martes, 29 de marzo de 2011

Instrucciones para prender un fósforo

Lo primero que debe hacer cuando vaya a prender un fósforo, es obtenerlo. Para esto inspeccione con cuidado la caja. Trate de identificar la dirección del arte del empaque. Si la imagen que está en la caja está mirando hacia abajo puede correr el riesgo de botar los fósforos cuando intente abrirla. Este paso parece obvio, pero no lo es, muchas veces personajes siniestros y malvados hacen bromas. No basta con revisar el arte del empaque, también puede intentar deslizar suavemente la caja interna para verificar la orientación que tiene y evitar terminar contando fósforos en el suelo, cual si usted fuera Rain Man.

Cuando usted tenga una caja sin imagen o arte, ya sea porque ha re-empacado los fósforos, porque usa un empaque diferente, siga la misma recomendación: revise la forma de abrir el empaque con cuidado y verifica la forma de sacar el fósforo.

Ya abierta la caja, tome un fósforo con su mano más hábil (este paso puede realizarse con la otra mano, pero el alcance de las presentes instrucciones no lo contempla) e inspecciónelo. ¿El fósforo es de papel o de madera? Registre esta información en su memoria. Si usted sufre de Alzheimer o simplemente tiene mala memoria, anote en un papel esta información (estas instrucciones tampoco tienen dentro de su alcance los pasos necesarios para anotar la información). ¿La cabeza del fósforo es de un químico que requiere de otro químico para encenderse o no? Si usted no puede identificar esta clase de químico revise la caja de los fósforos. Si ésta tiene al costado una lámina lisa del mismo color que la cabeza de su fósforo probablemente sea de esta clase. Siga las instrucciones como si lo fuera. Si la lámina es rugosa, siga las instrucciones como si no lo fuera. También en caso de no poder recordar la información, anótela en una papel, en caso contrario, use su memoria.

Con el fósforo en la mano, revise en su memoria la causa o la necesidad que tiene usted para prender el fósforo. ¿Se lo va a lanzar a alguien? ¿Va a prender la estufa? ¿Va a prender una vela? ¿Simplemente va a observar cómo se consume? ¿Quiere alumbrar algún sector oscuro? ¿Quiere disimular un mal olor? ¿Va a fumar? etc. Esto es muy importante, porque en caso de no recordar la razón por la cual deseaba prender el fósforo podrá quemarse los dedos mientras lo recuerda o tener que apagar el fósforo para prender otro después. Esto puede ser problemático cuando quede sólo un fósforo en la caja.

Revise las condiciones ambientales del sitio. Esta puede ser el paso más importante de estas instrucciones. Hay muchas personas que no saben que si uno prende un fósforo cerca a un escape de gas podría causar una explosión y tal vez morir o quedar quemado. Aunque le parezca banal esto que está leyendo, recuerde que seguir este paso cada vez que vaya a prender un fósforo, puede salvarle la vida. No sólo debe revisarse si hay escape de gas. También es importante para que estas instrucciones lo lleven con éxito a lograr su objetivo que verifique si hay corrientes de agua, si usted está bajo el agua, si no se puede ver (en ese caso deberá buscar las instrucciones para prender un fósforo con los ojos cerrados), si hay humo, si está lloviendo, nevando, si hay una lupa gigante sobre usted, si tiene un león en frente, si el piso está jabonoso, si lo está persiguiendo un mandril, si está manejando, en fin, cualquier condición ambiental que pueda poner en riesgo el encendido del fósforo.

Si las condiciones son apropiadas, traiga la información sobre el fósforo que registró en su memoria o en una hoja de papel. Si el fósforo es de madera, disponga su dedo índice sobre al palo, aproximadamente a la mitad, de forma suave, pero firme. Si el fósforo es papel haga la misma operación, pero ponga su dedo sobre la cabeza del fósforo. Con el dedo gordo y el dedo del corazón plegado sostenga el resto del fósforo. Es importante que la cabeza del fósforo apunte hacia afuera de su cuerpo y no hacia adentro para facilitar la operación (hay otros métodos que pueden chequearse en las instrucciones extendidas). Si la cabeza del fósforo era de un material que sólo se enciende de forma química con otro material (como se revisó antes), entonces apoye la cabeza del fósforo sobre la lámina que trae la caja del mismo color de la cabeza que se usará para encenderse. Si la cabeza no requiere esto, también puede apoyarla sobre la lámina o sobre otra superficie rugosa. Tener este conocimiento puede evitarle perder el tiempo, cuando la caja no tenga lámina, por alguna razón.

