martes, 10 de junio de 2008

¿Cómo entrar en dos pasos?


1. Deje esta nota sobre la mesa:

Debo confesar que cada vez tengo que esforzarme más para alejarme de tu lado. Y es cierto, tengo que hacerlo. Pero ¿por qué? ¿por qué tengo? ¿por qué no puedo quedarme a tu lado todo el tiempo? Hasta que mi cuerpo se funda con el tuyo hasta que no respiremos de tanto amarnos. Pues porque no, porque eso sería perder mi vida, perder mi libertad, perder la tuya. Eso sería alejarme de mis otros sueños. Aunque debo confesar también que contigo me siento libre. Libre de remordimientos, pesos, responsabilidades, karmas, amarguras y cansancios. A mí me gusta ser libre y estar libre. Ser liviano, no denso y planear imaginariamente sobre la ciudad contemplando la pesadez de los demás, como una pluma que la lleva el viento hasta que cae y es de nuevo levantada por una ráfaga de compasión. Entonces, ¿por qué tengo que esforzarme tanto? ¿por qué no me quedo? Creo que porque no sabemos manejar la libertad. Sólo sabemos por ahora preparar la pista de aterrizaje para que lleguen ellas (la pluma y la libertad) cuando se sientan libres de hacerlo. Añoro hacerte feliz.

"La luna roja, sobre el mar negro"

2. Toque de nuevo la puerta en dos días.

3 comentarios:

Mauro Z dijo...

Realmente excelente, pocas llaves podrían ser más efectivas.

Sama dijo...

Cierto. Sobre todo porque son instrucciones para volver a entrar; no tanto como para entrar por primera vez.

kxi dijo...

@sama: Podría pensarse así, pero en realidad son para entrar, pues aunque ya estaba dentro de la casa, todavía no estaba dentro del corazón.