domingo, 13 de enero de 2008

Reflexiones de un Hombre Maduro

Este correo me ha llegado varias veces y desde hace mucho tiempo. De donde lo saque esta vez fue de un correo que me mandó un conocido llamado Douglas, que llevo varios años sin ver.

Y no hay mucho que decir, más que la sabiduría de la experiencia hay que compartirlar.

Reflexinones de un Hombre Maduro

Cuando cumplí 14 años esperaba algún día tener una novia.

A los 16 tuve una novia, pero no había pasión. Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con ganas de vivir.

En la facultad salí con una mujer apasionada, pero era demasiado emocional. Todo era terrible, era la reina de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse. Entonces decidí que necesitaba una mujer estable.

Cuando tuve 25 años encontré una mujer muy estable, pero aburrida. Era totalmente predecible y nunca la excitaba nada. La vida se hizo tan plomiza que decidí que necesitaba una mujer más emocionante.

A los 28 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir su ritmo. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacía cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Me hizo tan miserable como feliz. De entrada fue divertido y energizante, pero sin futuro. Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición.

Cuando llegué a los 31, encontré una chica inteligente, ambiciosa y con los pies sobre la tierra. Decidí casarme. Era tan ambiciosa que me pidió el divorcio y se quedó con todo lo que yo tenía.

Ahora, a los 40, me gustan las mujeres con tetas grandes... y punto.

Por fin maduré.

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