martes, 9 de octubre de 2007

Instrucciones para ver la hora

Esta serie de instrucciones que han comenzado a leer hacen parte del despertar de un pasatiempo que conecta el divagar de mi cerebro con las letras y los ojos del espectador desprevenido. En el futuro aspiro que la calidad literaria de estos escritos mejore sustancialmente, conforme mi léxico y experiencias de vida se vayan nutriendo de nuevas historias. En este momento sólo le doy crédito a la idea de listar momentos cotidianos en forma de instrucciones, a mi autor de cuentos favorito, Julio Cortázar, aunque sus instrucciones de Historias de Cronopios y Famas disten mucho de las mías, que aún no rompen la sico-rigidez de un ingeniero sumido en un cubículo de una oficina todos los días.

Ver la hora, significa ver el tiempo. Ver el tiempo es algo que no se puede hacer. Sólo podemos percibir los cambios en las cosas momentos después de que ha pasado el tiempo, y entonces creemos ver el tiempo. Sin embargo nos gusta ver la hora.

1. Defina el propósito por el cual quiere ver la hora. Yo encerraría en tres categorías cualquier propósito que a usted se le ocurra. La primera, es el miedo a la muerte o al envejecimiento, que aunque son diferentes porque uno proviene de la preocupación por dejar de disfrutar de la vida, mientras que el otro de un estándar de belleza y confort (que otros llaman calidad de vida), ambos son proyecciones de lo que el tiempo puede hacer con nuestro ser. La segunda categoría (que es la mía) se refiere al uso que se le da al tiempo. ¿Qué hacemos en nuestro tiempo? Seguramente nos preocupa que pase el tiempo y no lo hayamos aprovechado en lo que realmente queríamos. Perdimos el tiempo. Y la tercera es en la que caen aquellos que no saben hacer con su tiempo. Es decir, son estas personas a las que el tiempo les es indiferente, de hecho no tienen idea qué hacer con él y más bien mirarlo produce una especie de hipnotismo que permite que él (el tiempo) pase mientras ellos (quienes lo miran) no hacen nada.

2. Una vez definido el propósito con el cual quiere ver el tiempo ahora elija la forma. El tiempo suele verse en el cambio, pero el estado aparente de detenimiento en que parece que nada, absolutamente nada, cambiara mientras cada tic tac inexistente de un reloj que no vemos deja volar los segundos, también es otra forma de verlo.

3. Ya que sabe la forma en como verá el tiempo, ahora prepárese para la frecuencia. ¿Usted es de los que prefiere ver el tiempo cada semana o le gusta hacerlo cada diez minutos? ¿Prefiere plantearse unos objetivos a largo plazo y revisar posteriormente el balance de sus acciones? O por el contrario le gusta más un seguimiento continuo de cuánto ha crecido o disminuido su barriga?

4. Clara la frecuencia, elija un aparato de medición del tiempo. Aquí existe toda una gama para divertirse como niño en juguetería. Hay de diversos precios y sobre todo abundancia de elementos de medición gratuitos. Usted puede adquirir un hermoso y sonoro reloj de oro en una joyería o marcar la pared de su casa cada vez que se mide. Puede contar las arrugas de su rostro, poner una alarma en su celular, mirar detenidamente el monótono recorrido de un segundero, contar cada cuánto se corta las uñas o simplemente contar el número de vueltas que da una hoja que flota en el agua de una piscina.

5. Con el aparato indicado, que no es otro que el deseado, usted deberá volverse un experto en la medida. Deberá dominar todos los factores de conversión del tiempo. Si quiere ser un buen observador de este deberá entender la relación entre tiempo y velocidad, así no sepa derivar la función distancia, ya que ésta pasa a un segundo plano cuando usted sea capaz de ver el tiempo. El número de hojas leídas sobre la satisfacción, las calorías ganadas sobre el tiempo extra trabajado, el número de veces que dejaste de nadar sobre el tiempo trabajado, el placer de fundir tu cuerpo en otro (esta medida puede hacer que el tiempo se acorte o se extienda según el caso) sobre las horas que dejaste de dormir.

6. Desarrolle la memoria. Si usted quiere ver el tiempo, debe saber que éste es cíclico, que las cosas se repiten. Que los gobiernos vuelven a robar y la gente que se había rehusado a aceptarlo ahora lo vuelve a tolerar como antes. Que los negocios que quebraron ahora son productivos como antes. Que lo que era y dejó de ser ahora vuelve a ser.

7. Con una memoria educada lea las señales. Observe cuidadosamente su entorno y note los cambios del paso del tiempo. Piérdase en él y cuando levante la cabeza reconozca el lugar a donde llegó. Vuelva a observarlo, medirlo, jugar con él y recuerde que las mediciones son iguales a las de antes. ¡Fíjese bien!

8. Tome acciones. Todo cambia, pero es igual. ¿A usted qué le interesa cambiar? Seguramente le frustrará pensar que todo es igual. Sería como pensar que nuestras acciones no son dominadas por nuestros actos sino por un Dios, o por un Destino. Por el paso inclemente del tiempo, que lo cambia todo, pero lo deja igual. Si usted ya aprendió a leer las señales, pues note como sus acciones cambian el escenario. Mañana será igual, pero habrá cambiado.

9. Mire la hora. Han pasado 40 minutos desde que comenzó a escribir… Usando las herramientas que le provee la tecnología, porque de no hacerlo, sí que vería pasar el tiempo, se da cuenta que lleva 918 palabras, 4.222 letras y 78 líneas. Y que mientras escribió esto la cantidad de palabras, letras y líneas cambió. ¿A cuánto ascendió su producción intelectual en este tiempo?

10. Eso no le es muy claro, pero sabe que vio pasar el tiempo mientras disfrutaba de un paseo, que no por ser nocturno deja de ser matutino, por el laberinto de su cerebro. Y ahora que llega al final se da cuenta que son las 12:08 a.m. y usted sigue tan tranquilo como si fueran las 11:55 p.m. Sabe que es tiempo de dormir y dejar que el tiempo pase mientras usted no puede verlo, porque de verlo ya tuvo suficiente por el día de hoy.

http://poodwaddle.com/worldclockes.htm

kxi


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buen artículo!!!Muchas veces el tiempo sólo lo percibimos cuando nos damos cuenta, hasta donde nos llevó el tiempo, y es imposible retrocederlo...Por eso no hay nada más cierto, que "es mudo lo que se repite todos los días, lo esperado porque sólo la casualidad nos habla". Nanda

Mauro Z dijo...

Definitivamente la mejor forma de medirlo es con una hoja dando vueltas en una piscina... nunca habia sido tan exacto.. mas o menos dos temas por vuelta de hoja.

Anónimo dijo...

La muerte está tan segura de ganar ...que nos da toda una vida de ventaja...(a la mente la interpretación de lo citado respecto al tiempo)

kxi dijo...

Aunque la eterna muerte y el tiempo hace mucho rato contrajeron nupcias, esta no le para bolas a él. Lo ignora con desprecio y lo usa como un amante vacío.

Francisco Méndez S. dijo...

se echó a perder mi reloj, y ya no veo la hora.

Saludos

kxi dijo...

@ulysses: Es una lástima. Aunque con algo de astucia y un palito, puedes entrenarte en verla en la sombra que nos regala el sol