sábado, 23 de febrero de 2008

Sobre la marcha del 6 (una cuestión de prioridades)

No tengo problema con esta marcha. No me interesa si la guerrilla la apoya o no. Igual si yo expresara algo públicamente y Uribe lo apoyara, no me convertiría en un Uribista, por definición. Si yo expresara algo públicamente y la Iglesia católica lo apoyara no me convertiría en un católico, por definición. Si yo expresara algo públicamente y Garavito lo apoyara no me convertiría en un violador de niños, por definición. Se que ninguno de ellos se puede poner en el mismo plano del otro, pero quería que fuera clarísima la analogía de lo que les pasó a los organizadores de la marcha del 6 de marzo.

En la marcha del 4 de febrero se buscaba dar un mensaje claro a la opinión intencional internacional: Colombia no quiere ni respalda a las FARC. Yo estuve de acuerdo, e incluso me solidaricé desde este espacio con la causa. Pero no marché. Tampoco voy a marchar el 6. Pero no por eso voy a descalificar a los organizadores del evento nombrándolos guerrilleros (sin además saber o no si lo son). Que marchen. También los voy a apoyar desde aquí. Porque sólo aquel que ha sido víctima de uno u otro, u otro (seguro que no hay solo dos bandos en el conflicto como pasó en Ruanda) actor del conflicto, puede quejarse con conocimiento de causa y tiene todo el derecho de hacerlo.

Mi punto de vista tiene que ver más con una cuestión de prioridades. En este país, en el que cada uno tira para donde mejor le convenga, es el caldo de cultivo propicio para que aparezcan toda clase de personajes que se aprovechan de los demás y desangran el país, mientras los demás se mueren de hambre y violencia; y la gente se queja por unas pendejadas que no tienen nada que ver con las causas de hambre y violencia (no me refiero propiamente a las dos marchas) y la popularidad de los dirigentes juega un papel determinante en el poder.

En mi opinión, y con todo el respeto de quienes les han secuestrado a un ser querido o de quienes han sido víctimas del secuestro, me pregunto ¿por qué ellos son más prioritarios que los campesinos a los que les roban sus tierras, les matan su ganado, sus gallinas, les violan a sus mujeres e hijas, les reclutan a sus hijos y los desplazan a la ciudad a convertirse en un problema para los urbanos que no saben qué hacer con ellos? ¿Por qué ellos son menos prioritarios? ¿Porque no tienen voz? ¿Porque son anónimos para los medios? ¿Porque no tienen abolengo ni familiar político? Bueno, a mí en cambio me parece este tema mucho más grave que el secuestro. Sacar a un ser pacífico y productivo de su entorno, mandarlo lleno de resentimientos a una urbe donde no tiene como competir a que se vuelva un mendigo o un delincuente. Y después tomar sus tierras y feriarlas entre los empresarios amigos del dirigente de turno. Eso me parece más grave. Me parece más grave y prioritario que se roben la plata del pueblo y aumente la corrupción en las entidades del estado. Yo creo que podemos dar bala, toda la que queramos, sentirnos algo más seguros cuando viajamos en carretera y decirle al mundo que las FARC es lo peor para que nos den más plata para dar más bala, pero si seguimos permitiendo que se roben los recursos de todos y no decimos nada, cuando acaben con las FARC
(si es que pueden, a mí la historia y las decisiones que veo que toman me dice que no lo van a lograr), va a salir otro grupo y luego otro y luego otro que haga lo mismo: secuestre, robe, mate, drogue y aterrorice. El negocio es redondo.

Claaaaro, si me preguntan amenazantemente y con fuerte tono de voz: “Bueno, y entonces cuál es la solución pues, a ver si sabés tanto!” espetándome en la misma pregunta por mi crítica. Pues les puedo decir, que no me la se. Que si la supiera, tal vez no la escribiría. La ejecutaría. Pero algo si tengo claro: Mis prioridades son diferentes a las de los marchantes y por eso, no marcho. Mis prioridades son diferentes a los polares radicales y por eso tampoco descalifico a los que marchan.

1 comentario:

Macaco dijo...

Completamente de acuerdo contigo, no solo eso, podríamos hacer una marcha en contra de la gente que organiza marchas.

No mentiras, pero si estoy de acuerdo que aunque es bueno, y saludable hacer oír su voz, la verdad es que esto de por si no va a traer la solución, yo tampoco se cual es la solución, y cuando crea que una marcha (no esta, ni tampoco la anterior, ni la anterior, ni la anterior... ) nos va a traer la tan anhelada paz, o la disminución de corrupción, o del reclutamiento forzado, o del secuestro, o cualquiera otro, pues marchare.

Por ahora, tratare de dar mi opinión, de la manera mas calmada posible, sin dejarme alterar por quienes dan su opinión usando la fuerza o la misma violencia (contra la que dicen que luchan).