domingo, 12 de abril de 2009

Los cuentos infantiles ¿han sido realmente pensados para niños?

Este correo me llegó a través del grupo de Amigos del Perol, el listado de todos los que se consideran amigos de la Corporación Cultural El Pero. Me pareció muy interesante, hay mucho que pensar. Pero la verdad, si quieren saber realmente el por qué de muchos de esos cuentos, deben escuchar el cuento "Los Cuentos Claros y el Chocolate Espeso", aun no está programado, pero si me animo a programarlo ustedes serán los primeros en enterarse.

Los cuentos infantiles ¿han sido realmente pensados para niños?

El término literatura infantil engloba diversos géneros literarios, como: la ficción, la poesía, la historia, así también como fábulas, adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos basados en la tradición oral.

En la edad media eran pocos los adultos y los niños que tenían acceso a los libros y a la lectura. La cultura se hallaba recluida en palacios y monasterios y los pocos libros a los que se tenía acceso estaban destinados a inculcar buenas costumbres y creencias religiosas. Es de suponer que en esa época los niños oirían con gusto cuentos y poesías que no estaban, en principio, pensadas para ellos.

Pero, aunque tienen una forma y una estructura muy bien definida, los cuentos infantiles pueden tener un significado diferente para diferentes culturas y tiempos. Esto se puede apreciar explorando las diferentes versiones existentes de las historias más populares.

Por ejemplo, del cuento Caperucita Roja se conocen por lo menos cuatro versiones:

Una de ellas es la de Charles Perrault, en la que Caperucita termina siendo devorada por el lobo y que presenta al final de la historia la siguiente moraleja:

Las niñas, especialmente las bonitas, no deben nunca hablar con extraños, de hacerlo podrían convertirse en comida para el lobo. Existen personas que son encantadoras, amables, tranquilas, educadas, complacientes y dulces, que persiguen a las jovencitas en las calles y hasta en sus casas. Desafortunadamente, son estos gentiles lobos los más peligrosos de todos.

Por otro lado, en la versión de los hermanos Grimm, Caperucita y su abuelita son rescatadas de la barriga del lobo por un leñador, quien, mientras la fiera duerme después de la suculenta comida, le abre la barriga con una tijeras para rescatar a las damas, para luego llenársela con piedras (es curioso el dato de que el lobo no llegue nunca a despertarse). En esta versión todos terminan siendo felices para siempre y el lobo se convierte en una linda alfombra. Noten el hecho curioso de que las damas no alcancen jamás a defenderse por sí solas.

Una versión con marcado tinte de canibalismo, fue la que circuló por Austria e Italia, en la que Caperucita come la carne y bebe la sangre de su abuela asesinada por el lobo y en la que ella termina también por ser devorada.

He aquí un pequeño fragmento de ese relato, (Caperucita ya se encuentra en compañía del lobo disfrazado de abuelita):

-Abuelita, tengo sed, ¿me das algo de tomar?
El lobo, disfrazado de abuelita, le responde:
-Revisa esa taza, debe haber algo de vino.
-Abuelita, este vino está muy rojo.
-Calla y bébelo, es la sangre de tu abuela.
-¿Cómo dices?
-Sólo bébelo y calla.
Luego caperucita dice:
-Abuelita, tengo sueño.
A lo que la fiera responde:
-Quítate las ropas y ven a acostarte aquí conmigo.

Existe una versión francesa llamada La falsa abuelita en la cual Caperucita se salva gracias a su propia astucia. En ésta, una vez que la niña está en la cama con el lobo se da cuenta de que no es su abuela la que descansa a su lado, lo cual le causa un gran susto. Sin saber muy bien que hacer le dice:

-Abuelita, necesito ir al baño.
El lobo, relamiéndose, le dice:
-No te preocupes, niña, puedes hacer pipí aquí en la cama.

Caperucita insiste y aprovecha la oportunidad para escapar.

Cabe destacar que el verdadero peligro comienza cuando Caperucita se mete en la cama con el lobo. Este cuento estaba destinado a las jovencitas que comenzaban a convertirse en mujeres. Pero en las versiones más antiguas (como la francesa) Caperucita no es castigada por esto, sino que engañando al lobo logra escapar de él, es decir, sobrevive utilizando su propia astucia

Algo diferente ocurre con la versión de Grimm y Perrault, en las que el claro mensaje es que las niñas deben ser buenas, no deben apartarse del camino, deben tener cuidado de los hombres, y sobre todo reprimir cualquier interés por el sexo.