Suponiendo que la cabeza del fósforo, ni la superficie estén mojadas (en cuyo caso tendría que consultar, instrucciones para secar un fósforo o instrucciones para secar una superficie), deslice suavemente pero con firmeza la cabeza del fósforo sobre la superficie elegida. Trate de no detenerse en la casi milagrosa desintegración de las partículas que componen la cabeza del fósforo, las cuales generan una reacción en cadena que no puede ser percibida con los ojos. Intente no desviar su atención en la forma como la llama crece de un momento a otro en una aparición casi espontánea y se busca espacio entre las partículas de oxígeno que remolinean ofreciendo calor y alimento a este nuevo ser en potencia. Por favor no deje que su concentración se vea interrumpida por el jugueteo de los colores y los remolinos de humo casi invisibles que rodean la llama en forma de remolino y se abren paso por el aire buscando sus fosas nasales, para entorpecerlas y cegar un objetivo de oler todo lo que lo rodea. Y no haga nada de estas cosas, no porque no causen placer. Tan sólo evítelas, porque pueden hacerle olvidar el penúltimo paso que se hace cuando el fósforo no es de madera: Mientras la llama busca espacio entre la superficie y su dedo, para apoderarse como una antorcha del papel enrollado que conforma el fósforo, por favor retire velozmente pero sin miedo, su dedo pulgar de la cabeza del fósforo. Esto le dará más oxígeno al pequeñín cabeza amarilla, y evitará que usted se queme.

El paso final, que será omitido en caso de haber tenido éxito en el primer intento se ejecuta cuando la cabeza del fósforo, consumida se queda esparcida sobre la superficie y la llama no nace. En ese caso deberá girar el fósforo de forma que la cabeza restante vuelva a quedar apoyada sobre la superficie y usted pueda repetir todos los pasos previos, exceptuando los que se refieren a la obtención del fósforo. Si se llegara a dar el caso de que al repetir este paso varias veces se quedara el fósforo sin la cabeza completa, deberá repetirse todos los pasos desde el comienzo. Y si al repetirlos todos se siguiera fallando, habría que consultar las instrucciones para secar un fósforo o las instrucciones para secar una superficie. Si pese a todo esto se siguiera fallando, habría que repetir todas las instrucciones hasta agotar todos los fósforos de la caja o lograr encender uno. Después sería importante anotar lo sucedido para comprar una marca diferente de fósforos o mejorar las condiciones ambientales.

Con todo gusto, espero que estas instrucciones sean útiles para su vida práctica :)

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sábado, 26 de marzo de 2011

"Pene", de Daniel Sanchez Arévalo

Bueno, este es un corto que muestra una vez mas que es mucho mas importante la imaginación que los recursos.

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jueves, 24 de marzo de 2011

Agradecimientos a Bartolomé


Hoy, en un jueves del Aleph, voy a combinar las dos cosas que suelo publicar en esta columna. La primera (y más abundante) son las múltiples interpretaciones de algo. La segunda (y menos frecuente) consiste en compartirles esas pequeñas joyas que me voy encontrando en el mundo literario.

Hoy lo que les quiero compartir es el primer párrafo del primer relato del libro "Historia Universal de la Infamia" del siempre bien ponderado Jorge Luis Borges (ya saben, el culpable del nombre de esta columna). Es solo un párrafo, no muy largo pero si muy diciente. Y lo que encontrarán posterior a este párrafo es una corta lista de algunas cosas que le debemos a Fray Bartolomé de las Casas (tenía que ser un Fraile).

A continuación, el relato:

En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importación de negros que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas. A esa curiosa variación de un filántropo debemos infinitos hechos: los blues de Handy, el éxito logrado en París por el pintor doctor oriental D. Pedro Figari, la buena prosa cimarrona del también oriental D. Vicente Rossi, el tamaño mitológico de Abraham Lincoln, los quinientos mil muertos de la Guerra de Secesión, los tres mil trescientos millones gastados en pensiones militares, la estatua del imaginario Falucho, la admisión del verbo linchar en la décimotercera edición del Diccionario de la Academia, el impetuoso film Aleluya, la fornida carga a la bayoneta llevada por Soler al frente de sus Pardos y Morenos en el Cerrito, la gracia de la señorita de Tal, el moreno que asesinó Martín Fierro, la deplorable rumba El Manisero, el napoleonismo arrestado y encalabozado de Toussaint Louverture, la cruz y la serpiente en Haití, la sangre de las cabras degolladas por el machete del papaloi, la habanera madre del tango, el candombe.


Entre otros hechos (de esos infinitos que nombra) podríamos agradecer:

- El Currulao y sus variantes como el Bambuco Viejo o el Patacoré, también adaptaciones como el Bundé tomado de los indígenas y alimentado con el alma negra y brillante de los afrodescendientes.

