradas, voces y hasta desconsuelos que eres más fuerte que la inercia del mundo. Esa que te arrastra hacia la competencia y te hace olvidar las cosas importantes de la vida (y la más importante, tú mismo). Una canción, ayuda de vez en cuando, así que es preciso no apagar nunca la música en tu vida.
Estoy totalmente convencido de que el paso más importante es escuchar y asimilar. Escuchar las voces de tu polo al cielo, de tu cable a tierra. Dejarte tentar por la vida, asistir a las ceremonias. Celebrar, aunque tarde que este espacio que nació casi accidentalmente en una noche de copas y reencuentros cumplió el mes pasado dos años de existencia. Asumir y aceptar, que como un hijo olvidado que además resultó ser juicioso, fue castigado por la indiferencia de sus padres. Permitirse la reivindicación y el perdón y darle vida a ese lugar que nos ayudó a soñar tantas veces.
Ahora sé que el paso final es celebrar tardíamente con una Cata Felina y pensar en el futuro. Pensar y repensar, mientras que el vino mezclado corre por la sangre y se mantiene en el sistema varios días después y comenzar de nuevo. De una forma diferente, con nuevas secciones, formas y fondos. Permitiendo que el tercer año de madurez del Manual lo haga diferente, así sea en la voz o en el acné temprano que tendrá este niño que ya camina y aún no habla bien. Este niño que sabe tomar vino, jugar con él y romper todos los esquemas que otros inventaron.
martes, 27 de octubre de 2009
Y cómo se regresa?
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Etiquetas: 2. Martes de Instrucciones y Pasos, 6. Sábados de ¿Para dónde va el Manual?, cumpleaños, futuro, kxi, manual, vino
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1 comentario:
Ey gracias. Todavía andan por aquí.
Espero la otra semana contarles cómo fue esa cata.
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