jueves, 9 de octubre de 2008

Instrucciones para vencer a un caracol en su propio juego

Valga recordarlo: la tortuga venció a la liebre, y lo hizo limpiamente. La confiada liebre no esperaba algo de ella y al final, se vio sorprendida. Esto debería aplicar para todos aquellos seres que, pese a la lentitud de sus pasos, se compensan mediante el deseo arraigado de querer recorrer su camino con empeño, serenidad y honestidad. Sin embargo, no con mucha sorpresa hemos sido testigos de la transformación de uno de estos seres, casi imperceptible, pero poseedor progresivo de un inmenso poder, hipnótico como su espiral, mientras nos ha venido prometiendo a diario más compañía y lo mejor para nosotros.

Nuestro baboso amiguito ha aprendido numerosas mañas y empleado ciertas técnicas, desde aumentar el tamaño de sus antenas, hasta pintar de amarillo bilioso la fachada de su mansión a cuestas, lo cual lo ha hecho un hueso difícil de roer, sobre todo para quienes no se lo han tragado entero. Para pensar en derrotarlo se deben tener, además de la astucia y rapidez de una liebre, la convicción de ser capaces de dejar atrás ese pesado lastre que la ética y otros valores sociales colocan sobre nuestros hombros.

Ready, set, go. It's time to run:

1. Rete a su competidor a una carrera sin límites, sobre un camino sin fin, donde el gran premio sea nuestra atención, adornado de su decepción. Selle orgulloso este acuerdo con un brindis, mientras disfrutan juntos de un refajo bien preparado, frío y calculador.

2. Consiga la ropa indicada para emprender esta aventura, sin importar su color o género. Eso si, si quiere vencer a su adversario, recuerde llevar puesta una media oscura, gruesa e impenetrable, que no necesita ir en uno de sus pies, sino en su rostro, ocultando cualquier vestigio inoportuno de verdad.

3. Empiece a correr ya. No hay tiempo para entrenar. El punto de partida no tiene ubicuidad precisa en el tiempo y el espacio, pero no dude que en el instante en que lo encuentre, se dará cuenta de inmediato que su oponente estará pisándole los pasos.

4. Una vez en marcha, haga uso de sus irreprochables tretas: encuentre aquel oscuro objeto del deseo que lo guiará hacia el atajo: un atentado terrorista, un rescate militar, un infanticidio, un paro laboral, etcétera; podrá encontrar una gama tan amplia que le permitirá escoger.

Advertencia: si cree que alguna de estas opciones compromete en algún momento la imagen burbujeante y descompuesta de sus patrocinadores, piénselo mejor. Al final, encontrará la adecuada.

5. Mientras viaja por ese atajo que eligió, preste mucha atención en tomar aquellos atajos similares que se encuentre durante el trayecto, los cuales suelen estar ocultos a la vista de los ojos de su corazón. Desde luego, son sólo atajos, así que no se vaya a distraer con detalles innecesarios.

6. Siéntase tranquilo e ignore los millones de ojos posados sobre usted. Así mismo, no haga caso a quienes lo juzguen por estar haciendo trampa. Si el morbo ayuda, la publicidad negativa no desampara, de tal manera que no se dará cuenta del momento en que dichos artificios lo acercaron un poco más a su destino.

7. Si se está viendo alcanzado, no olvide que tiene gente que lo apoya, así que sume adeptos a sus espaldas para que lo escolten, como en una gran marcha o manifestación; de esta manera obtendrá un mayor distanciamiento de su contrincante, o al menos así se lo hará creer.

8. Si al cruzar la línea de meta, persisten dudas de su triunfo, opte por reunir firmas y someterlo a votación. No se preocupe: las reglas de la competencia son modificables y sus organizadores lo avalan. Una vez validado su veredicto, súbase a lo alto del podio y celebre. Tómese muchas fotos y bese muchos bebés, mientras ondea la bandera que lo acompañó envuelto durante el recorrido. Sus manchas de barro y rasgaduras no son más que las huellas que reflejan su tenacidad. Logrará al final captar la atención de todos, y muchos lo aplaudirán, con excepción de esos tantos molestos y escatológicos apátridas que nunca faltan.

Estas han sido algunas indicaciones para quienes, a pesar de todo, tengan como anhelo competir contra este recio invertebrado. Ahora, si estas instrucciones aparentan ser algo engorrosas para ser llevadas a cabo, tal vez baste con que ReCeN a los Santos de su devoción para que todo les salga a pedir de boca. Los demás, lo echaremos a suertes, por lo menos hasta que realmente nos incumba.

7 comentarios:

kxi dijo...

Uf, sorprendente Sama. Sobre todo teniendo en cuenta tu goda ideología (a verdad que el invertebrado era liberal, jeje)

Sama dijo...

¿Qué te puedo decir? Estoy teniendo problemas con la media...

Mauro Z dijo...

Si, creo que aqui ya la media nos está oliendo feo

kxi dijo...

apesta... a mí ya hasta rabia me produce por su descaro

Anónimo dijo...

lego no seria mas facil sasonar y comerse al caracol(bueno eso tambien depende del caracol)

kxi dijo...

eso depende del caracol? o depende de Caracol?

Anónimo dijo...

puede depender de que miembro del staff de Caracol te quieras comer por ejemplo yo no le entraria a los titeres del sabado o a los presentadores de deportes pero fijo si a una de las presentadoras

(creo que esto esta mas alla de los limites de la metafora)