- Por supuesto, y como corolario del anterior, podemos agradecer la deliciosa marimba de chonta, y las transportadas que esta nos pega en el Petronio Álvarez.

- La existencia de personalidades tan geniales como la de Edson Arantes do Nascimentocomo (mejor conocido como Pele), o tan amargas como la del Negro Acacio.

- La existencia del color "Negro hijueputa" que usó juanito en su chiste.

- La tristeza que nos deja La Negra Tomasa cuando se va de casa, o la camisa endiablada que quiere saltar del Negro José.

- El hecho de que ahora esté disfrutando de aprender armónica

- También tendría que agradecer algunas risas que me he llevado al escuchar frases como “blanca que no ha comido negro no conoce el paraíso”, o “el que come negra no le da gripa en 7 años”.

- La moda afro de los 70

- Igualmente agracederle por alguno de los mejores cuenteros que conozco.

En fin, podría seguir y seguir, pero dije que sería una lista corta, para que más bien cada uno aporte a la lista las cosas que tendríamos que agradecerle (o no) a Bartolomé. ¿Quién se anima?

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sábado, 19 de marzo de 2011

Compañía (cortometraje)

Un corto que hace mucho tiempo vi, y hoy lo traigo a "Cortos pero Sabrosos" para compartirlo.



Datos a tener en cuenta:

Un corto de Álex Hernández
-Mejor Guión, Latin American Poetic Short Film Festival (New York)
-Primer premio certamen Espacio Libre 2006 (Granada)
-Accésit Mejor Guión Espacio Libre 2005 (Granada)

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jueves, 17 de marzo de 2011

Cine para Discapacitados

En algún momento del año pasado, cuando salía de cine, tuve alrededor de medio segundo de orgullo que fue inmediatamente remplazado por varios minutos de incertidumbre, hasta que decidí que no podía dar con una respuesta satisfactoria (a mi criterio) y decidí simplemente documentar fotográficamente la escena. ¿De qué carajos estos hablando? No es muy complicado, simplemente fue una vez que vi los dos espacios que una sala de cine tenía reservados para discapacitados.

Por supuesto me sentí orgulloso de que en nuestra ciudad ya se encontraran este tipo de cosas, que son mucho más que “detalles de fina coquetería” y en realidad es la inclusión de un grupo de personas que son marginadas por los obstáculos que les suele ofrecer la vida. Desafortunadamente ese orgullo se transformó en incertidumbre puesto que en realidad la escena era la siguiente:



Claro, el dibujo de espacio para discapacitados está en el suelo (como tal vez lo debe haber dictado alguna ley), pero en ese mismo espacio estaba anclado con imponentes tornillos las sillas habituales del cine (si, muy ilusamente me tiré al piso a revisar si no eran tal vez sillas desarmables). Incluso llegué a pensar que simplemente es que a las personas en silla de ruedas pues las “pasaban” a estos asientos reservados y construidos especialmente para ellos, hasta que voltee mi cabeza a la derecha y me encontré con la siguiente imagen:


Donde se detallan tooodos los escalones que hay que subir, desde la pantalla hasta la ubicación que tiene las mencionadas señales. Incluso uno podría llegar a pensar que uno de cada dos escalones tiene un ancho especial para que sea “fácil” subir la silla de ruedas, pero al llegar a la pantalla y voltear para dirigirme a la salida, es la siguiente imagen con la que nos encontramos:


Unas paradas y angostas escaleras, que sirven de entrada y de salida de la sala.

Ahora, ¿por qué traigo todo esto a un jueves del Aleph?, es sencillo, simplemente quiero que develemos que es lo que hay detrás de esto, que posibilidades podrían haber.

La primera posibilidad que se me ocurre, es que en realidad el cine tiene un complejo y sofisticado sistema mecánico - neumático que cuando una persona con discapacidad llega logra que todas las escaleras se aplanen en correspondientes rampas, al mismo tiempo que el suelo donde están esas dos sillas gira ocultándolas y dejándoles el espacio apropiado. Desafortunadamente la pendiente con la que quedarían las escaleras de entrada sería demasiado alto, mucho más que lo regulado por la ley, espero la multa no sea demasiado grande.

La segunda posibilidad que se me ocurre, es que en realidad la empresa de cine tiene contratado a dos paramédicos que tengan el conocimiento apropiado del manejo del cuerpo, como para tomar estar personas y trasladarlas cómodamente cargadas hasta las sillas que si tienen una construcción especial (aunque su aspecto sea el más normal para evitar resentimientos) y estos mismos estarán prestos al final de la película para ayudarlos a salir, o incluso en cualquier momento de esta por si se quieren ir antes, o simplemente tienen alguna de esas necesidades fisiológicas que a nadie le gusta tener en cine.

La tercera posibilidad podría ser que han importado un acupunturista directamente desde el lejano oriente, el cual cuenta con la técnica de reactivar tus extremidades, independientemente de la falencia que tengas (incluso independientemente de que las tengas). Pero cuidado, el proceso es netamente temporal, así que si te demoras mucho en salir, o si entras a una película de más de dos horas, puede que te encuentras “atrapado” en el cine.

Una cuarta posibilidad es que alguien le jugó una broma de mal gusto al administrador, diciéndole que TODOS los discapacitados del mundo habían sido curados, y el administrador con esta información haya tomado la decisión de modificar sus instalaciones teniendo en cuenta esto.

¿Qué otras opciones se te ocurren a ti?

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sábado, 12 de marzo de 2011

The Lost Thing - Oscar corto animado 2011

Hola a todos los lectores de este blog

Aprovechando que tenemos nuestra sección "Cortos pero Sabrosos", quiero compartirles hoy un corto muy interesante, tanto como para haber ganado el Oscar al mejor Corto de animación, por encima de "Día & Noche", un corto que a mi parecer era sublime y hermoso.

Así que mejor no digo nada de este corto, y dejo que ustedes lo disfruten tal y como viene... por supuesto quisiéramos saber que opinan de él.


The Lost Thing - Oscar Awards 2011 for best animated short film from carrotive on Vimeo.

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martes, 8 de marzo de 2011

Instrucciones para decir no, cuando no se quiere decir no

Hace algún tiempo teníamos una sección llamada Viernes de los lectores que escriben la cual no hemos vuelto a tener activa. Curiosamente, la última vez que alguien escribió en esa sección fue Ianck, un lector que nos acompaña hace mucho tiempo en el manual y que constantemente participa en nuestras actvidades.

Cuando me disponía a inspirarme en mi clase de mercadeo ( :P ), veo que tengo un correo de él con unas instrucciones interesantes que debería compartir. Sobre todo, porque muchas veces es difícil decir no, cuando no se quiere decir no. Con ustedes, hoy, haciendo las veces de instructor, Ianck:

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La negación es una situación necesaria para la condición humana, es una de las tantas cosas que nos diferencian de las demás criaturas y es lo que separa los impulsos humanos de los instintos animales, pues mientras estos deben hacer caso a estos instintos de forma impajaritable (sinónimo de inevitable) los seres humanos podemos evitar hasta el más básico de nuestros impulsos biológicos y aún más, esto nos permite crear nuevas necesidades que realmente no tenemos, la negación nos permite el control de nuestras vidas y al ser seres sociales en ocasiones nos permite ejercer control sobre las demás, y me perdonaran los más liberales y humanistas esto es necesario (por ejemplo al momento de educar a los hijos).
Como se verá en las instrucciones decir no en la teoría y en la práctica es bien fácil pero cuando se introduce el factor contexto la vaina se complica, pues en ocasiones se debe decir que no cuando no se quiere decir no. Aquí se incurre en una doble negación (incluso en una triple pero eso no es lo importante) y se termina diciendo que sí, aún cuando realmente no se haga, dado lo complicado de esta situación me parece se amerita unas instrucciones.

1. Tenemos la fortuna de que en nuestro idioma el sonido y grafismo que representa la negación es universal y es bastante fácil de pronunciar y dibujar (en algunas culturas orientales cada situación contextual tiene su propia forma particular de negación) simplemente utilice el fonema nasal del alfabeto grecolatino representado por el décimo cuarto símbolo del abecedario N y júntelo en su pronunciación y escritura con la cuarta vocal del mismo alfabeto representada por el símbolo O, usted obtendrá gráfica y auditivamente el siguiente resultado: NO, tenga en cuenta este paso pues lo necesitara más adelante.

2. Antes de usar la negación universal considere bien la situación a la cual se va a negar, sea objetivo, pregúntese: ¿debe negarse realmente o simplemente es necesario no afirmar o no comprometerse? La negación por definición es definitiva (aunque la condición humana permite negar la negación pero ese es otro tema) solamente use la negación universal antes descrita si realmente debe usarla de lo contrario puede ser creativo en su métodos para evadir la situación.

3. Si usted no se quiere negar es probable que sea porque tiene algo que perder si se niega, o algo que ganar si no se niega; revise realmente sus posibilidades mire si en verdad va a ganar algo o es solo impresión suya esto sucede regularmente; mire si lo que va a perder es importante para usted aun en un futuro lejano y mire sobre todo si su perdida afecta a otras personas, cosa que ocurre más regularmente de lo que usted pueda pensar. Sea duro en esta evaluación procure no dejarse afectar por su deseo a no negarse.

