Paso 1: Divagas por el aire medio dormida, medio despierta, dejando que la brise te lleve por ahí. Ves a muchas como tú, pero te importa poco. Carece de importancia lo que piensen o sientan los demás; es más, carece de importancia todo lo que pase. Lo único que importa es sentir. Y lo que sientes es totalmente indescriptible. Las palabras humanas nunca lo han podido hacer, y ya no les interesa intentarlo. Y como antes, eso también carece de importancia.
Paso 2: De pronto, sin que puedas prepararte, el frío salvaje te despierta del letargo. Se acaban las vacaciones, el viento te quema y dejas de sentir al sol. Entre los párpados, todavía dormidos y la oscuridad ves cuerpos borrosos que tienen un parecido a ti. Todas se ven igual de perdidas y fríolentas. Con la poca fuerza que te queda, ya que cada segundo el frío las moléculas de tu redondo y microscópico cuerpo, tomas la iniciativa y comienzas a buscar el abrazo de tus fraternos compañeras casi agónicas.
Paso 3: Cada abrazo frío de tus pares, aumenta tu peso. Te pone lento, pero te calienta. Y comienzas a pensar raro. Un poco atolondrada encuentras un espejo turbio y liso. Sin pensar demasiado te aferras a él y descansas. Con dificultad respiras y notas que otras amigas te buscan, desamparadas, sorprendidas y sedientas.
Paso 4: Poco a poco, se unen a tu abrazo y te marean más. Tu fuerza comienza a ser insuficiente y tu espalda se alarga, tu estómago lo sientes en los pies, y ya no ves a tus amigas. Despiertas y tienes más de cien veces tu tamaño (al menos el que recordabas) y desesperadamente te aferras sin mucho éxito a ese espejo borroso que te sirvió de refugio.
Paso 5: Luchas desesperadamente mientras más compañeras desamparadas se aferran a tu espalda y aumentan tu peso. En un momento de debilidad, resbalas y comienzas a deslizarte a una velocidad insospechada por ese espejo borroso mientras pierdes peso y sientes dolorosamente como partes de tu cuerpo se desprenden y quedan aferradas al espejo.
Paso 6: Mientras el viento te ataca y arranca otras partes de tu cuerpo tu de dejas llevar y vuelves a sentirte mareada, aunque más liviana. Ves pasar la vida por tus ojos y un largo horizonte café comienza a hacerse cada vez más grande. El vértigo es incontrolable y el mareo es tan grande que parece que vas a explotar. En un segundo olvidas todo y la madera que formaba ese horizonte café irrumpe con fuerza en tus entrañas. Estallas, y te das cuenta que hace mucho dejaste de ser gaseosa, que tu estado era líquido y ahora con dolor comienzas a evaporarte mientras parte de tu cuerpo se cuela por los poros de la madera. Por un instante de conciencia te das cuenta cómo es la vida de una gota.
martes, 1 de marzo de 2011
Instrucciones para vivir (escritas por una gota de agua)
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6 comentarios:
realmente bello J
de verdad te hace pensar que tan precipitada puede ser la existencia
una recomendacion empizas con una perspectiva de personaje en femenino y luego lo cambias a una masculina supongo que por que es un texto propio me parece que dejar la perspectiva femenina mantendria gran parte del encanto del texto
uff, kxi is back
Que buenas estas instrucciones, ya e hacia falta algo de literatura en nuestras cotidianas instrucciones. Solo sería arreglar lo que Ianck dice (bastante acertado) y queda toda una obra de arte.
Genial
Tienes razón Ianck. Fue falta de una juiciosa revisión.
Gracias a los dos. :)
Lo cambié. Eso debió pasar cuando la profesora de mercadeo me preguntó: "¿Cuáles son tus expectativas para la clase?" y tuve que pensar en una respuesta que no fuera "ninguna, ya que por fin pude dejar de trabajar en mercadeo, quiero que pase la clase rápido y no me distraigan que estoy escribiendo en el manual" :)
jeje ponle atención al segundo parrafo J creo que fue ahi justo donde apareció la profe de mercadeo
Changos! Así fue!
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