Hace un par de fines de semana pretendí ponerme al día con tantas buenas películas que, entre grandes clásicos y medianos éxitos actuales, se le suelen ir quedando a uno pendientes en el 'playlist', con la promesa semi-automática: "Hey, esa ya me han dicho que es buena. Seguro me la voy a ver la próxima vez". Esto, sumado a no perder la costumbre sana de salir a alquilar (la cual disfruto muchísimo), me permitió hacer la siguiente selección: Juno, I'm Not There, y la afortunada ganadora de esta reseña, There Will Be Blood.
Desde que vi el tráiler de esta película, la cual en Latinoamérica fue conocida también ocurrentemente como Petróleo Sangriento o Pozos De Ambición, me sentí atraído por la ambientación y el contexto, puesto que el género western me gusta, y más aún cuando tiene un trasfondo histórico explicativo, no necesariamente didáctico, a lo cual si casi que le huyo.
Como aspecto importante para destacar, de los tres importantes premios Óscar para los que esta película fue nominada, Daniel Day – Lewis obtuvo el de Mejor Actor Principal. Aunque merecido, no es más que el reconocimiento tardío a través de una actuación que sustrae apenas lo mejor de su personaje 'The Butcher' de Gangs Of New York (2002). La manera como Daniel Plainview, este autodenominado oil-man respira, repta, nada, galopa y ataca en cada ambiente es fenomenal. En la cuesta hacia abajo de su cordura, cuando su éxito es cada vez mayor pero menos aprehensible, Daniel atenta contra sus creencias y sus afectos de manera delirante, sumando amores con odios, llevándolo todo hacia una destrucción en la que parece encontrar esa tranquilidad que ha buscado. En adición, vale la pena nombrar también a Paul Dano, una joven promesa estadounidense de la actuación, a quien hasta ahora todos los papeles que le he visto representar, complejos o sencillos, le han quedado muy bien representados.
Por otra parte, la dirección de Paul Thomas Anderson acierta en la puesta en escena de la mayor parte de los pasajes de la película, destacando por ejemplo la continuidad de la escena en la torre petrolífera, donde se accidenta el hijo del protagonista: la cámara sigue de cerca a Daniel con su hijo en brazos, sin perder detalle de lo que ocurre en el entorno, como si se estuviese registrando un desastre natural verdadero, acompañado de una música exasperante, pero indicada. Además, la escena final es una confrontación casi claustrofóbica, con tomas de planos cerrados y estáticos, y con una musicalización de cierre que recuerdan a la adaptación de Barry Lyndon de Kubrick.
A pesar de sus casi dos horas y media de duración, There Will Be Blood no deja de ser llamativa y no requiere un nivel superior de atención a los detalles argumentales, así que pueden tener este drama biográfico al alcance de sus opciones para la próxima ida a la video tienda.
miércoles, 12 de agosto de 2009
There Will Be Blood (2007)
Esto lo subió Sama en 7:15
Etiquetas: 3. Miércoles de Buen Cine, colonización, director, economía, hombre, interpretaciones, petróleo, religión, sama, western
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2 comentarios:
Gracias Sama~!
Gracias Sama por la recomendación y gracias al responsable de la actualización de la agenda :D
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