martes, 25 de marzo de 2008

Problemas con la creatividad

En ocasiones surgen. Los problemas con la creatividad. Sí, en ocasiones surgen. A veces tenemos mucha creatividad. La mayor parte del tiempo, no. Hay gente que tiene problemas todo el tiempo con ella. Crea y crea. Les dicen inventores. Creativos. Artistas. Genios. Son simplemente gente con problemas. No pueden vivir una vida tranquila porque su cerebro se colma de imágenes, de información, necesitan sacar todo ese exceso de creatividad.

La cosa comienza cuando haciendo una actividad cualquiera de la cual todas los demás gozan. Una actividad llena de júbilo y felicidad (si es muy simple y repetitiva más felicidad genera por lo tranquila y por el poco esfuerzo que hay que hacer) de las que todos los demás gozan. Cuando se está haciendo esta actividad de pronto surge un bloqueo momentáneo. No se puede hacer nada más. La actividad se frena y se siente ansiedad. Maldita ansiedad. Hay un deseo irrefrenable de exponer aquello que pica. Eso que no deja seguir. Hay que encontrar la forma. Sin embargo, la mayor parte del tiempo no es claro, dado que aquello que fastidia, que no deja seguir, es nuevo. Es diferente. No se ha visto antes. Es una creación. Yo creo que por alguna razón que tiene que ver con este proceso de crear, los más infieles (y otros no tan infieles pero sí muy hipócritas) dicen que el creador es un tipo travieso. Yo creo que era un tipo con problemas. Se encontraba en la inmensidad de la nada, donde ni tareas había por hacer y de pronto, pufff. Un momento de inquietud. No pudo disfrutar de la paz de un siesta que tanto placer produce sino que se tenía que inventar un poco de cosas maravillosas y sobre todo, problemáticas, como él.

¿Qué se hace con esta ansiedad? preguntarán los más desesperados que quieren llegar al final de este artículo para poder plasmar su obra. Nueva, porque es una creación. Bueno, pues un segundo después, dicen (yo creo que lo he sentido, pero no estoy tan seguro) viene un momento de arrepentimiento. ¿Quién quiere jorobarse la vida? ¿Quién quiere salir de su zona de confort por hacer algo nuevo? Algo que ni siquiera sabe si será bueno. Solamente nuevo. Allí es cuando uno se da cuenta si está contaminado o no. El asombro es como una especie de germen que anda por ahí. Uno se contamina y no se da cuenta. Claro que todos los demás si. Porque uno parece siempre niño (a veces con el tiempo parece cada vez más niño). Cuando uno se asombra, se deslumbra. Todo lo nuevo le parece bueno por el sólo hecho de ser nuevo. Entonces aquello que pica, que hace roncha, que no deja dormir en paz, pues como es nuevo, es bueno. Lo gracioso del tipo asombrado, es que además, como se vuelve un poco niño, pues se vuelve ingenuo, por no decirle estúpido. Entonces cree que lo que a él le parece grandioso, por ser nuevo, a todos los demás también les parecerá genial. Recuerden que es alguien deslumbrado. Se dice que este asombro a veces es creado por la constante piquiña que produce la idea que se gesta. Cuando no se hace nada con ella, el cuerpo se comienza a contaminar y genera una especie de intoxicación narcótica que genera el asombro.

El creativo, entonces además de inquieto está dopado por el asombro. En medio de su “traba” puede permitir a su inconciente que tome el mando de las funciones motrices más básicas de su cuerpo que él ha olvidado (concientemente) usar. Por ejemplo, el habla, el uso de sus manos como objetos gráficos, sus cuerdas vocales, el dominio de los músculos de su cuerpo. Cuando esto ocurre, cosas maravillosas pasan (eso piensa el creativo, porque también su creación puede ser un bodrio para el resto de la gente). En ese momento mágico, el creador comienza a dejar brotar por los poros de su cuerpo (focalizados generalmente en uno o dos órganos) todo ese malestar que le impedía dormir. Allí nace algo. El problema, es que no es suficiente. La condición humana que garantiza instintivamente la supervivencia de la especie en el planeta obliga a este creador a ver su obra como un descendiente propio. Entonces no se lo queda, sino que tiene que enseñarle el mundo (es decir, las creaciones de otros) y tiene que enseñarle al mundo que hay una creación nueva que quiere vivir en él. Debe compartirlo con todos. Le paga jardín, le toma fotos, lo lleva donde sus amigos. Ve por él. Y claro, como todo padre, deja de dormir tranquilo. ¿Y qué le pasa a un tipo carente de sueño? Pues que se le acumula mucha piquiña en su cabeza y siente el deseo irremediable de crear algo más, algo que le haga compañía a su primera creación. Y así hasta que muere. Qué fastidio esos tipos creadores con tantos problemas en su cabeza. Ni siquiera pueden dormir en paz, ni dejan dormir en paz.

PS: La foto es de un restaurante colgante. ¿Creativo no?

kxi

No hay comentarios: