sábado, 6 de diciembre de 2008

Qué vivan los juegos nacionales

Para aquellas personas que con frecuencia visitan este blog deben tener la curiosidad sobre la falta de producción que he tenido en las últimas semanas. O tal vez no. Independientemente de ello, he querido contarles las razones. Las semananas pasadas he tenido mucho trabajo, y ésta que está terminando he estado disfrutando de los juegos nacionales. Siendo coherente con mi geekismo deportivo estuve disfrutando de cuanta actividad deportiva mi tiempo me permitió.

Debo confesar que tenía muy poca fe por la realización de los juegos en el departamento. Constantemente me escucharon decir: "Cómo se les ocurre traer los juegos nacionales a la ciudad!, Cali no está preparado para recibir a las delegaciones". Afortunadamente no lo escribí, porque hubiera tenido que imprimir el artículo y después comérmelo. Y no es que considere que la ciudad se encuentre en su mejor momento, en lo que a infraestructura se refiere. Hoy por ejemplo hoy tardé casi un hora en recorrer un trayecto que normalmente tarda quince minutos. Algunas calles estaban cerradas para la realización de una competencia de patinaje (la maratón, que espero que haya ganado Diego Rosero, fuerte representante de nuestra tierra) y no había un plan de contingencia que al menos conocieran los transportadores urbanos (ya saben que me gustan andar en bus). Si es cierto que durante una semana hubo una valla que avisaba el cierre de las vías, pero dudo que la información hubiera llegado directamente a las empresas de buses, puesto que los transportadores no conocían este hecho ni tenían rutas designadas previamente para esto.


En fin, las calles siguen llenas de huecos, la construcción de las obras del MIO no terminan y los otros arreglos de la ciudad la tienen hecha un despelote. Pero a pesar de todo esto, las instalaciones para los eventos deportivos han suplido con todas las necesidades de los deportistas y además han hablado muy bien de la suficiencia que tiene la ciudad para soportar un evento de tal magnitud. Adicional a esto, el público se ha visto muy emocionado con la forma en como Valle por momentos ha alcanzado la punta sobre Antioquia, y como, contra los pronósticos, le ha arrebatado el segundo puesto, por lejos a Bogotá. Incluso poniéndonos a soñar hasta último momento con arrebatarle el puesto también a Antioquia. Los comentarios populares dicen que de no ser por la pérdida de medallas en los deportes de mayor fortaleza, en este momento los juegos serían locales.


Con todo esto, quiero resaltar que los juegos han estado muy bien, que me tienen muy feliz y que entre el despliegue televisivo por los canales regionales y la oportunidad que he tenido para asistir a los escenarios deportivos (hermosamente adecuados), he podido disfrutar de Béisbol, Nado sincronizado, Atletismo, Natación, Polo Acuático, Tenis de Mesa, Voleibol y Ciclismo. He hecho fuerza por los equipos de mi preferencia, gritado y alentado a mis favoritos; he compartido con el resto de los vallecaucanos la pasión por el deporte; he ejercido presión sobre el rival para hacerlo fallar en los momentos definitivos, como una barra local lo debe hacer. Pero lo que no pude soportar es que en estos juegos de paz, las barras no logren convivir.


La crítica de hoy es un llamado de atención a mis conciudadanos por la paz y el respeto. Un poco tarde porque ya los juegos nacionales acaban, pero no tarde para el comportamiento que van a tener a futuro. Durante la realización de los juegos, independientemente de la rivalidad que haya con Antioquia o que el rival que sea, las barras pueden ser muy poderosas, intimidantes y alegrar a su equipo, pero si son creativas e inteligentes no necesitan ofender al rival. Mucho menos lanzar objetos a las canchas, ni en contra del rival ni de los jueces. Durante las competencias de voleibol vi lanzar los abanicos entregados como publicidad, y en el partido de Valle versus Tolima en polo acuático fue peor, porque debido a la intolerancia de algunos personajes de las barras, que lanzaron botellas de plástico a la piscina, los jugadores tuvieron que terminar el partido a puertas cerradas. Y no estoy contando con la basura que los asistentes dejan en las instalaciones. Así pues, agradezcamos a la administración local la buena organización, y a los deportistas su trabajo, con un comportamiento ejemplar que hable muy bien de nosotros, siempre por fuera y dentro de la ciudad. Y vamos Valle, hasta la última prueba a darlo todo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es q muy pocos dabamos un peso por la realización delos XVIII juegos nacionales.. esa sensación tabién la tenían los sanandresanos.. de eso me pude dar cuenta en el acto de clausura, que la verdad fue muy sencillo y bueno con algunos problemillas logisticos, producción, protocolo y en fin... a pesar de no tener playas nos fue mejor a nosotros.. claro si deciden mejor visitar la isla.. es un plan mas atractivo. En san andres tambien tienen problemas con la malla via y eso q les entra plata por todo lado.. el estadio principal está en medio de escombros.. aunque también tienen cosas positivas en menos de 10 meses lograron construir 2 nuevos estadios de softball y beisbol.. sus virtudes y defectos, como en botica!!!

kxi dijo...

Cierto es: Como en Botica. Aún así, me quedé con una sensación agradable en mi recuerdo de estos juegos nacionales que me disfruté.