4. Determínese a usar la negación universal

5. Una vez haya determinado que usar la negación universal es necesario y suficiente, practíquela con usted mismo ya que usted y su deseo a no negarse es su primer obstáculo para llegar a negarse, repita NO y sígalo del enunciado al cual se quiere negar. Nunca utilice en este enunciado las partículas “quiero” o “deseo”, pues esto es mentira y usted lo sabe, si se miente esto constituirá un pretexto para evitar usar la negación más adelante, use partículas claras como NO es conveniente, NO debo, y NO necesito acompáñelos siempre de la partícula NO ya que si no lo hace obtendrá el resultado inverso. Si tiene dudas al respecto consulte el primer paso de estas instrucciones.

6. Prepare el contexto para que su negación sea definitiva y fácil de llevar a cabo, vaya directamente al punto; procure que aquellos aspectos que podrían dilatar la situación desaparezcan. Si para usted es más fácil usar un medio impersonal como una carta o el teléfono, es una salida cobarde pero absolutamente válida y útil. Lo importante es poder negarse y ser definitivo, no ser cortés, delicado o considerado.

7. Piense en la persona a quien va a dar la negativa. No hacerlo solo dificulta su situación y además genera imprevistos difíciles de sortear y que probablemente pueden generar pretextos para no negarse, recuerde que si va a lastimar a esta persona este daño emocional o profesional realmente no atenta contra su vida o sus derechos fundamentales y que las personas afrontan estas situaciones por que hacen parte de la existencia. Entienda que esta persona eventualmente lo superará así como usted lo hará, además recuerde que no somos tan definitivos en la vida de las personas como creemos, siempre es más probable que la otra persona acepte la negativa con calma e incluso es probable que la esté esperando.

8. Diga NO (acompañado de la cuestión explicita a la que se quiere negar) ser explicito es importante no dé pie a segundas interpretaciones.

9. No se haga expectativas, un recurso mental curioso es pensar que los demás piensan cono uno mismo, de manera que usted esperara que la otra persona no acepte la negativa y así encontrará un pretexto para no negarse, si la otra persona acepta la negativa con calma tranquilícese y termine la conversación, no permita que su frustración lo haga negar su propia negación. El cierre le permite evitar que se dilate la situación y que la negación no sea tomada en serio.

10. En contraste, prepárese para negarse más de una vez, incluso una vez concluido el momento cumbre de la negación, remítase para esto a los pasos 1 y 4. Es probable que la otra persona use la reiteración y su conocimiento de su deseo por no negarse para que usted no se niegue. En todos estos casos sea claro y utilice la partícula NO siempre que sea pertinente. Sea serio, y si es necesario cortante no deje dudas de su decisión para negarse, la practica con usted mismo le ayudará a decirle no a la otra persona más de una vez y recuerde manténgase firme de su decisión.

11. Retírese de la conversación o cierre el tema y procure mantenerlo así usted ya ha hecho su parte si se abre procure cerrarlo inmediatamente para esto siempre es útil la negativa universal NO
PARA DESPUÉS: Dado que esta actividad realmente no le va a causar ninguna satisfacción, pues usted no quería decir no, una vez terminado el propósito de estas instrucciones busque una actividad que le cause una satisfacción aunque se banal o pasajera, procure que incluya decir que si, por su puesto no a lo que se acaba de negar y de preferencia (aunque no siempre) a otra persona, esto no le quitará la frustración pero le ayudara a distraerla un buen rato.

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jueves, 3 de marzo de 2011

Párele bolas a la frase

Buen día queridísimos lectores de este blog. Ya llevo mas de medio año sin escribir un Aleph en toda su estructura, aunque el mes pasado, en el Mes de Tributo, kxi, y Sama hicieron lo propio y nos deleitaron con una versión propia de un Aleph. Con eso como base regreso con esté, uno que representa lo más básico del Aleph, una interpretación de una frase común.

Y ¿cual es esta frase común?, pues sencillo, es “parar bolas”, o cualquiera de sus variantes (parele bolas, no le paró bolas, no me pararon bolas, nadie paraba bolas… etc.). Por supuesto, hay una pregunta implícita pero que nunca me había hecho. Si uno puede parar bolas, ¿también puede acostar bolas? O ¿por lo menos sentarlas? No se, me resulta muy confuso.

Es claro que la frase tiene el sentido de “Prestar Atención” (no me pararon bolas = no me prestaron atención), y la pregunta es como “parar bolas” significa eso. Por supuesto, para llegar a un buen análisis de este tema y desplayarnos en lo que nos compete (las diferentes interpretaciones), habría que analizar a profundidad la frase, cosa que no es muy complicada teniendo en cuenta que son dos palabras las que lo conforman: “parar” y “bolas”. No listare todos los significados ya que solo de “Parar” la rae tiene 20 significados, y de bolas… bueno, bolas siempre ha tenido muchos significados también. Así que vamos avanzando de a poco:

Empecemos con lo referente a mi pregunta, si parar es poner de pie, y bola es un cuerpo esférico de cualquier materia, entonces Parar Bolas es tomar un cuerpo esférico de cualquier materia y ponerlo de pie… por lo que simplemente si no te pararon bolas, es porque es algo imposible de hacer, nunca nadie te pondrá cuidado.

Claro, parar puede ser en cambio sinónimo de detener, por lo que “detén el cuerpo esférico” puede ser que el gordito del fondo salió corriendo por mas comida, claro, así es imposible poner atención.

En cambio bolas, muy comúnmente es utilizado para denominar aquel órgano testicular del hombre que protege mas que a su vida. Así si un profesor le dice a una alumna “pareme bolas”, puede estar diciendo que le detenga los testículos… lo cual podría desembocar o en una alta calificación a la chica, o en un detenimiento policial al profesor... pero con certeza en ambos casos se prestará bastante atención.

Parar también tiene una connotación en batalla, ya que una parada es detener el golpe del arma enemiga con tu arma. Así, con la definición de bolas anterior, parar bolas podría ser parar las güevas del otro con las tuyas… creo que solo se me ocurre una “embestida” que termina en esa situación, y prefiero no entrar en detalles (claro, si alguien con más experiencia lo quiere ampliar en un comentario, es bienvenido).

No demasiado lejos del significado anterior, alguien en “bola” es alguien desnudo, por lo Parar Bolas puede significar el choque de dos cuerpos desnudos… lo cual estaría bastante claro porque esta es una situación en la que aunque no estás del todo “consciente”, de seguro estas con toda la atención puesta en la situación.

Claro, una bola abierta puede ser un conjunto abierto dentro de un espacio métrico (M,d) que contiene al conjunto de puntos a una distancia menor o igual que una cantidad rER a un cierto punto P, llamado centro, asi que parar bolas, puede significar simplemente detener todas esas estupideces que nadie entiende.

Creo que ninguna de las definiciones que di aclarar la pregunta inicial, ¿alguien tiene algo mejor?

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martes, 1 de marzo de 2011

Juego de estrategia

De haber sabido que la noche de juerga terminaría en esa discoteca del centro de la ciudad, me hubiese marchado temprano, despidiéndome con la excusa perfecta para quien busca evadir un contubernio de ocasión. Para mi desgracia, decir ahora que debía madrugar para ir a la mañana siguiente a la oficina sería un disparate, frente al hecho de que quienes hacían la fila conmigo para comprar las entradas al sitio eran compañeros de trabajo. A diferencia de lo que deducía de ellos, no era el licor el que dinamitaba el dique contenedor de mi elocuencia o de mi euforia; solía permanecer reservado en mi silla, sin perder mi lucidez, aunque esta noche me sentía y comportaba con la contradicción desde el deseo mismo, y la imprudencia palpitando doblada dentro de un bolsillo de mi saco. No había otra razón que explicara mi sometimiento vertical, con mis manos hacia arriba, mientras un monigote calvo y fornido me metía la mano en mi entrepierna, requisándome de una manera que invitaba a salir corriendo a tomar un baño de lejía con estropajo.

Mientras descendíamos hacia el ruido rojo de vapores cenizos, vino a mi presente la imagen mental que mi memoria mejor preservó del lugar: ascendiendo por un taburete alto, unos tacones negros, atados a unos tobillos delgados y firmes, preludiando un par de torneadas columnas entrecruzadas en una línea que se perdía y luego volvía insinuante bajo un manto azul eléctrico. Una espalda larga y desnuda como la espera desvelada de un amanecer a través de una ventana, que vertebra a vertebra escalaba hasta su cuello aceitunado y brillante, a su pelo corto y oscuro y a sus ojos negros, con pestañas de las que podrías descolgarte y caer hecho trizas al acantilado de su escote. Fue esa misma imagen la que siete meses después, me recibía de regreso en aquel lugar, donde el baile sólo perdona a los ignorantes o a los incapaces que van de paso; en cambio, es inclemente con la arritmia y la mediocridad de quienes son vencidos en la arena de la pista. Fue sentir todo eso de nuevo, en su expresión carente de saludo pero con la sonrisa insidiosa de quien fuera entonces mi ejecutora, que me llevó a buscar refugio inmediato en el baño del sitio, arrebatándole el pomo de la puerta a quien fuera que le tocara su turno de usar el servicio.

