Después de unos cuantos días sin publicar en el blog, le propuse a Macaco que me permitiera reseñar una película hoy, miércoles del buen cine, buscando no perder pues la buena costumbre de escribir para quienes son asiduos lectores nuestros. La experiencia de haber hecho este ejercicio durante nuestro mes de tributo, además de mi gusto por las buenas e inusuales películas, son motivos suficientes para hacerle una buena digestión a una opípara sesión fílmica, como la que tuve el domingo pasado en Eurocine. Aunque sólo asistí ese último día, creo haber tenido la suerte de ver una de sus mejores proyecciones: Entre Dos Veranos (Sommaren).
Esta es una película sueca no pornográfica (¿van a creer?), cuyo género podría estar desplazándose continuamente entre el drama y la comedia negra espontánea, unidos ambos de una manera simbiótica, aportándole cada uno al otro un poco de miel e hiel que necesitan entre sí para despertar en el espectador interesantes reacciones. Como sinopsis se puede presentar a una familia europea algo convencional y de buenas costumbres, cuyo ritmo normal de vida y sus actividades se ven alterados por la pérdida de uno de sus seres queridos, es decir, el hijo menor de la joven pareja de casados. Dicha muerte, ocasionada por motivos meramente casuales, detona el sentimiento de culpa en quienes creyeron tener pleno control de todas las situaciones; lo cual a su vez comienza a liberar otros sentimientos y deseos ocultos, agradables o no, a la vista; reprimidos tal vez por efecto de la normalidad de los días.
A partir de ello, cada uno de sus personajes empieza a buscar respuesta a estos impulsos, tratando de expiar un pecado inexistente pero a su vez, permitiendo encontrar ciertos rasgos de la personalidad que suelen ser públicamente condenados, incluso en las sociedades europeas con mayor libre-pensamiento. Como puede intuirse a partir de su título, el argumento es desarrollado durante una línea cronológica de un año, terminando en un punto donde sus protagonistas pueden confrontar de nuevo el espacio-tiempo del incidente y cosechar su experiencia para afrontar el camino vital por recorrer aún.
Como dato curioso, Entre Dos Veranos es una película del año 1995. No estoy en contra del anacronismo en los festivales o ciclos de cine. No todo lo nuevo es bueno, ni todo lo viejo es malo. Este tipo de historias no necesitan tener presente un referente histórico que la contextualice, por lo cual se puede disfrutar, sin tener que pensar que de alguna manera estoy impidiéndome ver algo "moderno" o "vanguardista". Como alguna vez me dijo el camarada Mauro Z, "el sentido común es el menos común de los sentidos". Esta película nos muestra una manera más de recorrer un camino que, aunque lo hayamos visto y tengamos idea de cómo emprender el viaje, nunca sabemos cómo colocaremos en él nuestros pasos hasta que nos toque hacerlo.
Bueno, como pueden notar, me gustó mucho y se las recomiendo. Como Eurocine ya terminó, tengan en cuenta ir a buscarla a videotiendas especializadas en cine independiente o extranjero, en su respectiva ciudad, o "pedírsela prestada" al mejor de sus amigos corsarios.
miércoles, 30 de abril de 2008
¿Te has creído disfuncional?
Esto lo subió Sama en 16:29
Etiquetas: 3. Miércoles de Buen Cine, ayuda, crítica, fidelidad, géneros, insatisfacción, lágrima, mentira, mes de tributo, muerte, nostalgia, reflexiones, sama, sexo, sociedad, tristeza
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3 comentarios:
Gracias Sama, muy buen articulo.
A mi las películas europeas generalmente me gustan, sobretodo las suecas (del tan mencionado genero), al cine francés le tengo algo de prevención, porque generalmente son lentas, pero he visto mucho buen cine francés, así que doy fe que no es todo.
Le diré a mi amigo cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo (como dice la canción), que me la preste.
Muy interesante la descripción que le das a esta EXCELENTE película, posiblemente yo no hubiera sabido como envestirla para comentarla.
A mi también me gustó mucho, supo pasar de la ironía al ridículo y luego a la tragedia en nanosegundos sin que se sintiera forzado en el proceso. Claro, además el hecho de haberla visto en la excelente compañía de personas interesantes le da un plus al asunto, ya que realmente la mejoró poder tener el comentario mordaz en un oído y una genial carcajada que retumbaba por todo el teatro en el otro.
Debemos seguir buscando este tipo de perlas en medio del abono que prolifera en este medio.
Con mucha nostalgia por haberme perdido el Eurocine otra vez.
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