jueves, 22 de enero de 2009

Criptofauna Social

Como en otras ocasiones, hoy el jueves del Aleph no trae un texto para interpretar a su antojo (aunque si alguien lo desea, lo puede hacer), sino que más bien comparte algo de la literatura que encontró al mirarse al espejo... ya saben, el Aleph lo ve todo al mismo tiempo, y desde todos los ángulos posibles.

Siendo así, les comparto un texto de un amigo de este blog, y que nos manifestó el deseo que publicáramos este texto en particular. Gracias Henry por compartirlo con nosotros.


Criptofauna Social

He calculado las mordidas y demás heridas recibidas y otorgadas por mí en cada batalla, emboscada y/o encuentro, de las bohemias licitas e ilícitas, claro que el saldo, como es frecuente en cualquier confrontación, no es reconfortante, pero es grato recordar las cálidas mordidas de labios azucarados de sabores viciosos. Este recuento me ha llevado a identificar la existencia de un grupo de castas de noctámbulos comediantes, enmascarados cual histriones, camuflados en papelones diarios y que igual a nuestros primos voladores, alimañas y otros mamíferos, se exponen principalmente al anochecer, aunque es posible encontrar a unos pocos a la luz del día en ciertos recovecos citadinos.

Vampiros, licántropos, brujas y hechiceros o magos (como prefieren llamarle "algunoz"), solo por nombrar los más destacados y renombrados personajes, pues existen otros menos agradables semejantes a goblins u orcos, o hasta a sanguijuelas gigantes, y quien sabe cuantos mas engendros sociales, igual todos monstruos de arquetipos ensamblados por extrañas elocuencias, frutos de vicios sociales permisivos en exceso. Ellos se discurren por las sendas citadinas, perdiéndose entre el "común", morfoparlando, formando verborrea o labia capas de convertir hasta tu mayor virtud en el mas ciego defecto y estos en los mas invisibles comportamientos, ensamblando, con sus palabras, un escenario conveniente.

... Cuando entró, las puertas gruesas de madera y marco metálico le eran familiares, como de otra vida presenciada, los cuartos antiguos, adornados metódicamente a la moda, mantenían la esencia; las paredes pálidas, posiblemente blancas, despojaban de ardor los cuerpos saciados de los presentes, quizás tratando de mantener un equilibrio; la madera del piso lo motivaba a retorcerse en el y descansar de la noctámbula y agitada jornada de la que llegaba. Sin embargo debía protegerse de Ella, su acompañante, aquella mujer sorprendida en la barra tras un cóctel, la que había capturado su compañía en aquel lugar del cual venía, y de la que debía protegerse al concederle sus abrazos, eso si acentuando sutilmente sus atributos para mantener alejado de Ella a el, el otro candidato, quien intentaba destacar sus virtudes, con lo que parecía ser un complejo movimiento de cortejo (comportamiento primario de época de apareamiento, y para este caso fallido). Ya que el tinto desbordaba de su boca al no caber mas licor en su cuerpo, El solo ansiaba recostarse en su torso sin ser víctima de sus labios enrojecidos por el vino, imagen sugestiva que semejaba la boca del predador, que recién a propinado el mordisco a la víctima incauta de esta noche, el cual era quizás el caso, todo era cuestión de tiempo y método.

Postraron sus intereses en la sala, arremolinados por el licor, los cigarros y la música capciosa del anfitrión, lejos de aquel exótico ejemplar (que pudo ser o no un espécimen de nuestras castas) que se había quedado contoneándose cerca a la barra. El calor de la noche veraniega descansaba en el viento vertido por los farallones; la temperatura candente que aumentaba con el ímpetu de las hormonas embriagadas, se mantenía por los constantes movimientos de la danza subliminal. En un descuido encontró que Ella parecía sucumbir a la lengua diestra del intelectualoide, - necesariamente un ñoño mas que otros, pero no como otros (no hay que generalizar), pero ágil compositor de versículos acomodados, en algunos casos, los mas perversos, solo copias burdas y descaradas de autores ocultos del mercado común - sin embargo sus tentáculos verbales se comprimieron bajo los tacones de Ella, su inútil intento de hacerla presa termino invertido, al ser abandonado después de asestado un zarpazo mas contundente que la misma garra, el del aliento seductor de una mujer, que te madruga a la iniciativa y también a la partida, dejando tus labios flotando, besando solo el humo de su cigarrillo, sin ni siquiera sentir su aliento...

El ñoño, quizás un simple vampiro en este caso, pues también puede presentarse en otras manifestaciones bestiales o castas, y al parecer es una característica de todas ellas, suele ser en sus mas bajos niveles, como aparentemente era el caso, presa de presas y paso obligado de muchos para alcanzar al cazador, nos evidenciaba una estratificación dentro de cada una de las castas, y había permitido generar un perfil primario de Ella, con ese movimiento seguramente una vampiresa.