Una vez adentro, mientras abría el grifo y tapaba el desagüe, comprendí que pagaría caro la renuncia a mi voluntad, pero también que no había algo que pudiera hacerme desistir de este propósito. Con el pequeño sobre en la mano, tracé sobre el lavamanos la ruta blanca inicial para dar rienda suelta a mí mismo, sumergiendo mi rostro en ella y luego en la improvisada pila bautismal que daría nombre a este renacer, al final de la cuenta regresiva. 10, 9, 8...

El golpeteo sobre la madera se intensificó, trayéndome de regreso, mientras el agua se escurría como un remanso entre el cuello de mi camisa. Decidí tomar la ruta del exceso para acercarme a tu estación, a la cual la razón y mis predecibles buenas maneras antes sólo consiguieron dejarme varado y sin rumbo. El insulto del ebrio tras la puerta fue el gatillo que disparó hacia mí una segunda línea sobre la porcelana, para sentir entonces como dos rocas salían de mis muñecas y de un golpe mandaban a aquel bulto alicorado contra una mesa infortunada, sin importarme en verdad. Ahora bailarías conmigo, y eso sería para empezar.

No me importó tu rechazo inicial; a pesar de mis buenas maneras de costumbre, tomé tu mano con fuerza y te halé hacia mí con una controlada violencia. Parecía que el cuerpo alicorado no fuera el que yacía en el suelo, sino el reflejo de él en mi cuerpo. Pero no estaba ebrio; sólo un poco excitado y sacudido por la carga de adrenalina que recorría mi cuerpo. Fue genial, que pese a mis predicciones, te gustara ese trato violento y te aferraras con fuerza a mi cuerpo moviendo tus caderas al compás de la música, clavando tu mentón en mi hombro y apretando mi pierna con las tuyas. Y eso sería para empezar, me repetí con determinación, cuando bajaba mi mano con firmeza sobre tu espalda, sentí como un estallido de cristal verde ensordecedor y una gota caliente que recorría mi cara, bajando desde mi cabeza me mareaban. Los pasos no coordinaban con la música y no podía entender tu voz en eco y tu cara de angustia.

Diez pares de botas entraron destruyendo cristales y rompiendo puertas, demasiado rápido para el nivel de consciencia que tú y el nivel de alcohol me permitía entender, a pesar que vociferabas lo obvio, yo aún traté de ver a mi alrededor y entender.

Creo que ahí fue cuando decidiste arrancar sin mí, o al menos sin que me diera cuenta que saliste corriendo agarrada de mi mano arrastrándome como si yo no pesara el doble que tú.

Aún así, alcancé a ver a varios amigos ahora presas del pánico, con caras igual de descompuestas que la tuya, pero en actitudes muy diferentes, gritando, pero no para huir, sino para enfrentarse; no agarrando manos sino agarrando palos, corriendo, pero en el sentido contrario a nosotros. Algo hizo "clic" en mi cabeza.

En ese momento fue que decidí detenerme. Al plantar mis pies, tu caíste, pues aún estabas agarrada; sin percatarme de mi mano, empecé a caminar de vuelta, con el pecho henchido, como tantas veces había soñado, como tantas veces había practicado, pero aún con la mente en blanco.

Ya que aunque siempre creí que en ese momento llegarían todas las epifanías de un solo golpe, el momento en si mismo era más que abrumador, más que contundente en sí mismo, y cualquier idea hubiera arrebatado la sincronía, aunque era justamente una idea la que me hubiera podido salvar, o la que nos hubiera podido salvar. Y así seguí caminando, esperando la idea que no llegaba, pero con el brillo en los ojos de un ganador que sabe que tiene vencida la batalla, sabiendo que detrás de mi seguías tu completamente indecisa de la dirección a seguir.

Lo increíble fue que con esa decisión bastó, en eso consistía toda la prueba que en realidad era ese momento, ya que ninguna idea era la necesaria (justamente en eso es que siempre se había fallado), que aún sin saber que no era más que una prueba, plantar la cara y mostrar el honor y la valentía (¿Honor y valentía? Nunca hubiera pensado en ellas) era toda la estrategia necesaria, como lo fue, para un final memorable.

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De cadáveres, musas y dobles: cierre del mes de tributo

Temo que Macaco lo ha dicho con acierto: no sabemos cómo hacer un mes de tributo.

Sin embargo, poder gozarnos el intento, justificó nuestra inversión.