Pero revisemos el caso de otro relato. El de Blancanieves es bastante interesante.

En la versión original, la malvada madrastra de Blancanieves es obligada a bailar, durante la boda de su hijastra con el príncipe encantado, con unas sandalias muy particulares, en lo que sería una especie de macabro regalo de bodas para la princesa.

Es así cómo culmina la versión original de este cuento:

Después de ponerse sus mejores galas, la reina se situó delante del espejo y preguntó:

Espejo, mi fiel espejo,
que cuelgas en la pared,
la más hermosa del reino,
¿puedes decirme quién es?
Y el espejo le contestó:
Eres, mi señora, hermosa en verdad
pero en el palacio del país vecino
la joven esposa lo es mil veces más.

La malvada reina soltó una maldición, y sintió tanto desasosiego, tanto, que no sabía que hacer. Al principio, pensó que no quería ir a la boda, pero no pudo resistir la curiosidad: tenía que asistir y ver a la joven reina.
Y cuando llegó al palacio, reconoció a Blancanieves, y fueron tan grandes su terror y desconcierto que quedó petrificada, incapaz de hacer un solo movimiento. Pero habían metido ya en el fuego unos zapatos de hierro y los trajeron con unas tenazas y se los pusieron. Y la reina tuvo que andar y bailar con los zapatos al rojo vivo, hasta que cayó muerta.

Otro caso de interés es el de La Cenicienta del cual se conocen por lo menos 340 versiones, la más antigua proviene de China y data del año 850. La versión de los hermanos Grimm incluye escenas en las que las hermanastras de Cenicienta cortan pedazos de sus pies para poder calzarse la zapatilla de cristal.

En todo caso La cenicienta ofrece uno de los peores ejemplos de las más bajas pasiones que pueden anidar en el espíritu humano, y que además debieran evitársele a los niños, como lo son: la envidia, los celos, la animadversión hacia madrastras y hermanastros, la vanidad y el apego a la vestimenta y otros objetos materiales.

Otro de los grandes protagonistas de la literatura infantil es el Pinocho de Carlo Collodi, un muñeco de madera que se transforma en un ser de carne y hueso, como símbolo de la evolución hacia la toma de conciencia por parte del niño.

Pero, ¿es Pinocho realmente un cuento para niños?

Leamos un fragmento de la versión original, aparecida en 1881. (Capítulo 15: Pinocho está siendo perseguido por unos asesinos, cuando, de pronto, ve entre los árboles una casita "blanca como la nieve"):

Después de una desesperada carrera de casi dos horas, llegó jadeante a la puerta de la casita y llamó.
No contestó nadie.
Volvió a llamar con violencia, pues oía acercarse el rumor de los pasos y la afanosa respiración de sus perseguidores.
El mismo silencio.
Advirtiendo que el llamar no servía de nada, empezó, en su desesperación, a dar patadas y cabezadas a la puerta. Entonces se asomó a la ventana una hermosa joven de cabellos azules y rostro blanco como una figura de cera, con los ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho, la cual, sin mover los labios, dijo con una vocecita que parecía llegar del otro mundo:
-En esta casa no hay nadie. Están todos muertos.
-¡Ábreme tú, por lo menos! -gritó Pinocho, llorando y suplicando.
-Yo también estoy muerta.
-¿Muerta? Y entonces, ¿qué haces en la ventana?
-Espero el ataúd que vendrá a llevarme

Pero adentrémonos un poco más en el oscuro mundo de los cuentos infantiles:

Se sabe que la versión de los hermanos Grimm de La bella durmiente, en la que la princesa es despertada por el casto beso del príncipe que la rescata, es una alteración que elimina los elementos de canibalismo, violación y adulterio del relato original.

Éste apareció por el año 1528, y en él, el príncipe, que no logra, por más que grita, despertar a la princesa durmiente cuyo nombre es Talia, procede a abusar sexualmente de ella para luego regresar a casa con su esposa. La princesa da a luz gemelos y es el hecho de que éstos mamen de sus pechos lo que la hace despertar. Cuando el príncipe pasa de nuevo por el lugar y ve que Talia ha despertado y tiene dos hijos suyos se los lleva a todos a palacio. La esposa, que no tiene hijos propios, trata de matar a los niños diciéndole al cocinero del reino que los prepare para la cena. Pero el príncipe se da cuenta a tiempo del macabro plan y arroja la mujer al fuego. Por último se casa con Talia y viven felices... por siempre jamás.

