jueves, 9 de julio de 2009

Causalidades de la vida

Desde el inicio el día fue completamente diferente, ya que inició una hora más tarde de lo normal. La levantada fue mucho más sencilla por ese motivo, y pronto el día mostró cuan diferente era, ya que en vez de dirigirme a la torre administrativa a la que iba todos los días, me dirigía al Centro Cultural Comfandi a recibir una capacitación (este era el motivo por el que inició más tarde).

Todo el día de capacitación fue interesante, trabajando en equipo con personas que nunca lo había hecho, y riéndome a carcajadas en un lugar que no es muy apropiado para eso. Las diferencias adicionales es que tanto el refrigerio como el almuerzo corrieron por cuenta de la empresa, cosa interesante.

La jornada también terminó un poco después, a eso de las 6. Cuando estoy en el Centro Cultural me gusta aprovechar y realizar algo por el sector, teniendo en cuenta la cercanía con diferentes lugares que me resultan bastante interesantes. Desafortunadamente solo tenía dinero para el transporte, y además, había realizado algunas pocas llamadas y el destino se confabuló para que no hubiera disponibilidad para contactarlas, así que no había con quien perder el tiempo. En frente del Centro Cultural pasan buses (posiblemente ninguno a mi casa), pero estando en el centro decidí caminar las 4 cuadras hasta la 5ta ya que me gusta ese pedazo de la ciudad. Pasé la calle y pensé un momento los cuidados que debía tener por el portátil de mi maletín, pero decidí ser irresponsable al ver que para poderme subir al bus que me servía necesitaba ciertos dotes de alpinista, ya que en el techo sería en la única parte en que cabría.

Decidí caminar, sabía que caminar implicaba que los buses estuvieran cada vez mas llenos, y llegar a una estación del mio no aliviaba esa realidad, pero aun así decidí empezar a caminar hacia el sur, en dirección a mi hogar. En el camino me encontré una tienda de instrumentos que no conocía y averigüé las gaitas que necesitaba averiguar, movilicé un palo de agua de casi mi altura, y estuve jugando con el delicioso sonido de una marimba (que sonaba deliciosa aun en la torpeza musical de mis manos). Tras eso seguí caminando y a una cuadra de distancia me encontré a la Semilla con su delicioso olor a incienso. Nos saludamos y ella iba caminando en mi misma dirección así que tuvimos la oportunidad de charlar un buen rato. Tras hablar de comida, trabajo, caminatas y demás, me comentó que iba a una clase de su cuento maya, que si yo quería ir ella convencía al profesor que me recibiera como asistente.

Y así fue como en la noche, terminé rodeado de varios desconocidos, compartiendo experiencias y debatiendo temas diversos. Fue especialmente interesante porque se tocó a profundidad un tema que me tenía especialmente confundido en la última semana, y no encontraba nadie que entendiera mi forma de actuar, y justo ellos lo entendían y lo compartían, y me dieron (sin saberlo) la fuerza que necesitaba para poder seguir en mi camino, de seguir creyendo en una forma diferente de ver el mundo y de vivir la vida.

Y así terminó, con un poco de meditación y siendo un excelente día.

¿Has tenido un día con abundancia de causalidades?

4 comentarios:

kxi dijo...

Qué día tan "interesante" (perdón por burlarme, jeje). Bueno contestando la pregunta, en abundancia en una época de mi vida, pero últimamente la malvada rutina que intento romper con fuerza se apodera de mí y no me da oportunidad a que estas causalidades entren en mi vida. Sin embargo, el encuentro fortuito con personajes que no espero en lugares que no espero son para mí también causalidades. Y ayer tuve dos en el lanzamiento de nuestra nueva línea.

Sama dijo...

Según entiendo para mi caso (y creo que el de muchos), si son cada vez más causalidades que casualidades. Ahora que estuve en Bogotá, tuve que ser cuidadoso y ordenado para poder lograr las condiciones y reunirme con algunos amigos.

La casualidad que tuve por ejemplo en Rock Al Parque hace tres años no se dio en éste; tal vez un motivo haya sido que en ese entonces fui solo y estuve más pendiente de encontrar algún rostro conocido, en cambio ahora estuve mejor acompañado.

De todas maneras, a veces siento que toca hacer maromas para crear momentos con la gente que se ha tenido al lado. Lo bueno es que aún así la casualidad no abandona, y permite pequeñas dosis de sorpresa, como encontrar que una compañera de trabajo hace parte de tu familia, o que una amiga de años atrás está involucrada en un proyecto del que haces parte, entre otras nimiedades simpáticas.

Haga dijo...

No me bastaria una nota, seria mas bien un compendio...jejeje, que bien porti el rato de iluminacion.

Eldarwen dijo...

nop nada de eso en estos momentos de mi vida...me hacen falta, mucha! hay algo q se pueda hacer para lograrlas mas que evitar que la rutina te absorba?