Este tributo se constituyó en sí, casi como el mes de febrero en su origen: a punta de días sobrantes, armándolos uno por uno con las horas en las que sentimos de nuevo el canto de sirena de la musa instructora, invitándonos a chocar las naves de la rutina y permanecer varados en nuestras propias divagaciones por un buen rato.

Durante este mes, ofrecimos un poco de la sustancia que cada semana propulsó nuestra escritura y motivó la lectura casual en nuestros lectores. Hoy, aunque el tanque no está tan lleno como quisiéramos, el Manual de Instrucciones lleva su impulso propio y lo siguen moviendo ustedes con sus comentarios y sugerencias.

Durante este mes, cada instructor jugó un rol distinto al acostumbrado; 'dobló' al colega original y, desde su perspectiva y estilo, le dio el alimento del reconocimiento, que nunca indigesta en las dosis indicadas.

Hizo falta más que un bisiesto para alcanzar a darnos todo el gusto. Esperemos que estos meses en espera sean tan motivadores como el que acabamos de despedir, para satisfacernos en pleno y, de paso, darles gusto a ustedes de nuevo.

No queda más que invitarlos a 'doblarse' como nosotros, doppelgängeándose en el garaje de Mauro Z este viernes 4 de marzo, al ritmo de la música, el canto, la cerveza fría y la camaradería a temperatura ambiente, para festejar juntos este feliz arribo a buen puerto.

Para terminar, el colectivo los deja con este último tributo a cuatro bandas: un cadáver exquisito sin fronteras marcadas, para que sean ustedes mismos quienes intuyan la autoría de cada pieza corporal.

¡Feliz exhumación! ¡Hasta pronto, y nos vemos el viernes!

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Instrucciones para vivir (escritas por una gota de agua)


Paso 1: Divagas por el aire medio dormida, medio despierta, dejando que la brise te lleve por ahí. Ves a muchas como tú, pero te importa poco. Carece de importancia lo que piensen o sientan los demás; es más, carece de importancia todo lo que pase. Lo único que importa es sentir. Y lo que sientes es totalmente indescriptible. Las palabras humanas nunca lo han podido hacer, y ya no les interesa intentarlo. Y como antes, eso también carece de importancia.

Paso 2: De pronto, sin que puedas prepararte, el frío salvaje te despierta del letargo. Se acaban las vacaciones, el viento te quema y dejas de sentir al sol. Entre los párpados, todavía dormidos y la oscuridad ves cuerpos borrosos que tienen un parecido a ti. Todas se ven igual de perdidas y fríolentas. Con la poca fuerza que te queda, ya que cada segundo el frío las moléculas de tu redondo y microscópico cuerpo, tomas la iniciativa y comienzas a buscar el abrazo de tus fraternos compañeras casi agónicas.

Paso 3: Cada abrazo frío de tus pares, aumenta tu peso. Te pone lento, pero te calienta. Y comienzas a pensar raro. Un poco atolondrada encuentras un espejo turbio y liso. Sin pensar demasiado te aferras a él y descansas. Con dificultad respiras y notas que otras amigas te buscan, desamparadas, sorprendidas y sedientas.

Paso 4: Poco a poco, se unen a tu abrazo y te marean más. Tu fuerza comienza a ser insuficiente y tu espalda se alarga, tu estómago lo sientes en los pies, y ya no ves a tus amigas. Despiertas y tienes más de cien veces tu tamaño (al menos el que recordabas) y desesperadamente te aferras sin mucho éxito a ese espejo borroso que te sirvió de refugio.

Paso 5: Luchas desesperadamente mientras más compañeras desamparadas se aferran a tu espalda y aumentan tu peso. En un momento de debilidad, resbalas y comienzas a deslizarte a una velocidad insospechada por ese espejo borroso mientras pierdes peso y sientes dolorosamente como partes de tu cuerpo se desprenden y quedan aferradas al espejo.

Paso 6: Mientras el viento te ataca y arranca otras partes de tu cuerpo tu de dejas llevar y vuelves a sentirte mareada, aunque más liviana. Ves pasar la vida por tus ojos y un largo horizonte café comienza a hacerse cada vez más grande. El vértigo es incontrolable y el mareo es tan grande que parece que vas a explotar. En un segundo olvidas todo y la madera que formaba ese horizonte café irrumpe con fuerza en tus entrañas. Estallas, y te das cuenta que hace mucho dejaste de ser gaseosa, que tu estado era líquido y ahora con dolor comienzas a evaporarte mientras parte de tu cuerpo se cuela por los poros de la madera. Por un instante de conciencia te das cuenta cómo es la vida de una gota.

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