Algo más terrible ocurre con el cuento Piel de asno en el que la heroína, luego de la muerte de su madre, huye de su casa para escapar del acoso sexual de su propio padre, lo que es sin duda la causa de que este cuento sea poco conocido hoy en día. Esto no es de extrañar, ya que en los últimos doscientos años no se ha hecho otra cosa que suprimir relatos o cambiarles el texto original, perdiendo las historias parte de su energía y emoción, terminando por convertirse en versiones descafeínadas.

Este es el comienzo del cuento Piel de asno:

Érase una vez un rey que tenía una esposa con el cabello de oro, y era tan hermosa que no había otra igual en toda la tierra. Sucedió que se puso enferma y, cuando se dio cuenta de que iba a morir, llamó al rey le dijo:
-Si después de mi muerte quieres volver a casarte, no elijas como esposa a ninguna mujer que no sea tan hermosa como yo y que no tenga unos cabellos de oro como los míos. Tienes que prometérmelo.
Y, en cuanto se lo hubo prometido, la reina cerró los ojos y murió.

El rey intenta casarse de nuevo, y envió mensajeros por todas partes a buscar una mujer que fuera tan hermosa como la reina muerta, pero la búsqueda no tienen éxito y el relato continua así:

Pero el rey tenía una hija, que era tan hermosa como su madre muerta y tenía además idénticos cabellos de oro. Cuando se hizo mayor, el rey la miró un día y vio que era el vivo retrato de su madre muerta, y sintió de repente un apasionado amor por ella. Y dijo el rey a sus consejeros:
-Quiero casarme con mi hija, porque es el exacto retrato de mi esposa muerta, y no encontraré en ningún lugar una novia como ella.

Los consejeros se lo prohíben, pero el rey insiste. La joven huye y se cubre con una piel de asno para hacerse irreconocible. Pero ni aún así logra salvarse de su destino. El cuento termina con la siguiente línea:

Y a continuación se celebró la boda y vivieron felices hasta su muerte.

No quiero terminar este artículo sin recomendarles la lectura, a los interesados en el tema, de un libro poco conocido de los hermanos Grimm, que lleva por título: "El Enebro y otros cuentos", ilustrado por Maurice Sendak. Un libro de cuentos infantiles no recomendado para personas de corazón débil y que, por supuesto, no debe caer en manos de los niños.

Rigoberto Rodríguez


BIBLIOGRAFÍA.

From the Beast to the Blonde, on fairy tales and their tellers, Marina Warner, The Noonday Press, 1994.
The complete fairy tales of the Brothers Grimm, Bantam Books, 1992.
The trials and tribulations of Little Red Riding Hood, Edited by Jack Zipes, 1993.
Literatura Fantástica, Varios autores, Ediciones Siruela, 1985.
El enebro y otros cuentos, Selección de Lore Segal y Maurice Sendak, Dibujos de Maurice Sendak, Editorial Lumen, 1989.

6 comentarios:

Reyna Huerta dijo...

Oh demonios creí que en el cuento "Piel de asno" la princesa se casaba con otro hombre, yo tengo una de esas libretitas de cuentos que las tiendas del Pertenon solían vender.. en ese cuento si decían que el padre quería casarse con su hija..y ella al descubrir esto escapa y se va con una piel de asno encima...
Buscaré ese libro.. ¬¬

Javier Chamorro dijo...

Mauro, excelente articulo.

Nosotros tendemos a creer que la historia es una sola, pero chocamos contra articulos como este y es bueno porque entendemos que la forma y el fondo de la historia siempre se matiza dentro de lo que cada persona quiere trasmitir y lo que las otras personas quieren escuchar.

kxi dijo...

Concuerdo con Piarpu! A mí me encanta leer las mismas historias en sus diferentes versiones. Habrá que revisar la bibliografía

Sama dijo...

Pues a mi si me parecen pensados para los niños; eso sí, para ciertos niños, no para todos. Incluso varias de las fábulas de Esopo y La Fontaine son breves y bastante agudas.

Aún espero leerme la versión antropófaga de Caperucita, que es la que aparece mencionada en Jin-Roh. Qué versión.

Andrea dijo...

Interesante artículo Mauro, la verdad si he escuchado de las diferentes versiones que tienen los cuentos infantiles, pero nunca he tenido la oportunidad de leerlos y compararlos..
Me pondré en la tarea de buscarlos

ianck dijo...

sordido y contundente


como siempre Z un buen articulo