... este individuo había asesinado su propia jornada de caza al fracasar enfrente de todos, así le quitó un obstáculo de encima a El. En ese momento se engendro la duda, presa o cazador, hasta ese instante había intentado mantenerse como el observador, aprendiendo y degustando al prójimo, pero para entonces el ya era cubierta de su espalda y prósperos eran sus dedos en su abdomen, ¿seria nuestro nacional VanHelsing presa de Ella? La sala se cobijo por el aliento de los presentes y el clan aliado de la víctima se desorbito por la perdida, la manada inicio una acción de encubrimiento para disipar la atención de los terceros, esto actuó a favor de Él (nuestro infiltrado), excusándolo para partir al patio, aun más poblado por las intenciones subcutáneas de sus ojos, y las de otros que también trataban de dejar el calor de aquel ambiente saturado de éxtasis y ansiedad, de esta criptofauna urbana, de curiosa y sencilla red trófica, pues todos nacen presas y pasan a predar (bueno, es lo ideal)...

No inventaré quimeras, considero que las características destacadas de estos personajes son coincidentes con la descripción especifica de estas criaturas del imaginario colectivo, aunque ahora no le concedo tanta veracidad a esto de imaginario (con el respeto de mis colegas) y sus diversos comportamientos dentro de cada casta se debe a su nivel y estatus. Así que excluyendo las aberraciones mas repulsivas antes mencionadas, intenté descifrar donde cabían nuestros personajes, comenzando por el vampiro, un ser sediento de sangre y como un tiburón, controlado por su frenesí, llega a un momento en el que no piensa y se nubla por su sed; comportamiento que suele variar con el sexo, porque ellas, las vampiresas, son a mi parecer más peligrosas, pues enmascaran bien sus hábitos y las de mas alto nivel son las maestras, saben utilizar ese frenesí a su favor, a ellas las evito lo mas que puedo, no obstante, sinceramente he sido presa más de una vez, aunque en algunas he salido librado y en otras nos hemos cazado y devorado mutuamente.

... Ella no era una vampiresa mayor, pero exhalaba su aroma ardiente, que lo halaba a su lado...

En este instante se me aparece el otro personaje, los cánidos, los licántropos, pero la sed de un lobo es también mas fuerte que su temple, quizás similar a mis impulsivos momentos, pero la sutileza no es su principal herramienta; suelen manifestar esa pasión animal a flor de piel y ese puede ser su mayor atractivo y como he atestiguado su mayor condena. Aquel personaje es noble pero furioso no reconoce su elemento, son pocos y extraños, debe ser porque se dejan ver cada mes. No, definitivamente Ella no, ni El, no.

... El calor del ambiente pareció relajarse de nuevo con una brisa de madrugada colada por las paredes, fresca, algo fría, sorpresiva y evidentemente aprovechada; la anterior tensión, de ser cazado o cazador, se desvaneció en el momento, ambos coincidieron en extender sus palabras...

Entonces asomaron el hechicero y/o mago y la bruja, los vampiros se basan en sus encantos efímeros, los menores elaboran redes verbales cual araña - quizás algo similar a los intelectualoides - , pero esas son cortadas por neuronas estimuladas; de los lobos ni pensarlo, quedaban solo estos dos personajes, metódicos, estrategas, selectivos, conspiradores, tejedores distinguidos, con lenguas doradas en los más altos representantes y de plata en los demás, generadores de la mas afable confianza, temerosos de encontrar el punto que los corrompa (a cada cual en su modelo).

... así se empezó a construir el festín, preparando las porciones de líbido para emplearlas en el momento, ya muchos posaban con su presa o su predador, mientras Ella se quedo como elemento de su experimento, al final salvo la faena, y devoro los labios de vampiresa sedienta, mientras ella trataba de propinarme un mordisco contaminante, que agónica, logro.

Y se acabó el festín, la ascensión del día retrajo sus actividades, pronto toda esta fauna debía huir, ocultarse, volver a sus cubiles y madrigueras cotidianas, y Él o Yo sobrebebimos otra noche, con unos cuantos mordiscos, uno que otro zarpazo como en toda batalla, pero con un corazón intacto, un numero y un "hasta pronto"; así que considero la faena salvada. Eso si les puedo dar fe y alguno que otro lo confirmara, que los más mágicos son ellos, los magos o hechiceros, pero son a su vez los más costosos, y para algunos, peligro ineludible; las vampiresas, por su parte, son delicia de velada, compañía, en sus mejores representantes, excelente y más no debo decir. Estos son los más comunes, pero existen muchos y en distintos niveles. Y no me pregunten a que casta pertenezco, más bien otro día hablamos.

Henry.

Foto: Mauro Z

4 comentarios:

Sama dijo...

Escenas rituales de un viernes social, narradas mediante una prosa inexperta pero bien mal intencionada.

Debo admitir que me entretuvo bastante.

Anónimo dijo...

bueno parece entretenido un poco confuso y me quede con las ganas de conocer un chupacabras social

Haga dijo...

Pues bueno, seguramente tendrá que aparecer dentro de los vampiros, además de pronto se me ocurre otra entrega, si es así se les comparto...

Haga dijo...

a y mi intención no fue escribirlo en prosa...